terrorismo

Hipercor, el atentado que provocó las primeras grietas en Batasuna

Tras la matanza, el entonces dirigente de HASI, Txomin Ziluaga, insinuó a la banda terrorista que debía «tomarse unas vacasiones» lo que provocó su expulsión y «exilio» a Nicaragua

Hipercor, el atentado que provocó las primeras grietas en Batasuna efe

j. p.

Tuvo que asesinar a 22 personas de un solo zarpazo para que Herri Batasuna, la madre que parió Sortu, comenzara a sufrir algunas grietas , aunque tan superficiales y escasas que no hicieron agua. Pero fue el tímido principio de un largo recorrido que ... aún no ha terminado. Tras la matanza del Hipercor, de la que se cumple ahora 26 años, el entonces dirigente de la «mesa nacional» Txema Montero se negó a condenar a ETA pero, requerido por los periodistas, al final se vio forzado a reconocer que se trataba de un «hecho criminal» . Hablaba desde su posición de abogado.

Montero, años después, fue forzado a abandonar Herri Batasuna y acabó recalando hacia posiciones más próximas al PNV, que le recompensó con la presidencia de la Fundación Sabino Arana. A mediados de los ochenta, los «años de plomo», HASI era el eje sobre el que pivotaba la coalición Herri Batasuna y servía de enlace entre la «mesa nacional» y la propia ETA. Su secretario general, Txomin Ziluaga, se había ganado la confianza de los terroristas. Por ello, cuando pocos días después de la matanza de Hipercor Ziluaga, en una asamblea interna, sugirió la necesidad de que la banda «se tomara unas vacaciones» , haciendo ver de esta manera la conveniencia de que se replegara tácticamente durante un tiempo, dada la indignación general que causaron los 22 muertos, se originó un auténtico terremoto en el denominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV), cuya vanguardia era ETA. El terremoto derivó en Tsunami que arrastró a más de doscientos militantes de HASI. Fue la mayor purga registrada en la «izquierda abertzale». El propio Txomin Ziluaga y su mujer, Izaskun Larreategi, fueron «deportados» por los terroristas a Nicaragua, donde gobernaba el «amigo» régimen sandinista.

La gigantesca ola fue arrastrando también a otros dirigentes de Herri Batasuna, como I ñaki Esnaola, Christianne Fando o Iñaki Aldekoa . Pocos, para la envergadura y crueldad añadida de una matanza que dejó además cerca de medio centenar de heridos. Pero fueron las primeras grietas que se agrandaron después con el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco.

Hipercor, el atentado que provocó las primeras grietas en Batasuna

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