ANÁLISIS
Los «del puro» acusan recibo: Ferrovial se va de España
La familia Del Pino abre la veda entre la gran empresa española y trasladará las sedes del gigante español Ferrovial a Países Bajos, en busca de mejores oportunidades y estabilidad jurídica para sus inversores y accionistas
Economía: «Ferrovial le debe todo a España. No es aceptable que muestre esta falta de compromiso con su país»
Ferrovial se mudará a Países Bajos y lo justifica por su marco jurídico estable
Pedro Sánchez
Los ataques del Gobierno de Pedro Sánchez a la gran empresa española empiezan a pasar factura. De momento, la familia Del Pino, hasta contar con la aprobación de sus accionistas, ha decidido trasladar tanto la sede social como la fiscal de Ferrovial ... a Países Bajos, en busca de seguridad jurídica y la confianza de los inversores. Y es que el dinero, aquí y acullá, huye de los problemas y de las piedras en los zapatos. Los negocios necesitan una administración ágil, eficiente y sencilla en todos sus trámites, además de seguridad jurídica, estabilidad política y una presión fiscal razonable. Como muestra un botón: más de 7.000 empresas abandonaron Cataluña desde el comienzo del 'procés' allá por 2017. Entre los nombres, ilustres como Caixabank, Banco Sabadell, Gas Natural, Abertis, Planeta o Cellnex. Hartas de inestabilidad jurídica y ataques, grandes y pequeñas sitas en la región buscaron un destino mejor para los intereses de los suyos. Entonces, el éxodo fue interno, con destino Madrid, Valencia o Andalucía, principalmente. Ahora, decía, se abre un frente más amplio para el tejido empresarial: Ferrovial abre la veda y pone pies en polvorosa. Y la decisión coincide con un ataque sin precedentes del Gobierno Sánchez al tejido empresarial español y con La Moncloa en plena campaña de acoso y derribo al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. ¿Suma y sigue?
Impuesto a las grandes fortunas, impuesto a los bancos y energéticas, demonización de los empresarios y demolición de la negociación colectiva en los salarios ha terminado por cuajar un cóctel letal, una atmósfera irrespirable para las grandes compañías. Ya en 2021, uno de ellos, el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, lanzaba su órdago, lo mismo tendría que huir a Londres, y trasladar allí su sede social... En su intervención durante un acto en Bilbao, el presidente de Iberdrola urgía la necesidad de generar un «clima» que transmitiera «confianza a los inversores», ya que solamente con ese marco «se pueden continuar las inversiones necesarias». Para ello demandaba la urgencia de un mercado estable, predecible, que garantizase a quienes dan dinero que caen en buenas manos, mientras tildaba la situación que se vivía en España de «intervencionismo terrorífico» -sobre todo, en el sistema eléctrico, claro- y la importancia inexcusable de la seguridad jurídica.
Nada de aquello surtió efecto en las tripas del Gobierno. Cayó en agua de borrajas: «He escuchado a algunos dirigentes, a la señora Botín, al señor Galán. En fin. Si protestan es que vamos en la buena dirección», sentenciaba Sánchez aprovechando el acto público de balance semestral de cumplimiento de los compromisos contraídos por él y por su Ejecutivo para defender atacando la futura aplicación del nuevo tributo a energéticas y gran banca con el que se pretende recaudar 7.000 millones de euros en dos años. Incluso les llegó a atacar mucho más. Son esos «señores con puro» que anidan en los «cenáculos madrileños». Esos que, al parecer, van difundiendo con falsedad que él no se presentará a las próximas elecciones porque aspira a un alto cargo europeo. Son esos «poderosos», con intereses inconfesables y «terminales políticas y mediáticas» que lanzan bulos en su contra...
La marcha de Ferrovial se produce en un momento especialmente delicado para los planes de Pedro Sánchez: en año electoral e intentando forzar a algunas empresas estratégicas que abandonaron Cataluña a regresar para abonar su tesis de que tras los indultos y la abolición del delito de sedición y el abarátanos el de malversación. España va bien, reitera una y otra vez. Él y los suyos. Puede que no. Que pregunten a los Del Pino.