Borrero y Garita formaron los últimos «comandos legales»
Los cabecillas de ETA Asier Borrero e Iurgi Garitagoitia se encargaban de formar en Francia «comandos legales» con la orden de atentar después en España, una misión que en los últimos siete meses vinieron realizando sucesivamente «Txeroki», Aitzol Iriondo y Jurdan Martitegi, todos ellos con ... un mismo destino: la cárcel. Al mismo tiempo, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó que la tercera detenida, Itziar Plaza, desempeñaba un importante papel en el «aparato militar».
Los investigadores tratan ahora de averiguar, en base a la documentación incautada, los «comandos» de «legales» que en su efímero paso por las estructuras del «aparato militar» habían conseguido formar Borrero y Garitagoitia. El caso es que las células terroristas integradas por individuos no fichados vuelven a adquirir un papel de relieve en la siniestra estrategia de ETA. De hecho, eran «comandos» de «legales» el encargado de recibir con un coche bomba la investidura como lendakari de Patxi López (aunque las Fuerzas de Seguridad abortaron la pretendida matanza) así como otros dos desarticulados en Navarra y Guipúzcoa.
Efímeras jefaturas
Rubalcaba se felicitó ayer por el carácter preventivo de las últimas operaciones antiterroristas y puso como ejemplo de la eficacia el hecho de que ninguno de los etarras arrestados el sábado cerca de Pau hubieran cumplido los 30 años, y ya estaban en el organigrama dirigente. Dicho esto, aclaró que el hecho de que los etarras sean cada vez más jóvenes no es porque se afilien antes a la banda criminal, sino porque «cada vez se les detiene antes». Ello, lógicamente, explica «la juventud de sus dirigentes» y, también, su inexperiencia y consiguientes errores que contribuyen a las caídas en cadena.
Rubalcaba subrayó que, al final, el destino de los etarras es la cárcel, más pronto que tarde. «Los jóvenes que pudieran tener en la cabeza integrarse en la banda terrorista ETA -sentenció- tienen que saber que su destino inmediato es la cárcel (. . . ) porque cuando un joven pide el ingreso en ETA, tiene que tener claro que está pidiendo también su ingreso en prisión». El titular de Interior reveló asimismo que entre el material incautado a los terroristas se incluyen objetos de acampada. De ello se desprendería que, o no tenían pisos en los que los cultaban, o que combinaban alguna vivienda con la estancia en el monte. En cualquier caso, resaltó la trascendencia del operativo porque los tres formaban parte de un núcleo «muy activo, si no el más activo».
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