CRISIS DIPLOMÁTICA Y MIGRATORIA
Bruselas forzó a Marruecos a cerrar la frontera ante la debilidad española
La UE ha dejado claro a Rabat que «no nos dejaremos intimidar. Nadie puede chantajear a la UE. Estas tácticas no son admisibles en el mundo de hoy»
La reacción de Bruselas ante lo que se considera un chantaje por parte de Marruecos ha llevado a Rabat a retroceder. Frente a la debilidad del Gobierno, la actitud de la UE ha sido definitiva . «Europa es solidaria con España. Ceuta es Europa», dijo ... ayer por la tarde el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en el Parlamento Europeo. La rotunda intervención del Ejecutivo comunitario en favor de España en el episodio de la entrada masiva de inmigrantes en la frontera de Ceuta ha sido definitiva para contrarrestar la falta de previsión y la inacción del Gobierno español, que ha ignorado todos los indicios que permitían prever la emergencia de esta crisis.
Esta vez la Unión Europea ha reaccionado con rapidez y ha enviado un mensaje claro y contundente que Marruecos no ha tenido más remedio que escuchar: «Los países de origen y de tránsito tienen que entender que la emigración será un tema central en nuestras relaciones en los próximos años . Estos países amigos y vecinos tienen que trabajar con nosotros y no contra nosotros en materia de emigración» dijo también Schinas, que ha mantenido contactos con los ministros de Exteriores, Arancha González Laya, e Interior, Fernando Grande-Marlaska.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas
En una entrevista difundida ayer por la mañana por Radio Nacional había dicho que desde la Comisión «haremos todo lo que España necesite para ayudarle a gestionar la frontera en Ceuta y Melilla . Tenemos medios, recursos, guardacostas europeos, Frontex». El vicepresidente también dejó claro que España no debe sentirse sola ante esta crisis. «La frontera de Ceuta es una frontera europea y lo que está pasando ahí no es un problema de Madrid, sino que es un problema de todos».
En los últimos años ha recibido 289 millones para sostener reformas para un desarrollo inclusivo
La capacidad de la UE de imponer sanciones a Marruecos por este hecho es muy limitada, por más que Schinas calificase lo sucedido de chantaje. Las sanciones son palabras mayores y se necesitaría para ello la unanimidad de todos los países. Pero el mensaje ha sido tan clarto que Rabat no ha tenido más remedio que plegar velas. «Europa –dijo el vicepresidente– no se dejará intimidar por nadie en el tema de la migración. En los últimos meses hemos visto tentativas de países terceros de instrumentalizar este asunto y vamos a dejar muy claro que nadie puede chantajear a la Unión Europea. Somos muy fuertes como para ser víctimas de esas tácticas que no son admisibles en la Europa de hoy».
Ayudas europeas
Marruecos es uno de los socios más importantes para la UE , no solamente por su proximidad sino también por la gran cantidad de marroquíes que viven en Europa. Desde 2008 goza de un ‘estatuto avanzado’ en sus relaciones con la UE, símbolo también de su creciente dependencia económica del mercado interior comunitario. En los últimos años ha recibido 289 millones para sostener reformas para un desarrollo inclusivo, 101,7 para la gestión de fronteras y en la actualidad se beneficia de un paquete de más ayudas que alcanzará más de 350 millones, sin contar con lo que recibe por las licencias de pesca. En Bruselas la brutal entrada de miles de personas en Ceuta ha hecho revivir el espectro de la crisis migratoria de 2015 en la frontera entre Turquía y Grecia que le costó a la UE la bagatela de 6.000 millones para lograr que Ankara se hiciera cargo de los miles de refugiados. La lección en aquella ocasión fue lo bastante clara como para que la Comisión haga todo lo que esté en su mano para evitar que se repita.
Por ello el lenguaje que han utilizado todos los responsables de las grandes instituciones en apoyo a España ha sido tan contundente. Desde la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel , muchos responsables se han manifestado claramente advirtiendo a Marruecos de que «la frontera de Ceuta es la frontera europea» y reclamando el respeto hacia esta ciudad española en un tono que ha disipado muchas dudas sobre supuestas vacilaciones que se hubieran podido producir con anterioridad.
A Marruecos no le conviene tampoco en ningún caso estropear sus relaciones con la UE ni en este caso es previsible que hubiera podido lograr el apoyo de su aliado tradicional, Francia, que a su vez está dedicado a tratar de administrar el desafío interno que le plantean los problemas de integración de la inmigración procedente del Magreb.
Habitualmente los emigrantes sin papeles que llegan a entrar en la península suelen seguir viaje hacia Francia, pero eso ha cambiado y París ya no está de acuerdo con esa liberalidad de las autoridades españolas y también presiona a Marruecos para que controle sus fronteras con la misma fuerza con la que controla la entrada de clandestinos en las que tiene con España. Por esa razón ha sido tan delicado traer a la península a los que Marruecos dejó llegar a Canarias desde los puertos en el Sahara Occidental.
Marruecos tampoco ha logrado doblegar la posición europea sobre el tema del Sahara Occidental y se ha encontrado que países como Alemania han reaccionado de forma muy contundente a sus intentos de hacer creer que el reconocimiento que pronunció la Administración de Donald Trump sobre sus pretensiones en el Sahara Occidental era una política generalizada. Marruecos ha tenido por ello un encontronazo con el Gobierno alemán, lo que tampoco es ajeno al hecho de que las instituciones comunitarias hayan enviado un mensaje tan contundente y claro a Marruecos.
La Comisión quiere aprovechar también esta provocación de Marruecos como una prueba de que es necesaria una política común de inmigración y no veintisiete enfoques como hasta ahora . El desorden y la confrontación entre países cuando Bruselas intentó repartir a los refugiados como gesto de solidaridad interna acabó muy mal, con varios países virtualmente desconectados de los principios europeos y en manos de gobiernos nacional-populistas como sucede en Polonia, Hungría o Eslovaquia.