El interés partidista por encima del interés general

Y en esta última semana tenemos varios ejemplos de cómo los intereses políticos están por encima de todo lo demás. Lo vimos el sábado. El presidente de Argentina, Javier Milei, convoca al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y a las empresas con intereses en el país a un encuentro en la embajada en Madrid. La mayoría de las empresas acuden a la cita. Unas envían a sus primeros espadas –Iberia, Dia, Santander, Mapfre o Abertis–; otros a sus responsables en Suramérica –Telefónica o BBVA–, y otros se excusan para no ir, como Indra. El secretismo inicial y las dificultades para averiguar lo que allí había pasado dieron paso después a una nota de prensa de la embajada e incluso a una foto. Una foto solo de hombres, como otras tantas del mundo empresarial donde son pocas las mujeres al mando. Pero esa misma noche vimos a toda una vicepresidenta del Gobierno, a Yolanda Díaz, atacando al presidente de los empresarios por esa reunión. «Garamendi se reúne con la derecha más radical que no ha parado de destruir derechos desde que ha llegado a gobernar. Hay dos ausencias en esa foto: las mujeres y la decencia democrática», apuntaba la vicepresidenta en la red social X.

Y uno se pregunta si realmente es normal que toda una vicepresidenta del Reino de España, en lugar de estar apoyando a las empresas de su país, y sus intereses, que al final repercuten en beneficios para sus trabajadores, se dedique a hacer populismo. ¿Qué hay de malo en que un grupo de empresarios acudan a la llamada de un presidente elegido en las urnas? ¿Dónde está la «ausencia de decencia democrática»? Pero al día siguiente, el presidente argentino, que había tenido un comportamiento impecable ante los empresarios españoles, se pone a hacer política e insulta en un mitin al presidente y a su mujer. ¿Realmente era necesario? Y luego la respuesta, exagerada en mi opinión, del Gobierno español de retirar a la embajadora de Argentina. Y el toque del Gobierno a las empresas que asistieron a esa reunión para que salieran en tromba a defender al presidente y a su señora esposa. En fin, cuánto politiqueo y qué poco interés en defender los intereses de los españoles y de los argentinos. Y probablemente todo esto le vendrá bien al presidente en las urnas, y quizás también a Vox, que es el partido que arropó al presidente argentino. ¿Pero dónde está la política real? ¿La que impacta en el interés de los ciudadanos? Sin duda en un segundo plano.

Como quedó en un segundo plano el interés general a la hora de aprobar la ley del suelo que reclamaba el sector y los ayuntamientos para dotar de seguridad jurídica a los planes urbanísticos en casos de denuncias y para agilizar las licencias y la construcción de viviendas que tanto se necesitan. El PP podía haber apoyado el contenido de esa ley sin ningún problema, pero eso sería dar un respiro al Gobierno de Pedro Sánchez, y los intereses partidistas volvieron a ponerse por encima de los de los ciudadanos.

Ha transcurrido apenas un año de legislatura y las normas más importantes que se han aprobado, desde la ley de amnistía, hasta la reciente prevalencia de los convenios autonómicos, han estado destinadas a contentar a los socios y garantizar la permanencia de Pedro Sánchez en el poder. Si va a ser así toda la legislatura, más nos vale que sea corta.

España es el país europeo que más invierte en Argentina y el segundo a nivel mundial, solo por detrás de Estados Unidos. En concreto, el stock de inversión española en el país que preside Javier Milei asciende a casi 18.000 millones de euros, según los últimos datos disponibles.