Escrache, de «escupir» a «estafar»

Interior ha ordenado a las comisarías que la utilización de este término se sustituya por «acoso» o «amenaza», aunque las hipótesis de su origen etimológico nada tengan que ver con estas acepciones

Escrache, de «escupir» a «estafar» ABC

ISRAEL VIANA

¿Qué tiene la palabra « escrache » que da tanto miedo al Gobierno? ¿Por qué Interior ha remitido una nota urgente a todas las comisarías y dependencias policiales de España ordenando que deje de emplearse el término? Aunque algunos dirigentes políticos hayan definido esta práctica como «nazismo puro» ... , lo cierto es que con su origen etimológico, al menos, nada tiene que ver con esto. Ni tampoco con los sinónimos que han sugerido: «acoso», «coacciones» o «amenazas».

Nada se ha dicho contra las palabras « funa » o « roche », que son los términos utilizados para esta misma práctica en Chile y Perú, respectivamente. Sin embargo, no es fácil identificar de dónde viene etimológicamente el término «escrache», que fue adoptado en la ciudad argentina de Córdoba en 1995 , para extenderse después a Buenos Aires, luego al resto de Argentina y ahora a España de manos de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) .

Algunos especialistas han llegado a remontar el origen de esta práctica hasta el famoso episodio del evangelio de San Juan , en el que un grupo de fariseos se acerca en tromba a Jesús para señalar a una mujer a la que acusaban de pecar. Otros han sugerido las primeras políticas de Hitler contra los judíos, cuando pintaba en sus casas y comercios la cruz de David, para que quedaran marcados a los ojos de la sociedad. Pero, evidentemente, el término en cuestión no existía en ninguna de aquellas dos épocas.

«Escrache», vocablo de la crisis

El boletín de la Academia Argentina de Letras incluye «escrache» entre los vocablos resurgidos durante la crisis argentina, junto a otros como « corralito », «cacerolazo», «bicicleta financiera» o «afano». Su Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas lo define como una «denuncia popular en contra de personas acusadas de violar los derechos humanos o de corrupción, que se realiza mediante actos tales como sentadas, cánticos o pintadas, frente a su domicilio particular o en lugares públicos».

El vocablo nace, posiblemente, del cruce de dos voces ya usadas en el habla argentina: « escracho » y « escrachar ». La primera es una voz que se tomó del lunfardo, jerga empleada en Buenos Aires y sus alrededores por las personas de clase baja cuyas expresiones se introdujeron más tarde a la lengua popular. Y su origen podría estar, apuntan, en un cruce de dialectos italianos y el propio argot argentino, cuyo significado sería «fotografía de una persona».

Aplicado a éste, el Departamento de Investigaciones Lingüísticas de la Academia Argentina de Letras da otras tres acepciones: «Cara, rostro, particularmente en situaciones de reconocimiento policial»; « persona fea » o simplemente «persona», como se refieren en varios diccionarios previos, y « estafa ». Está última aparece ya en varios documentos del último cuarto del siglo XIX, en referencia al fraude que se cometía cuando alguien quería engañar a una persona con un billete de lotería aparentemente premiado.

A diferencia del sustantivo «escrache», que no encontramos en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) , la segunda voz, el verbo «escrachar», sí que aparece como un coloquialismo argentino y uruguayo que tiene dos acepciones diferentes. La primera es «romper, destruir o aplastar», que ya empleó el mismo Julio Cortázar en « Rayuela » (1963), con frases como «un paquete se escracha en la calle». Mientras que la segunda, «fotografiar a una persona», está más relacionada con el de retratar a políticos contra el hecho por el que se está protestando, como es ahora el caso de los desahucios. Pero a la vez, el Diccionario etimológico del lunfardo, del argentino Óscar Conde , también incluye «escrachar» como sinónimo de «delatar», cuyo origen podría estar en una mezcla de términos italianos y franceses.

El «cracher» de Voltaire

Resulta contradictorio que, a diferencia del verbo, el sustantivo «escrache» no esté incluido en el diccionario de la RAE como argentinismo, ni tampoco en otros diccionarios de la región del Río de la Plata.

Se ha intentado atribuir el origen del vocablo también a palabras similares de otros idiomas, ampliando el abanico de sus posibles acepciones. Por ejemplo, se cree que podría venir del término inglés « scratch » (rasguño, arañazo), del genovés « scraccé » (fotografía o retrato), del italiano « schiacciare » (aplastar) o de verbos franceses como « cracher » (escupir) o « écraser » (aplastar, destruir). Este último lo empleaba con frecuencia Voltaire a finales del siglo XVIII para referirse a la lucha contra el Antiguo Régimen.

Podríamos estar, por lo tanto, antes una palabra viajera siendo su último trayecto el realizado entre Argentina y España, como podría haberlo hecho anteriormente desde Europa a América. Pero poco importa hoy todo esto, puesto que el término ya ha caído en el pabellón de las palabras malditas… y no parece que vaya a salir de ahí en mucho tiempo .

Escrache, de «escupir» a «estafar»

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