Abascal presentará a Tamames en la moción de censura y confía en atraer al PP a un frente común

El dirigente derechista quiere que se vote antes del 4 de abril para que, en el improbable caso de que prospere, puedan disolverse las Cortes y convocarse elecciones generales anticipadas para hacerlas coincidir con los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo, en lo que sería un 'superdomingo' electoral.

Abascal ha acudido al registro del Congreso al filo de la una de la tarde, con el texto de la moción de censura —que consta de 44 páginas— y el escrito de aceptación de Tamames, acompañado por el portavoz de Vox en la Cámara Baja, Iván Espinosa de los Monteros; el secretario general del grupo parlamentario, José María Figaredo; la portavoz adjunta Patricia Rueda; la senadora Pepa Millán; y la diputada Rocío de Meer.

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Minutos después, Abascal se asomaba ya a una sala de prensa abarrotada, perseguido por una nube de fotógrafos. De pie, pegados a la pared, escuchaban atentos un gran número de diputados. Esta será la sexta moción de censura que se debatirá en la vigente democracia, pero es la primera que contará con un independiente, ajeno a la disciplina del partido que la promueve, como candidato a presidir el Gobierno.

En la anterior moción que registró Vox contra Sánchez, debatida en octubre del 2020, Abascal era el candidato a la Presidencia del Gobierno. Lo presentó Ignacio Garriga, que preparaba su salto a Cataluña, pero el partido solo se granjeó los apoyos de sus 52 diputados. El resto de la Cámara Baja se posicionó en contra, con el entonces líder del PP, Pablo Casado, pronunciando un durísimo discurso contra su viejo amigo y homólogo de Vox. «Hasta aquí hemos llegado», zanjó el expresidente de los populares, en una jornada en la que se quebró su relación con Abascal.

«Algunos seguimos aquí», ha dicho este lunes Abascal, en un tono reivindicativo, evocando aquella fecha. Ahora, el presidente de Vox no duda en pedir al PP su apoyo, a pesar de que los populares ya han anunciado que cambiarán su sonoro no del 2020 por una abstención. «No hemos tirado la toalla. Creemos que el PP todavía puede reflexionar y apoyar esta moción», ha deslizado el diputado derechista.

Abascal también ha recordado que el 14 de noviembre, días después de registrar el PSOE y Unidas Podemos la proposición de ley para derogar la sedición —ahora ya aprobada, rebaja de la malversación incluida—, él mismo le ofreció al líder de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo, encabezar una moción de censura que Vox habría respaldado.

«Nos habría gustado presentarla antes», ha reconocido el líder de Vox, por la demora que supuso esperar al PP y buscar después un candidato neutral para liderarla. Eso sí, ha añadido: «Si el PP hubiese presentado a Tamames, los medios estarían aplaudiendo y nosotros lo apoyaríamos».

La semana pasada, fuentes de Vox aseguraban que aún no se había decidido qué diputado iba a presentar la iniciativa y al candidato a presidir el Gobierno. Esto abría la puerta a que algún diputado distinto de Abascal lo hiciese, pero este lunes el presidente de la formación derechista ha zanjado cualquier especulación: «Seré yo quien defienda la moción».

Además, ha subrayado que su deseo es que se debata «lo antes posible». ¿Por qué? «Para que se puedan disolver las Cortes antes del 4 de abril y convocarse elecciones generales [si prospera la moción] para el 28 de mayo». La idea de Abascal es que ese domingo se celebren comicios generales, junto a los ya previstos autonómicos y municipales. Sin embargo, este escenario no parece factible.

Para que una moción de censura salga adelante —hasta ahora solo lo ha logrado la de Sánchez contra Mariano Rajoy en 2018—, se requiere la mayoría absoluta del Congreso (176 diputados). Vox solo dispone de 52 apoyos confirmados, los de sus propios parlamentarios, y ningún partido ha manifestado su intención de brindarle sus votos. Abascal ha aseverado que sería mejor, para «retratar al Gobierno», reunir el respaldo de «150 diputados» —los que suman PP, Vox y Ciudadanos— que de 52.

Pero el PP ya ha anunciado que se abstendrá y Ciudadanos, que votará en contra. Esto último, a pesar de que Inés Arrimadas, tres días antes que Abascal, fue la primera en exigir a los populares que registrasen una moción de censura contra Sánchez, algo que Ciudadanos no puede hacer porque se requieren al menos 35 diputados. Arrimadas llegó incluso a telefonear a Abascal para presionar a Génova y tratar de convencer a Núñez Feijóo, pero la nueva dirección de su partido ve «inútil» la iniciativa presentada ahora por Vox y ha comunicado ya el no de los liberales.

La Mesa del Congreso se reúne este martes, pero, según distintas fuentes parlamentarias consultadas por ABC, lo previsto es que el asunto no se aborde en esa cita, sino en la siguiente. El orden del día del encuentro del órgano de gobierno de la Cámara Baja se cierra el sábado a las dos de la tarde, por lo que la moción de censura podría haberse incluido si se hubiese registrado el viernes.

Este lunes se especulaba en los pasillos del Congreso con la posibilidad de que Ignacio Gil Lázaro, diputado de Vox con asiento en la Mesa, intente este martes introducir la moción de censura para su calificación exprés, pero por ahora nadie del partido se ha pronunciado sobre esa opción.