Casado y Ayuso coinciden hoy en un acto con Rajoy tras dos meses de desencuentros

Mientras Génova decide el momento de escenificar la 'paz' interna, lo que han podido ver todos los españoles en las últimas semanas ha sido una relación esquiva entre Casado y Ayuso, que no se han dejado ver juntos ni una sola vez en actos públicos, a pesar de que a menudo han participado en los mismos, pero en horas diferentes. El ejemplo más palmario de lo que muchos, dentro y fuera del PP, perciben como relación esquiva ocurrió el sábado pasado en Madrid, en la manifestación policial contra la reforma de la ley de seguridad ciudadana anunciada por el Gobierno. Al final, la supuesta foto de la unidad quedó reducida a Casado y Almeida, con Ayuso ausente. Todo podría haber quedado en anécdota si no fuera porque llovía sobre mojado, y se sumaba a otros muchos desencuentros parecidos. «Dais por hecho que no se han visto en privado», comentan en Génova, sin dar un solo detalle que apunte a un encuentro así.

En el PP crece la preocupación por el coste que está teniendo no solo la guerra interna por el congreso de Madrid, sino la complicada relación y falta de comunicación que están exhibiendo, sin tapujos, Casado y Ayuso. Fuentes de la dirección regional del partido creen que está pasando factura, sobre todo, a la imagen de Casado , frente a una presidenta regional que cuenta con un respaldo abrumador en la calle y que es percibida como 'víctima' de una especie de conspiración en Génova contra ella, por recelos ante su liderazgo.

Esa preocupación y temor está extendido por el partido y en el Grupo parlamentario Popular, según ha podido constatar ABC. En realidad, todos creen, o quieren creer, que Casado tiene un plan trazado y que «sigue sus tiempos y sus plazos» para que la sangre no llegue al río y se celebre, en mayo previsiblemente, un congreso del PP de Madrid en paz y armonía, y con un mensaje de unidad, que le dé alas a él ante el congreso nacional, previsto para julio.

«O hay responsabilidad o nos desangramos», advierten fuentes parlamentarias, que ven «infantil y muy poco responsable» la imagen que se da al esquivarse en público. «Todo esto debería solventarse ya con una reunión o un encuentro del tipo que fuese y exteriorizando la reconciliación y la unidad de acción», avisan desde el Congreso. Todas las voces internas consultadas van en la misma dirección: «Hay un clamor en el partido y en nuestro electorado para que esto se pare ya y se haga visible». Otros testimonios son similares: «Todos reclamamos que haya acuerdo y que se acabe con esta sangría. Un cara a cara no tendría que llevar más de 10 minutos para salir de esto y que todo el mundo lo viera».

Si existe un plan, el líder del PP y Ayuso no han dado ninguna muestra de que lo tengan apalabrado ni han adelantado un solo mensaje de reconciliación. La última vez que coincidieron en un acto de partido fue el 3 de octubre, en la plaza de toros de Valencia , en la clausura de la convención nacional del PP. En aquella convención, que debía servir para reforzar el liderazgo de Casado, Ayuso acaparó el protagonismo al soltar su ya famoso: «Pablo, tengo claro dónde está mi sitio, y es en Madrid».

Casado y Ayuso volvieron a coincidir el 19 de octubre, con el Rey como protagonista. Cuando la Casa Real entra en escena, los 'escaqueos' son bastante más difíciles, y en este caso ahí estaban ambos, en la inauguración de la 'IE University', junto a Almeida.

Pasaron las semanas, y sus agendas no volvieron a cruzarse, mientras la tensión se disparaba en el partido por una guerra que no entendía nadie. Sobre todo, lo que no comprenden muchos populares es que si «no hay guerra», como se empeñan en decir negando una realidad evidente, por qué no escenifican la buena sintonía y la unidad. Llegó el congreso del PP de Castilla-La Mancha , en Puertollano, los días 13 y 14 de noviembre: Ayuso estuvo el sábado, Casado, el domingo. Luego fue el turno del congreso del PP andaluz , y se repitió el esquema: tanto Ayuso como Casado acudieron, pero por separado. El líder del PP se ahorró escuchar a la presidenta madrileña con este consejo a Moreno: «Vuela libre y toma tus propias decisiones.

En la semana de las movilizaciones policiales , Casado acudió a la concentración ante la Delegación del Gobierno, pero Ayuso, no. Y tres días después volvía a ser la foto imposible, en la manifestación de Madrid, con un Casado a toda velocidad por la autovía desde León para llegar a tiempo, mientras Ayuso se había retirado ya.

Hay más oportunidades para el reencuentro. La primera, hoy mismo en la presentación del libro de Rajoy . Eso sí, desde Sol ya han advertido de que la presidenta tendrá que irse pronto. El viernes, día 3, Ayuso celebra el Día de la Constitución en Sol , y esta vez el que no va es Casado, que el jueves inicia un viaje de dos días a Chipre y Grecia. El lunes, 6 de diciembre , tanto Casado como Ayuso tienen previsto ir al Congreso. Y lo que sigue en el aire es la cena o comida de Navidad del PP madrileño , prevista para el 18 de diciembre, la mejor ocasión para que todo el mundo visualizara la reconciliación, pero el Covid y sus variantes han dado la excusa perfecta a la dirección regional para plantearse la suspensión de un encuentro que invitaba a la foto de unidad.