El 'efecto anuncio' y sus graves consecuencias

El problema, en este caso, está, sin embargo, en que el presidente del Gobierno y su equipo no han tenido en cuenta el impacto que alguna de las medidas avanzadas pueden tener en los inversores por el mero hecho de ser anunciadas, aunque luego no se pongan en marcha. Así lo advertía el pasado viernes el presidente del Consejo de Economistas de España, Valentín Pich, en referencia al castigo anunciado para la compra de vivienda en España por parte de ciudadanos extracomunitarios.

Son muchos los que dudan de que este castigo fiscal, que en teoría consistiría en gravar con el 100% a los ciudadanos extracomunitarios que quieran adquirir una vivienda en España, vaya a liberar casas para aliviar el problema de acceso a la vivienda que tienen los más vulnerables en nuestro país. En primer lugar porque los extracomunitarios, especialmente los británicos, compran vivienda en la Costa, o en las Islas... no donde realmente se necesitan. Y ya qué decir de los rusos, o los iberoamericanos que adquieren viviendas carísimas a las que desde luego no van a poder acceder los jóvenes a los que, en teoría, se intentan dirigir las medidas del Ejecutivo.

Eso sí, el simple 'efecto anuncio' ya ha provocado una cascada de reproches y protestas entre los afectados, en especial en el Reino Unido, y como advierten tanto desde el sector inmobiliario como los asesores fiscales, tendrá un efecto muy pernicioso sobre la inversión, y va a provocar un retraimiento de la misma, aunque finalmente no llegue a aplicarse.

Es más que probable que esta medida, que ha generado tanta alarma en el sector inmobiliario español, nunca entre en vigor, como señala la consultora inmobiliaria Bayteca. En primer lugar, porque cualquier cambio en la ley requeriría la aprobación del Congreso español, lo que sería un proceso largo y complicado. La parte izquierda del hemiciclo probablemente apoyará con estusiasmo la medida, pero quizás no tanto PNV y Junts, por tanto no sabemos si la medida tendría los votos suficientes.

Además, no está claro como se diseñaría el castigo fiscal. Actualmente la compra de vivienda está gravada con el IVA, si es vivienda nueva, o con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, si es de segunda mano. El IVA es un impuesto estatal, y es el Gobierno quién decide sobre los tipos, con limitaciones europeas, por cierto, pero si el Impuesto sobre Transmisiones está en manos de las comunidades, la mayoría del PP, y no las veo yo muy dispuestas a subir el tributo. De hecho, la propuesta estrella de los populares en materia de vivienda es justo lo contrario, bajar este impuesto hasta el 4% para la compra de vivienda por parte de jóvenes.

Por tanto, aunque la medida tenga pocas posibilidades de salir adelante, su solo anuncio ya provoca un retraimiento de la inversión internacional. Buena parte del mal, ya se está hecho.