El lento aterrizaje del 'blockchain' en la administración
A pesar de que empiezan a surgir proyectos pioneros, el uso de esta tecnología clave para generar confianza y eficiencia en el sector público es aún muy incipiente
Los seguros comienzan a adentrarse en el territorio 'blockchain'

La trazabilidad del proceso y la fiabilidad de que la información no ha sido manipulada son las virtudes que hacen del 'blockchain' una tecnología con un gran potencial de utilización en el sector público. Genera confianza en los ciudadanos, permite registros inmutables, es un potente aliado contra la corrupción ... , aumenta la eficiencia de las operaciones… en definitiva, supone un salto adelante en la perentoria puesta al día de las administraciones, que, tras la llegada de la pandemia, han entendido la importancia de digitalizar todas sus áreas de actividad y de buscar fórmulas que garanticen que todo se hace acorde a las normas.
España, que ocupa el quinto puesto en materia de servicios públicos digitales en la eurozona, según el DESI de 2022, ha sido pionera en algunos casos de uso de la cadena de bloques. El Gobierno de Aragón, por ejemplo, fue premiado en 2020 en el X Congreso Nacional de Innovación y Servicios Públicos por ser pionero en nuestro país y en Europa en el empleo de esta tecnología en las licitaciones públicas, como una forma de ganar transparencia y asegurar la privacidad de los datos en los procedimientos abiertos simplificados.
A todos los niveles, las instituciones públicas españolas han aumentado la adopción de esta innovación, aunque a un ritmo lento, lo que nos sitúa lejos de referentes como Estonia.
Antonio Requena, socio responsable de Blockchain en PwC, explica que es una tecnología que mejora la eficiencia de los procesos de interoperabilidad entre distintas administraciones y contribuye a encontrar nuevas soluciones a problemas aún por resolver. «También ayuda en la promoción de la transparencia y en la lucha contra el fraude», agrega. En cuanto a aplicaciones concretas, cree que la identidad digital distribuida o soberana, en la que el ciudadano es propietario de sus atributos y comparte solo aquella información necesaria para lo que desea hacer, es la base sobre la que después se construirán múltiples casos de uso. Cabe recordar que en noviembre, el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional sobre la Identidad Digital Europea (Reglamento eIDAS2), cuyo propósito es garantizar el acceso de las personas y las empresas a una identificación y autenticación electrónicas seguras y fiables. Los Estados Miembros estarán obligados a emitir, dentro de los 24 meses posteriores a la entrada en vigor, al menos una cartera de identidad digital europea, que serán voluntarias para ciudadanos y empresas en forma de apps móviles.
Otros supuestos en los que la cadena de bloques tiene utilidad, según el experto, son el registro y verificación de documentos (para que se realice de una manera más trazable y sencilla de interoperar a posteriori, además de inmutable y segura), la contratación pública, para ganar eficiencia y transparencia, al tiempo que se reduce la posibilidad de fraude, o la gestión de subsidios y ayudas públicas, un apartado en el que sirve para resolver los expedientes de un modo eficaz y efectivo, permitiendo la trazabilidad de todas las ayudas que recibe la persona por parte de diferentes organismos y descartando así incompatibilidades. En temas de salud pública, ante situaciones como el Covid, también es un recurso interesante para fijar mecanismos seguros de trazabilidad y anonimización de la información.
Entre los proyectos en marcha, menciona el euro digital, una 'stablecoin' respaldada por un banco central, cuyos preparativos se prolongarán hasta al menos 2026, y la European Blockchain Services Infrastructure (EBSI), una red de nodos distribuidos en todo el continente para respaldar aplicaciones transfronterizas. «Todavía no hay sistemas en producción que se puedan utilizar a nivel global, pero de 'wallet' del ciudadano se están haciendo bastantes pilotos y sería el elemento a partir del cual construir más casos», comenta Requena.
Uno de los sectores que más apuesta en la actualidad por la tecnología de registro distribuido es el académico. «En el mundo de la universidad estamos trabajando en profundidad, ya desde hace bastante tiempo, en ello», asegura Ignacio Gil Pechuán, catedrático de Dirección de Empresas y Sistemas y Tecnologías de la Información en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). En concreto, habla de proyectos como CertiDigital, en el que están involucradas diversas universidades nacionales, que trata de desplegar un servicio de certificación digital para el Sistema Universitario Español en el marco del Espacio Europeo de Educación Superior, o Europass Digital Credentials for Learning (EDC), encaminado a la generación de documentos electrónicos estandarizados a prueba de manipulaciones que certifiquen los logros académicos.
