SNCF defiende su divorcio con Renfe en las rutas entre España y Francia: «Hemos perdido 100 millones»

El Barcelona-París, que contará con cuatro servicios diarios (dos idas y dos vueltas) ahora y seis en verano, ha sido la única ruta de Elipsos -que operaba a través de la marca Renfe-SNCF en Cooperación- que la francesa ha mantenido. El Madrid-Marsella y el Barcelona-Lyon, que también operaba la sociedad conjunta, se han cerrado. La directora de proyectos para Europa de SNCF Viajeros, Caroline Chabrol, ha explicado a los medios de comunicación en el viaje inaugural del nuevo servicio que «la cooperación no era el sistema para seguir» y «el problema de estas rutas era económico». Según los cálculos de SNCF, con estos trazados ambas empresas han perdido 10 millones al año desde que comenzó la colaboración en 2013, «lo que supone una pérdida conjunta de 100 millones hasta este año». La compañía renovó en dos ocasiones la colaboración con Renfe, pero a principios de este año decidió no prorrogar en una tercera ocasión el acuerdo, en parte también por la pandemia.

De todas las rutas que explotaba Renfe-SNCF, el operador francés solo ha visto salvable el Barcelona-París, porque generaba «menos pérdidas que el resto». Por ello ha mantenido abierta esta ruta (París ya aporta cinco millones de viajeros diarios a SNCF Viajeros), que es estacional y está monopolizada por viajes de ocio, tras romper con Renfe. Una decisión que la compañía gala también enmarca en el nuevo contexto de liberalización del mercado, donde Renfe y SNCF ya compiten en la alta velocidad española y la previsión es que en breve lo hagan también en Francia.

¿Cómo rentabilizará ahora en solitario SNCF el Barcelona-París? El trazado empieza a ser rentable a partir de un 60 o 70% de ocupación. En estos primeros viajes, Inoui ha logrado una ocupación cercana al 80%. «La intención es incrementar los pasajeros y ser más ágiles en los procedimientos», ha sostenido Chabrol. Del total de viajeros de la ruta, hasta ahora solo el 20% son españoles, por un 35% de franceses. El resto son pasajeros de otros países, tanto europeos como extracomunitarios. «Tenemos que conocer mejor a los pasajeros españoles y ver por qué han utilizado tan poco esta ruta», ha explicado la directora de marketing para Europa de SNCF Viajeros.

Los precios no cambiarán demasiado en comparación con los ofrecidos hasta el momento en conjunto con Renfe. La primera clase tiene un precio mínimo de 49 euros, mientras que la segunda clase cuesta como mínimo 39 euros. La tarifa infantil, que antes iba hasta los 13 años, pasa a ser hasta 11 años y tendrá una rebaja del 50% respecto a los precios para adultos.

Tal y como ha destacado la directora de marketing Anne-Laure Carre-Afonso, se han vendido ya 52.000 billetes desde que se abrió a la venta el nuevo servicio de TGV Inoui, el pasado 18 de octubre. Con un 85% de viajes de ocio, la intención del operador francés es empezar a vender billetes también entre Barcelona y Figueras. Ahora mismo, los pasajeros se pueden bajar y subir en estas estaciones pero no pueden adquirir un billete con salida y llegada en estaciones españolas. «Necesitamos una autorización de Adif», ha explicado Carre-Afonso. Además, la empresa ha llegado a acuerdos para comercializar billetes a través de las agencias de El Corte Inglés y Ávoris.

También ha habido cambio de proveedores en la conversión de Elispsos a TGV Inoui. El nuevo servicio ha modificado la marca de restauración de su cafetería, que pasa a ser New Rest, ha contratado un servicio de limpieza y, para el embarque, ha cambiado Logirail por Eulen. Inoui mantendrá los trenes con los que operaba Elispsos, unos Euroduplex de Alstom que tienen capacidad para 511 plazas, 180 en primera clase y el resto en segunda.

La decisión de SNCF respecto a Elispsos pilló por sorpresa a Renfe. La compañía pública aseguró que la ruptura de la colaboración era una decisión «unilateral» de su homólogo francés y achacó la medida a la entrada de Ouigo en España, donde ya explota el Madrid-Barcelona y el Madrid- Valencia. Rente cuenta con ambiciosos planes en Francia, donde ya cuenta con los surcos para explotar en solitario el Barcelona-Lyon y el Madrid-Marsella. Ahora tiene que lograr los certificados para operar estas líneas.

Además, los planes de Renfe pasan por explotar conexiones de alta velocidad como el París- Lyon. Sin embargo, para ello necesitan la homologación de la propia SNCF, que en su país es administrador ferroviario ademas de operador. Desde la empresa pública española han denunciado las barreras de entrada en el país galo de su homólogo francés.