Carod disimula su soledad
Ir a la contra puede resultar muy duro. Y si no, que se lo digan a Josep Lluís Carod-Rovira, que en apenas 24 horas fue desautorizado por su propio partido y por el presidente de la Generalitat, José Montilla, por sugerir una manifestación preventiva ... para presionar al Tribunal Constitucional.
La propuesta del vicepresidente evidenció el escaso o nulo peso que tiene en ERC, aunque también las contradicciones internas de la formación republicana. Para muestra, las declaraciones del también independentista Ernest Benach, quien ayer restó legitimidad al TC aduciendo las «presiones» que este órgano recibe. Como si ERC no hubiera entrado en ese juego desde que se admitió a trámite el recurso contra el Estatuto.
Ser regañado por Montilla son palabras mayores. El dirigente socialista tildó de «irresponsable» la propuesta de Carod, quien ayer llegó al primer encuentro del Gobierno catalán tras el período vacacional muy sonriente. Tanto que recordaba la frase de aquella folklórica: «¡Dientes, dientes...». Atravesó el Patio de los Naranjos del Palau de la Generalitat solo y relajado, pues ya era conocedor de que Montilla daría por zanjado el asunto de la movilización callejera sin estridencias. Una vez dentro de la sala donde se suele reunir el consejo ejecutivo, volvió sobre sus pasos. ¿Había olvidado algo? Regresó entonces acompañado por Montilla y el consejero de Interior, Joan Saura, logrando así que los cámaras captaran una imagen de unidad necesaria para el tripartito y, sobre todo, para Carod, que así disimulaba su soledad. Al menos de forma mediática.
De esta guisa posó el todavía dirigente republicano ante los mismos medios de comunicación a los que acusó de «sobredimensionar» unas declaraciones efectuadas, según dijo, «a título personal», obviando que esa entrevista la concedió en calidad de vicepresidente del Gobierno y de presidente en funciones.
Por lo visto, Carod se resiste a ejercer de vicepresidente las 24 horas del día. Dentro de unos meses, dejará de hacerlo por completo. Aspira a presidir el Parlamento catalán. Quien manda ahora en ERC, Joan Puigcercós, no aclara si irá en las listas de las autonómicas. ¿Cómo disfrazará esa soledad?
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