Andrés Herzog sustituye a Rosa Díez como líder de UPyD, con 43% de los votos

Díez se pronunciaba así a favor de ahora sí nuevo líder de la formación, entre los sonoros y larguísimos aplausos de los militantes reunidos en el salón de columnas del madrileño Círculo de Lectores.

La hasta hoy portavoz de UPyD habló a los afiliados en un tono pomposamente solemne, por momentos quebrado por la emoción, que envolvió su mensaje de «orgullo» por lo logrado desde que el partido se fundó en 2007 y al que identificó como protagonista de «la verdadera revolución» que ha experimentado la política en España.

Lo ha hecho repasando el difícil camino de entrega generosa de sus militantes, los momentos de falta de recursos para seguir adelante, e, incluso, pidiendo disculpas. «Si alguna vez os he ofendido de palabra o de hechos, os pido perdón», proclamó Rosa Díez frente a un auditorio que en las horas anteriores tuvo oportunidad de escuchar a 30 de los 90 miembros de UPyD que habían solicitado intervenir –elegidos por sorteo-, pero no a los candidatos, que no han dispuesto de turno.

En este congreso de UPyD, convocado de forma extraordinaria tras las debacles en las elecciones andaluzas y municipales, se jugaba la supervivencia de un partido dividido entre el sector encabezado por Herzog, que apuesta por la pureza y la «independencia» de las siglas, y el que lidera Irene Lozano, partidaria de abrir la vía de la flexibilidad para confluir con otros, singularmente Ciudadanos.

La brecha, el conflicto, estuvo presente en muchas de las alocuciones de los afiliados, uno de los cuales ha confesado sentir «miedo» ante una posible fractura. Prevalecieron, en todo caso, los llamamientos a la unidad, a la integración –imposible en el Consejo de dirección que eligido hoy, puesto que son listas completas y cerradas- y a UPyD, acrónimo que la militancia utiliza en sí mismo como paradigma de partido necesario y único en las formas y el fondo dentro del espectro político.

Rosa Díez se negó a despedirse. Lo ha subrayado una docena de veces, aunque la realidad es que no ocupará ningún cargo en la formación, siquiera honorífico. «No vine solo para decirte, aunque también, que no volveré nunca y que nunca podré olvidarte», ha concluido citando a José Hierro.