Al mismo tiempo que aumenta la tensión en Oriente Próximo ante un posible ataque terrestre del ejército israelí a Gaza se dispara la cotización del petróleo en los mercados internacionales. El viernes, el tipo Brent subió un 5,6% y alcanzó los 90,80 dólares ... el barril. El incremento es incluso mayor que el registrado el pasado lunes después de la invasión de Hamás a Israel. Entonces, se encareció un 4% hasta los 88 dólares.
También está influyendo en esta subida el hecho de que Estados Unidos haya endurecido su programa de sanciones contra las exportaciones rusas de crudo, aumentando la preocupación por la oferta en un mercado ya de por sí tenso, con previsiones de descenso de los inventarios mundiales hasta el cuarto trimestre. El jueves, EE.UU. impuso las primeras sanciones a los propietarios de petroleros que transportan petróleo ruso a un precio superior al tope impuesto por el G7 de 60 dólares por barril para cerrar las lagunas del mecanismo diseñado para castigar a Moscú por su invasión de Ucrania, informa Reuters.
Además, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) mantuvo el jueves su previsión de crecimiento de la demanda mundial de crudo, en concreto de China, el mayor importador mundial.
Asimismo, el precio del gas también ha subido, en concreto, casi un 2%, y rozó los 54 euros el MWh en el mercado holandés. El incremento en solo una semana es del 57%.
El encarecimiento del gas responde a un problema técnico y a otro geopolítico. El primero es el cierre desde el pasado domingo del gasoducto Baltic Connector que une Finlandia y Estonia y las sospechas de que se trate de un sabotaje.
La cuestión geopolítica se debe, al igual que sucede con los precios del petróleo, a la posible implicación de Irán en el conflicto, ya que esta República islámica es uno de los mayores productores de gas del mundo y un importante exportador de petróleo.
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