Los sindicatos de Talgo exigen al Gobierno alternativas tras el veto a la opa húngara
Reclaman que aclare qué va a pasar ahora con la empresa ferroviaria, presionada por problemas de capacidad
La prensa húngara culpa al ministro Óscar Puente del rechazo a la operación
El Gobierno tumba la opa húngara a Talgo tras alegar razones de seguridad nacional y declara clasificado el expediente
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) -sindicato mayoritario en Talgo- pide explicaciones al Gobierno tras el veto sobre la opa de los húngaros de Ganz-Mavag (Magyar Vagon) a Talgo. La operación no se llevará a cabo por el rechazo del Ejecutivo ... y el sindicato reclama a La Moncloa «que explique su hoja de ruta sobre Talgo». En unos términos muy similares se ha pronunciado también Comisiones Obreras (CC.OO.), que también exige claridad sobre los planes para Talgo.
«CSIF lamenta la incertidumbre en la que se ve inmersa toda la plantilla desde hace meses y por tanto reclama al Ejecutivo que explique su hoja de ruta, y si hay una solución alternativa a la opa del grupo húngaro que salvaguarde la continuidad de toda la plantilla, las condiciones de trabajo y su sede en España», ha informado la central.
La clave militar con la que el Gobierno tumba la opa húngara sobre Talgo
Pilar De la CuestaEn este sentido, el sindicato reclama al Gobierno que garantice la capacidad y crecimiento industrial necesarios «para afrontar la carga de trabajo firmada para los próximos años y, por tanto, la competitividad de la empresa». Uno de los grandes problemas que arrastra Talgo es de capacidad, con una cartera de pedidos enorme, y ahora tras el veto del Ejecutivo el futuro queda en el aire.
La empresa ferroviaria necesita la entrada urgente de un inversor para dotar de capacidad de producción a una compañía que se encuentra al límite de sus posibilidades con su cartera de pedidos en récord histórico. La oferta magiar prometía sumar una superficie de más de 510.000 metros cuadrados en las ocho factorías que opera a lo largo de toda Hungría, lo que hubiera supuesto duplicar su capacidad.
«Esta incertidumbre en la que se ve inmersa toda la plantilla desde hace meses no es buena para nadie y lo único que consigue es sembrar un mar de dudas sobre el trabajo diario que no ayuda a afrontar la situación con normalidad», ha añadido el sindicato.
Desde CC.OO. exigen que se busquen las medidas y soluciones para que «ese plan industrial sea una realidad y nos dé certezas a las trabajadoras y trabajadores de Talgo y no se generen mas dudas con las acciones, su precio y los futuros dueños o asociados de la empresa». Por ello, han dicho, reclamarán una reunión urgente con la dirección de Talgo para aclarar en qué situación queda la empresa.
Comisiones Obreras también pedirá reuniones con diferentes ministerios «para que se nos cuente qué planes tiene el Gobierno a partir de esta situación mas allá de lo que leemos en los diferentes medios de comunicación», al tiempo que añaden que van «a exigir que se nos aclare el futuro de la empresa a la mayor celeridad, y se busquen las soluciones de futuro que nos den las garantías necesarias lo antes posible».
Culpas a Puente
El veto del Gobierno, asimismo, no ha pasado desapercibido en Hungría. El medio económico húngaro index.hu considera la negativa una decisión personal del ministro de Transporte español, Óscar Puente, que «había alargado reiteradamente los plazos en espera de una nueva oferta y pedía una y otra vez más documentos a los húngaros».
El portal hvg.hu añade que Puente intentó forzar otra oferta por parte de la checa Skoda durante su viaje a Praga, el pasado mes de marzo, tras el que se supo que Skoda Transportation podría unirse al holding inversor Criteria Caixa como socio profesional y hacer conjuntamente una oferta para adquirir Talgo. Sin embargo, la oferta de Skoda no contenía ninguna oferta, y cuando la CNMV pidió a la compañía checa que hiciera una oferta, se retiró del acuerdo. Posteriormente, en julio, y sin que se hayan hecho públicos los motivos de su cambio de opinión, Skoda volvió a mostrar interés por Talgo y respondió a la llamada de La Moncloa para auspiciar una operación alternativa, pero descartó hacerlo mediante una contraopa, dadas las dificultades financieras atravesadas durante los últimos años. La propuesta de «integración industrial y combinación de negocio» planteada sin demasiado detalle el pasado 16 de julio fue ampliada diez días después con la sugerencia de abrir los libros y explorar una fusión.
El medio de información bursátil Világgazdasçag afirma que «no se puede robar a los ocho mil accionistas del fabricante español de trenes» y que la historia no ha terminado, porque el caso seguirá en los tribunales. Duda que tres años después de que el mundo haya superado la pandemia pueda invocarse la normativa antiopas y señala que «el veto del Gobierno español sangra por varias heridas». Sobre la acusación de los dirigentes españoles, que sospechan de influencia rusa tras el comprador húngaro, insiste en que «no se ha aportado ninguna prueba de ello, por lo que esta afirmación no puede interpretarse más que como un farol político».
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