La sorprendente mutación en hogares de los contenedores marítimos
Esta construcciones sostenibles y de bajo coste ha dejado de ser una solución de emergencia para exprimir su versatilidad y convertirse en tendencia
El viaje de reinvención de la madera como pilar sostenible del futuro
Charo Barroso
La tendencia de utilizar contenedores marítimos como solución habitacional económica en estos tiempos de crisis eterna de la vivienda está despertando el interés de arquitectos y empresas. La actualidad suele mostrar la dirección del viento: recientemente se ha inaugurado en la Zona Franca de Cádiz ... el edificio Zona Base-Incubazul, compuesto por contenedores marítimos reciclados. Ya no se trata solamente de levantar un hogar en una parcela aislada. Ahora es una iniciativa con más dimensión.
Carquero Arquitectura ha sido el estudio encargado del proyecto (que ha recibido una inversión total de más de cinco millones de euros). El edificio cuenta con una superficie total construida de 1.951,33 metros cuadrados y 1.415,73 metros cuadrados de terrazas y espacios libres distribuidos en tres plantas y la baja. Sostenibilidad, innovación y confort como parte del cóctel.
Distintos ámbitos
Sirven también los contenedores como remedios efímeros para eventualidades o emergencias. Por ejemplo, muchas personas obligadas a abandonar sus casas durante la erupción volcánica de La Palma fueron alojadas en contenedores modulares, servidos por empresas como Aurtenetxea Containers. El Mundial de fútbol de Qatar en 2022 albergó el llamado Stadium 974, diseñado por el estudio español Fenwick Iribarren Architects. Mark Fenwick y Javier Iribarren idearon un estadio compuesto por 974 contenedores con una estructura que puede ser desmontada y utilizada de nuevo para otro y otros recintos.
La moda de los edificios de madera echa raíces en los barrios de Madrid
Aitor Santos MoyaEn el último lustro, este fenómeno ha pasado de las casas prefabricadas a elevar bloques de hasta cinco plantas
José Luis Esteban Penelas, arquitecto urbanista y catedrático de Arquitectura de la Universidad Europea (Madrid), considera que es «una de las soluciones más económicas y más ágiles para construir tanto edificios pequeños como grandes». Aunque no descarta que en un futuro los contenedores conformen viviendas de alto standing. «Se pueden apilar y levantar construcciones de 20 metros de altura, con la ventaja de que no hace falta estructura, sino que es el propio contenedor el que se autosustenta uno encima de otro, porque ya vienen armados con costillajes. Solo se necesita reforzarla muy poco. Para sistemas habitacionales resulta absolutamente idóneo», subraya.
Relata Esteban Penelas las referencias de estas construcciones en el mundo: «Hay un barrio en Ámsterdam, Keetwonen, levantado sobre mil contenedores; un hotel de lujo en China de 25 habitaciones; y más ejemplos en Londres (Container City 1 y 2) o Berlín Este y un proyecto de edificio en Bombay». Del rechazo por esta fórmula se ha pasado al entusiasmo. «Es una magnífica solución, incluso estéticamente -sostiene el arquitecto-. Al principio generaba una cierta incomprensión, pero ahora pueden acabarse arquitectónicamente con unas terminaciones muy bonitas, con vegetación, por ejemplo».
Más ventajas, plantea: «Es reciclable y sostenible porque puede reaprovecharse. Si un edificio se queda obsoleto, te puedes llevar los contenedores y los montas en otro lugar».
La flexibilidad es otra de sus características, cree el experto: «Si tú le sueldas o le atornillas una pequeña estructura metálica, ya tienes una terraza. Las posibilidades son infinitas, como si jugaras en un gran Lego. Puedes hacer pequeñas pasarelas, o un puente para unir una zona con otra de la casa, o verticales para escaleras y ascensores…».
El material del contenedor, con un tipo de acero llamado corten, se autooxida, precisa el catedrático de Arquitectura: «Cuando están todas las superficies oxidadas, se para el proceso. Entonces pueden pintarse o forrarse». Combinan estas propuestas diseño y funcionalidad. «Es una nueva estética que hasta ahora como tal no existía y un ámbito de experimentación apasionante para los arquitectos», apostilla.
