Jorge Fernández Díaz: «Suscribo todo lo que dijo Gallardón al PSOE sobre el aborto»

—¿Difiere en algo, en mucho o en poco su postura sobre el aborto respecto a la que defiende el ministro Gallardón? ¿No ofrece una imagen de confusión que desde el PP surjan voces discrepantes?

—Yo estuve en el hemiciclo cuando el ministro de Justicia contestó a una interpelación de PSOE sobre el aborto. Y tanto en su fondo como en su forma, la respuesta de Gallardón fue magistral. Suscribo de la A a la Z lo que dijo y cómo lo dijo en nombre del Gobierno. Después, hubo una moción y el Grupo parlamentario la apoyó y se aprobó.

—Pero el aplauso no fue unánime…

—Las dos son las posiciones oficiales que han expresado el Gobierno y el Grupo Parlamentario. Y le digo más: no tengo ninguna duda de que cuando el Gobierno presente el proyecto de ley el partido estará como una piña.

—Cada vez hay más seguridad vial, pero también una sensación de que se multa por afán de recaudación.

—No es así, no. Estoy satisfecho de que en 2012 tuviéramos cifras de siniestralidad vial análogas a las de 1960. Pero los 1.306 muertos de ahora, sin perjuicio de ser una noticia menos trágica en términos cuantitativos, siguen siendo 1.306 razones para seguir trabajando sin autocomplacencia.

—Es comprensible esa satisfacción, pero hay muchas más multas.

—La disuasión es indispensable. Pero con las multas niego la mayor: en absoluto existe afán recaudatorio. Y todo lo que se recauda por multas va destinado a seguridad vial.

—¿El levantamiento de la imputación sobre la Infanta Cristina es una buena noticia para el ministro del Interior?

—Desde el más absoluto respeto a la decisión de los tribunales, en este caso me alegro de que la decisión haya sido desimputarla.

—¿Cómo ve al Gobierno? ¿Percibe la ilusión del primer día?

—Es evidente que un ministro no puede ni debe enjuiciar a su presidente. Y tampoco a sus compañeros de gabinete. Pero debo decir que veo al Gobierno con ideas claras, sólido, cohesinado, unido, consciente de la responsabilidad del momento en que vivimos...

—Se evade usted…

—Le diré que me siento muy bien presidido y muy bien dirigido. Y tengo la íntima convicción de que esta opinión la compartimos todos los ministros.

—Dirigentes del PP dicen en privado que es usted un ministro «quemado».

—Repito que me siento muy bien presidido y dirigido. A partir de ahí… mire usted, yo sé muy bien quién me nombró y sé muy bien quién me puede destituir cuando lo estime oportuno y conveniente, que es el presidente.

—¿Cuáles han sido su mejor y su peor momento como ministro?

—El peor, sin duda, el caso Bolinaga. Me hizo sufrir muchísimo porque irremediablemente el cumplimiento de la ley me abocaba a tomar una decisión muy difícil de ser entendida por la sociedad y comprendida por las víctimas.

—¿Y alegrías?

—Quizás el momento más feliz ha podido ser esta semana, con el golpe a ETA en Francia.

—¿Se ha arrepentido de algo?

—Por supuesto que sí, me equivoco cada día. No voy a tener la soberbia de no reconocerlo.

–¿Y bien?

–(Risas) Es secreto de sumario.