«Facilitaría mucho los procesos internos», resalta el que también es director del Centro de Formación Permanente de la UPV. Estas iniciativas, expone, se realizan de forma progresiva y siempre con experiencias piloto antes de su implantación masiva. «Más que tecnológicamente, son procesos largos en cuanto a la logística», matiza.
Fase incipiente
En su opinión, una de las asignaturas pendientes es la falta de concienciación sobre el valor añadido que reporta el 'blockchain' a las organizaciones, «pero la disminución de costes que puede suponer, así como las garantías de seguridad y trazabilidad son tan grandes que es cuestión de cinco o seis años que esté muy desarrollado en todos los ámbitos, tanto privados como públicos».
Miguel Ángel Domínguez, presidente de Alastria, una de las mayores plataformas 'blockchain' público-permisionadas y multisectoriales del mundo, defiende que 'blockchain' es una tecnología muy prometedora, «pero aún está en una fase incipiente en España en todos los sectores, incluyendo el público». Eso sí, pone en valor experiencias como la plataforma para la recepción de contratos públicos del Gobierno de Aragón, los proyectos piloto a gran escala en los que participa España dentro de EBSI relacionados con identidad digital o los casos de uso que se están trabajando en el Clúster Blockchain de la Comunidad de Madrid, como los monederos digitales, la gestión de expedientes, la gestión de residuos y los procesos de exportación y logística comercial.
«Otros ejemplos del potencial que la administración pública española ve en las tecnologías descentralizadas –continúa– son la aprobación del proyecto para la construcción de una red 'blockchain' de ámbito nacional dentro de los proyectos Retech del Ministerio de Economía, y la puesta en marcha del 'sandbox' financiero en el Banco de España, donde hay un porcentaje elevado de proyectos que utilizan tecnología 'blockchain'».
Proyectos en marcha
En el ámbito cultural, el Ayuntamiento de Córdoba trabaja en una iniciativa, financiada con cargo a los fondos Next Generation, basada en la implantación de un sistema que acredite la propiedad de todo su patrimonio artístico y controle la trazabilidad cuando se ceda para exposiciones temporales.
El abanico de posibilidades es muy amplio. En diciembre, iCommunity desarrolló un proyecto pionero de trazabilidad documental en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid que utiliza 'blockchain' para transformar y optimizar los procesos documentales del consistorio, lo que permite, según señalan desde la compañía, una verificación en tiempo real del estado de tramitación de procesos administrativos, proporcionando transparencia total entre ciudadanos y administración pública. «La implementación de esta solución representa el primer caso de aplicación real de la tecnología 'blockchain' en procesos legales de una institución gubernamental de tal envergadura, marcando un hito significativo en la transformación digital del sector público», subrayan. Entre los beneficios del proyecto se incluyen la eficiencia administrativa, la transparencia, ya que «'blockchain' actúa como un notario digital, proporcionando un registro inmutable y transparente de todas las transacciones y eventos relacionados con los documentos», la verificación en tiempo real y la integridad y autenticidad de la información.
Desde Blue Room Innovation, especializada en el desarrollo de soluciones tecnológicas innovadoras para responder al reto de la sostenibilidad, aseguran que el 'blockchain' se postula como una de las más prometedoras, sino la que más, para dotar al sector público de un entorno tecnológico cuya bandera sea la transparencia. Entre sus proyectos, destaca la plataforma CircularPort, cuyo objetivo es trazar y certificar la procedencia de los residuos portuarios mediante la creación del pasaporte digital del residuo que proviene de los buques y de las instalaciones portuarias. La solución ha recibido financiación del programa Puertos 4.0, el modelo de innovación abierta adoptado por Puertos del Estado y las Autoridades Portuarias Españolas. Por otro lado, la empresa participa en el proyecto Reciclos, de Ecoembes, que incentiva el reciclaje de envases mediante la entrega de recompensas, utilizando una app que incorpora diferentes funcionalidades en las que el 'blockchain' es indispensable. «Durante los diferentes puntos de desarrollo de este proyecto hemos colaborado con ayuntamientos y otras entidades públicas que participan de todo el proceso de gestión de nuestros residuos», indican.
