Las derrotas en Madrid empañan la victoria socialista y Sánchez mira a Cs para salvar Aragón

Pedro Sánchez compareció sin preguntas en la sede de Ferraz pasada la media noche rodeados por miembros de su Gobierno y de la dirección socialista. Las caras no eran desde luego las de una noche de celebración. El presidente del Gobierno en funciones reclamó «que se levante el cordón sanitario al PSOE que ha ganado las elecciones».

Un mensaje que tenía como receptor a Albert Rivera. Al cierre de esta edición el PSOE dependía de Ciudadanos para retener Gobiernos que lideraba desde 2015 y para ganar algunos nuevos. Esto sucedía por ejemplo en Aragón, donde Javier Lambán podría perder la presidencia autonómica. Y en la capital aragonesa Pilar Alegría se encontraba en una situación similar.

«Después de los resultados del 28 de abril se ha confirmado como primera fuerza política de largo», quiso poner en valor Pedro Sánchez. El líder socialista advirtió que «en aquellas administraciones en que primera fuerza política no pueda gobernar será porque PP y Cs pactan con la ultraderecha».

El primer objetivo que tenían los socialistas era mantener los gobiernos en Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón, Asturias y Baleares. En el ámbito autonómico la guinda para los socialistas era lograr el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Y eso al cierre de esta edición parecía incumplido. El PSOE sí se haría con el Gobierno regional en La Rioja y Canarias.

Los socialistas fueron primera fuerza en Castilla y León por primera vez desde 1987. Pero PP y Ciudadanos tienen apoyos suficientes para poder gobernar. En la Comunidad de Madrid Ángel Gabilondo fue el presidente virtual hasta que se superó el 70% del escrutinio, momento en el que la suma de PP, Cs y Vox alcanzaron la mayoría absoluta. En ese nivel de escrutinio además no había posibilidad de una suma entre PSOE y Ciudadanos.

En el ámbito municipal el objetivo era crecer en las grandes ciudades, donde los socialistas llevan desde 2003 con los resultados por los suelos. Y que eso sirviese para poder mantener Gobiernos de izquierdas en ciudades como Madrid, Valencia, Zaragoza, Barcelona y Sevilla. El PSOE logró ser primera fuerza en las dos últimas, pero será en la capital andaluza en la única de las cinco grandes en las que pueda gobernar.

En Valencia logró mejorar algo los resultados, lo que permitirá a Compromís seguir gobernando con apoyo socialista. En Madrid los socialistas no lograron remontar, y la bajada de Manuela Carmena devolverá a la derecha la gestión de la ciudad más importante del país. Una derrota que ayer en Ferraz se sentía como propia.

En Barcelona Jaume Collboni logró mejorar, pero el PSC se queda por detrás de ERC y de Ada Colau y con la difícil tarea de decidir sí apoya el gobierno de alguna de estas fuerzas.

Al cierre de esta edición los socialistas eran la fuerza más votada en todas las comunidades menos en Navarra y Cantabria. Pero ayer el ambiente en Ferraz era de derrota.