Abascal se aferra al victimismo mientras crece el descontento con su núcleo duro

En la mañana de ayer, el presidente de Vox admitió en declaraciones a Esradio su decepción con Pablo Casado : «Ha pateado de manera inmisericorde e injusta a su único socio leal, con el que ha podido mantenerse en tres gobiernos hasta ahora». Los que conocen a Abascal y a su círculo próximo no dudan en afirmar que reaccionará atacando y presentándose como víctima. Pero tras esta estrategia de la derrota hay un mar de fondo al que tendrá que hacer frente, más pronto que tarde. Una cosa es la imagen que se quiere dar a los votantes y otra la realidad de puertas para adentro.

Las fuentes internas consultadas por ABC coinciden en señalar que su liderazgo está fuera de toda duda. «Vox es Abascal» , afirman, pero apuntan que «lo peor que tiene es la gente que le rodea» y que «tanto daño le hace». Hay dirigentes sobre los que hay un consenso en relación a la negativa influencia que ejercen sobre el presidente de Vox: « Existe una oposición radical a Javier Ortega Smith , es un error que se deje asesorar por él».

Otro de los dirigentes cuestionados es el portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, al que culpan de favorecer la imagen arrogante y antipática del partido «por sus modos y sus formas». Estas mismas fuentes hacen responsable al círculo más íntimo de confianza del presidente de «no contarle la verdad a Abascal de lo que sucede en el partido y de su estrategia equivocada. Tiene que soltar lastre».

La primera consecuencia de esta negativa influencia de su equipo ha sido la moción de censura: «No era el momento» y el discurso que preparó, "no aportó nada nuevo, divagaba, se perdía sin dar profundidad, utilizando los cuatro tópicos de siempre», subrayan. Estas fuentes internas se lamentan de que «en Vox ha habido una crítica bronca contra todo, pero ya tocaba aportar, y ahí es donde hemos fallado. El Vox que aportaba ha dejado de existir». Por ello, creen que esta formación política se tiene que llenar de contenido porque ahora solo cuenta con fuegos de artificios, con igual o más corrupción que otros partidos». En este sentido, aseguran que, a día de hoy, «el único programa de Vox es sacar la bandera de España a las calles» .

La principal consecuencia de esta situación interna, agravada con las elecciones primarias provinciales, es «que hemos perdido muchos militantes, incluso antes de la moción. Hay mucha gente quemada con el partido y por el camino que vamos podemos caer en una podemización».

Aunque desde la capital no se da apenas importancia al poder provincial, es ahí donde se están produciendo las mayores disidencias ante la dejadez de una dirección nacional «a la que no le importa nada que no sea Madrid». Esta situación lleva a afirmar a las fuentes consultadas que «Vox, internamente , está muerto, aquí solo se aplica el «estás conmigo o contra mí», y si no te echan a la calle».

Internamente también hay críticas a la incoherencia del discurso: «Dijeron que había que retirar las subvenciones a los partidos políticos, y las seguimos cobrando, estaban en contra de los sindicatos, de las fundaciones, y hemos creado un sindicato, Solidaridad, y una fundación, Disenso».

En su entrevista radiofónica, el presidente de Vox llegó a calificar de «brutales" los ataques de Casado. Pero internamente hay fuentes que admiten que han criticado «muy duramente al PP y se nos ha vuelto en contra». Y lamentan que eso tenga consecuencias sobre la unidad de la derecha: «Con la moción de censura se ha perdido la oportunidad de construir la gran derecha». En medio de esta marejada interna, Vox decidió contestar el portazo de Casado alentando una campaña telefónica entre sus simpatizantes con el objetivo de desmoralizar y acosar a los populares.

El grupo de Abascal sostiene que ayer comenzó a recibir llamadas de militantes del PP que abandonaban este partido para seguir al político vasco. «Vaya día llevan los pobres que atienden el departamento de bajas de afiliados del PP y el de altas de Vox! Dadles un respiro a ambos, por favor», pudo leerse al portavoz del grupo, Iván Espinosa de los Monteros, en Twitter, junto a una carita que lloraba de risa.

Sin embargo, la situación que narró Génova fue muy distinta. El día transcurrió con normalidad en cuanto a altas y bajas, pero se produjo una catarata de llamadas de sujetos que aseguraban ser afiliados del PP que querían darse de baja y colgaban cuando se les solicitaban los datos. «Se ve que les han dado un argumentario porque todos dicen lo mismo», explicaban fuentes del partido. Además, la formación de Casado detectó el siguiente mensaje en un grupo de Whatsapp vinculado a Vox. «Si os queréis dar un capricho hoy. Llamar a la sede central del PP en Génova y decís que os pasen con bajas de afiliados». El mensaje termina indicando el teléfono fijo de la sede de los populares.