El PP ultima su proyecto alternativo a la adenda de Calviño a los fondos UE por si llega al Gobierno

Los populares no ocultan que no comparten a la orientación de buena parte de las prioridades de la adenda y que ven en el actual modelo de gestión un obstáculo para una ejecución rápida y eficaz de los fondos, y consideran que la Comisión les dará la posibilidad de introducir cambios si tienen la posibilidad de gobernar. A partir de ese diagnóstico, dirigentes del PP llevan meses reuniéndose con representantes del tejido empresarial, expertos en gestión pública y actores sectoriales para configurar un plan alternativo que resuelva los cuellos de botella detectados en la gestión del Plan y reoriente los millonarios recursos del mismo hacia aquellos ámbitos que mayor capacidad tienen para impulsar la economía.

«La fragmentación en múltiples convocatorias, la complejidad de los requisitos exigidos para concurrir y los plazos, en ocasión muy reducidos, están dificultando la participación del tejido empresarial y especialmente de las pymes, que deberían ser las protagonistas», analiza Santiago Sánchez, economista que ha seguido de cerca la gestión de los fondos europeos.

Lo primero que quiere hacer el PP es acabar con esa complejidad. Una de las medidas que un eventual nuevo Gobierno de Feijóo negociaría con Bruselas sería un plan de incentivos fiscales mucho más ambicioso que el de 2.200 millones para inversiones verdes que prevé la adenda del Plan de Recuperación, en línea con lo que se ha hecho en otros países como Francia, Italia o Portugal.

Según explica el portavoz económico de los populares, Juan Bravo, la idea es que programas que están manifestando dificultades de ejecución como las ayudas a la compra de vehículos eléctricos del plan Moves, el kit digital o las ayudas para instalación de placas fotovoltaicas en instalaciones industriales se vehicules a través de beneficios fiscales en el IRPF o Sociedades para facilitar su ejecución, e incluso que los fondos se puedan utilizar también para sufragar el impacto sobre el Estado de otros incentivos fiscales que el PP está valorando para animar la inversión empresarial. «Estamos convencidos de que Bruselas aceptará este replanteamiento porque nos consta que hay preocupación por la posibilidad de que haya programas que no se ejecuten en su totalidad», señala en declaraciones a ABC.

El plan plantea cambios en la gobernanza. El esquema centralizado dispuesto por el Gobierno, en virtud del cual las líneas maestras del plan e incluso los proyectos estratégicos se han definido desde La Moncloa será sustituido por un órgano con participación de sector privado y entes territoriales.

El plan alternativo del PP pretende que las CC.AA. puedan destinar una parte de los recursos que les lleguen a los proyectos que consideran más estratégicos para su territorio y no a los que se decida desde el Gobierno.

Otra de las ideas es utilizar los fondos para sufragar la factura de la puesta en marcha de las cuentas individuales portables para trabajadores, la célebre mochila austriaca, cuyo principal problema operativo es su elevado coste de activación, que ronda los 9.000 millones según el Banco de España.

El proyecto del PP reformula parte de los Perte impulsados por el Gobierno de Sánchez y prevé la creación de nuevos proyectos estratégicos, «con menor carga ideológica y más orientadas a las verdaderas necesidades del país».

Entre los Perte que se reformularán, el del Vehículo Eléctrico, al que el Gobierno asignó 3.000 millones con la aspiración de movilizar cerca de 12.000 millones de inversión privada, pero que avanza a trompicones entre deserciones de grandes fabricantes. El PP pretende incluir a concesionarios y reparadores de vehículos, dos segmentos excluidos de este Perte.

También potenciaría el Perte Agroalimentario, dotado con 450 millones y cuyos recursos se incrementarían para impulsar la digitalización y la competitividad del sector, y sufragar la factura de los planes estratégicos que se quieren impulsar en los subsectores ganaderos, agrícolas y de la industria.

Los populares quieren negociar con la Comisión nuevos proyectos estratégicos: un Perte del turismo, la principal industria del país y el gran olvidado en las apuestas estratégicas de Sánchez, orientado a la modernización del sector -incluiría un 'plan renove' para la hostelería- y la reducción de su huella ambiental; y por otro un Perte del agua, cuyo objetivo sería financiar las infraestructuras pendientes del plan hidrológico y de los planes de cuenca.

Fuentes del PP aseguran que estos planes se han trasladado a Bruselas de manera informal y que habría vía libre europea para una negociación.