Yolanda Díaz aprobará una subida del SMI con dos cuantías para que Hacienda decida si aplica el IRPF
La ministra de Trabajo lanza un órdago a Montero tras el choque por el alza de este año exigiendo a la comisión de expertos que propongan dos cifras por primera vez en la historia
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Iniciar sesiónLa ministra de Trabajo ha reabierto el conflicto con la titular de Hacienda, María Jesús Montero, a cuenta de si la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) de 2026 debe pagar IRPF. Y como no quiere revivir el conflicto que de principios ... de este año, Yolanda Díaz ha exigido a la comisión de expertos que elaborarán una propuesta que lo haga con dos cifras más a allá de los 1.184 euros mensuales: una cuantía que incorpore la posible tributación en la Renta y otra, alternativa, que excluya el abono de ese impuesto.
Se trata de la novedad que Trabajo ha incluido en las condiciones para que la comisión de expertos elabore sus cálculos para determinar cuánto debe subir el SMI a partir del 1 de enero. Díaz ha apuntado que «una renta de 17.000 euros al año tiene un tipo marginal es el mismo que el de una renta de 100.000 euros, y esto es profundamente injusto», ha indicado para justificar esta nueva exigencia. «Como el objetivo de Trabajo es garantizar al menos el 60% del salario medio, el mandato va a ser doble», ha afirmado. Con y sin impuestos.
De esta forma la pelota sobre lo que pueda subir definitivamente el SMI el próximo año quedará en manos del Ministerio de Hacienda. Lo decidirá su titular, María Jesús Montero, o quien le sustituya en el cargo si para esas fechas ya se encuentra inmersa en la campaña de las elecciones andaluzas como candidata del PSOE. Díaz ha jugado su baza para evitar otro conflicto que supuso un jarro de agua fría para la subida de 2025 con la fricción con Hacienda.
En realidad, los perceptores de este sueldo que se podían ver impactados en su tributación tendrán que esperar hasta la próxima campaña de la Renta (la que se presenta en la primavera de 2026) para aplicar la deducción acordada que les exime de tributar.
Esos problemas derivaron en un pacto in extremis entre Hacienda y Trabajo que supuso la puesta en marcha de una deducción de la cuota que le corresponde a cada contribuyente. Este tipo de beneficios fiscales se aplican una vez concluido el ejercicio correspondiente en la liquidación de la Renta y no a través de las retenciones a cuenta en la nómina que percibe el trabajador. Un 20% de ese colectivo seguirá cobrando un SMI mermado por el impuesto durante los próximos meses, a la espera de que se les devuelvan esos 300 euros en la declaración que presenten el próximo año.
Pero para 2026, Yolanda Díaz ha decidido lanzar un órdago a Montero con una novedosa propuesta de dos cifras. "En los dos casos se alcanzará el 60% del salario medio, como manda la Carta Social Europea", ha indicado la titular de Trabajo. Pero las cuantías irán con y sin IRPF, para decidir finalmente por cuál se opta en función de lo que dicte Hacienda.
Además, Díaz ha anticipado una subida potente del salario mínimo para el próximo año a tenor de las condiciones que ha puesto encima de la mesa. Una subida de precios que se encuentra cercana en el 3% tras los últimos datos de inflación de septiembre; un crecimiento de la economía previsto superior al 2,6%; o, sobre todo, la evolución de los márgenes empresariales, pieza clave en toda la determinación de cuánto subirá el SMI. Con este cóctel de cifras, el salario mínimo superará ampliamente los 1.200 euros al mes e incluso podría situarse cerca de los 1.300 euros, a la espera del dictamen de la comisión.
Lo que aún no está claro es si el decreto del SMI incluirá la obligación de aplicar la subida exclusivamente al sueldo base, sin que el alza afecte y sea absorbida por los complementos de la nómina. Una circunstancia que ha sido denunciada año tras año por UGT y CC.OO., y que han puesto encima de la mesa de negociación como condición clave para llegar a un acuerdo. En cualquier caso, la ministra de Trabajo no ha querido asegurar al 100% esta posibilidad y ha fijado en esa negociación el resultado final de lo que se decida.
Unas retenciones polémicas
Montero siempre ha insistido en que «de lo que se ha tratado es de que ese 20% de trabajadores que cobran el SMI no tenga que tributar a partir de una deducción que se aplicará en el propio IRPF para compensar lo que tendrían que haber abonado frente a lo que se les da para compensar ese abono». Para materializar esta vía, PSOE y Sumar deberán presentar una proposición de ley que incluya esta nueva deducción de la Renta.
Montero tuvo que acabar cediendo para que los trabajadores que cobran este sueldo –más de 2,5 millones de españoles– no paguen el IRPF, como era su intención. Pero Díaz también ha tenido que dejarse una parte de sus reivindicaciones: la de que esta medida tributaria se extendiera más allá de 2025, de cara a las nuevas alzas del SMI que previsiblemente aprobará el Gobierno los próximos años.
Para Díaz era clave que los trabajadores que cobran el salario mínimo no paguen el IRPF porque una de sus medidas estrella se vendría abajo: de cobrar 50 euros más al mes, como establece el SMI de este año, una parte de sus perceptores pagaría 22 euros al mes al fisco. Este mismo miércoles, la ministra de Trabajo ha insistido en que aún es pronto para que los perceptores del SMI tengan que pagar el IRPF por la subida que se les aplique.
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