Hogar personalizado
En Dos Días Container compran contenedores en el mejor estado, por los que pagan entre 2.000 y 3.000 euros, y el precio de venta de la vivienda oscila entre 1.000 y 1.200 euros el metro cuadrado. Carlos Sanchis, project manager y propietario de la compañía con sede en Paterna (Valencia), explica el proceso, que puede ser personalizado: «El cliente contacta con nosotros y a partir de quince días comenzamos a ejecutar los primeros trabajos, los cortes, la adaptación al proyecto, la carpintería exterior, los hormigones… Luego, dependiendo del modelo elegido y de los metros cuadrados que tenga en concreto, tardamos de dos a seis meses como máximo».
Su catálogo incluye propuestas desde 15 a 120 metros cuadrados, estos últimos formados por cuatro contenedores. De las primeras fases del diseño se encarga el equipo de arquitectos de Dos Días Container. Después pasa a una empresa colaboradora, «que dispone de realidad virtual y trabajan con programas de alta tecnología», dice. Los materiales que se utilizan son los habituales de la construcción, como mortero, aislamientos como el SATE, carpintería exterior e interior, pavimentos laminados…
Las posibilidades de estas estructuras son infinitas, «como si jugaras en un gran Lego»
Sostenibilidad, eficiencia energética y aislamientos forman parte de la filosofía de estas nuevas construcciones. «Procuramos generar —expone Sanchis— los menos residuos posibles durante la obra. En cuanto a la eficiencia energética, cumplimos con la normativa vigente de cada municipio donde instalamos. En el 90% de los proyectos ponemos placas solares. También se puede destacar que la vivienda se puede transportar en un futuro». Aunque depende de la distribución y del número de contenedores que se van a utilizar, el 80% de la vivienda se realiza en la planta de fabricación propia, y el 20% restante en destino final.
Aclara que, para levantar un hogar de este tipo, «en terreno urbanizable es necesario proyecto de arquitecto y licencia del Ayuntamiento». «En terreno rústico, según en qué caso, se podría instalar como elemento movible», añade. Además de viviendas, Dos Días Container levanta con el mismo material tiendas, oficinas, chiringuitos, resorts…
Para levantar estas casas en terreno urbanizable se exige proyecto de arquitecto y licencia municipal
Viviendas y piscinas
Henrique Guillerme Rodríguez Vega es el administrador de Kubox Modular, empresa radicada en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas (Ourense), que ofrece entre sus productos modelos de 70, 90 y 120 metros cuadrados, estándar o personalizables. «Nuestras viviendas rematadas son de gama alta. Ya montadas en parcela, salvo los honorarios del arquitecto, rondan los 1.300 euros el metro cuadrado», detalla. La compañía, fundada este año, está compuesta por un equipo con amplia experiencia en el sector. Con esta empresa, desde la obtención de la licencia, el tiempo de obra va desde los 3 a los 4 meses. En fábrica se construye un 90% y en la parcela la vivienda se monta en 2 o 3 días. Para los materiales, combinan innovación y tradición, indica Rodríguez Vega: «Aparte de los aislamientos clásicos, usamos el corcho; pinturas ecológicas purificadoras de aire; materiales exteriores, como una madera en forma de tabla reciclada de plástico del mar; y los productos clásicos de toda la vida».
Los contenedores, reciclados, llevan un aislamiento acústico con doble capa de lana de roca de alta densidad, interior y exterior. «Suelo y techos van aislados, con una envolvente, aparte de aislamiento reflexivo también. Y lleva además ventilación y todo tipo de climatización», comenta.
Las ventajas de utilizar contenedores como vivienda incluyen principalmente, según el administrador de Kubox Modular, «las económicas, porque son más baratas que las tradicionales, y la rapidez de entrega, porque en tres o cuatro meses ya puedes disponer de ellas». Pero también laborales: «Hay falta de personal cualificado en la construcción. Como el trabajo en fábrica es mecánico y siempre el mismo resulta más fácil conseguir profesionales expertos, que igualmente no sufren los rigores del clima».
Además de viviendas como objetivo, emplean los contenedores para construir piscinas prefabricadas. «Son de alta gama y con un proceso rápido de entrega», señala.
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