En la carrera de fondo que representa la adopción del 'blockchain' en la administración, España, según el consenso de los expertos, va creciendo, si bien aún se encuentra en una etapa incipiente. En el entorno europeo, tanto Requena como Domínguez hablan de Estonia como uno de los referentes, sin olvidar otros que están apostando muy fuerte. «Bélgica anunció que dará un impulso a EBSI durante su presidencia del Consejo Europeo», ahonda el presidente de Alastria.
Retos que vencer
Preguntado por los desafíos por superar en nuestro país, explica que la administración pública lleva más de una década implantando procesos con firma electrónica y 'blockchain' –que también ofrece tecnología criptográfica que puede ser utilizada con fines similares–, lo que ha hecho que posiblemente no se perciban sus ventajas con tanta claridad. «Hace falta una mayor sensibilización sobre el resto de beneficios que tiene esta tecnología para que la adopten. Por ejemplo, mejora, mediante el uso de los 'smart contracts', procesos que ahora mismo la administración tiene que realizar de forma manual y eso, unido a que proporciona las mismas ventajas que los certificados electrónicos, ofrece una opción mucho más potente para la administración pública», dice. A su juicio, cuando se adopte la nueva identidad digital europea eIDAS2, se ponga en marcha el euro digital y se comiencen a utilizar las aplicaciones de tokenización, las ventajas de 'blockchain' se verán mucho más claramente.
Por su parte, Antonio Requena, de PwC, piensa que los retos que enfrenta la administración son los mismos que el sector privado. «Se ha avanzado en regulación, pero es necesario desarrollar un marco legal claro que respalde el uso del 'blockchain', en particular, en el sector público», comienza por señalar. Otra dificultad deriva de la resistencia al cambio y del coste de la migración o actualización de los sistemas. La lentitud de los protocolos de colaboración, los marcos normativos, etc., para lograr una adecuada interoperabilidad también es un obstáculo a salvar, así como la privacidad y seguridad y, por último, la capacitación en nuevas tecnologías.
Proyecto EBSI-Vector
Es cuestión de tiempo que los ciudadanos de la UE tengan a su disposición una nueva infraestructura sustentada en 'blockchain' que marcará un antes y un después en su modo de relacionarse con las diferentes instituciones del continente. Más de 50 socios, entre los que se incluyen cuatro empresas españolas (Izertis, Gataca, Validated ID y Logalty, además de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre) de una veintena de Estados trabajan, desde el pasado mes de junio, en un proyecto que tiene como objetivo crear un sistema seguro, eficaz y descentralizado para la verificación e intercambio de documentos digitales entre países basado en la cadena de bloques. Bautizado como EBSI-Vector, tiene una duración prevista de dos años y contempla la utilización de esta tecnología para que determinadas credenciales de los ciudadanos se almacenen en billeteras digitales ('wallet', en inglés) con plenas garantías.
Izertis, con sede en Gijón, es una de las cuatro empresas españolas que participan en la iniciativa. Miguel Ángel Calero, Lead of Emerging Technologies de la firma, explica que las herramientas empleadas en la actual fase piloto son las que se utilizarán después a nivel de producción, lo que facilita la labor de las instituciones que están colaborando en el proyecto. La solución final podrá implantarse en todos los Estados miembros y será escalable, ya que en el medio plazo también podrá albergar otras integraciones a gran escala propuestas por la Comisión Europea.

Calero cuenta que la propuesta europea se enfoca en tres aplicaciones. La primera, las credenciales educativas. «Haremos un piloto con 100 instituciones europeas, fundamentalmente universitarias, para emitir y recibir credenciales de formación de sus alumnos y personal investigador», comienza por indicar. Otro ámbito será el de la seguridad social, en concreto, el formulario PDA1 y la tarjeta sanitaria europea y, por último, el certificado de registro mercantil de empresa.
El portavoz de Izertis destaca que la principal ventaja es la conveniencia. «Es más fácil y barato emitir certificados digitales», apunta en este sentido, recordando que, desde el punto de vista de la población, no debería plantear problemas. «España es uno de los países con mayor tasa de penetración de los 'smartphones' en el mundo y la 'wallet', aunque se puede usar en cualquier dispositivo, habitualmente se lleva en el móvil», dice. La diferencia que traerán consigo los desarrollos en torno a EBSI-Vector es qu «cuando guardamos algo en la 'wallet' de nuestros móviles estamos confiando en tecnologías y estándares no europeos, mientras que con esta aproximación, el ciudadano está en el centro y sus datos están controlados por él mismo».
Un cambio de paradigma que, bajado al terreno, se traduce en que, por ejemplo, cuando queramos alquilar un coche, solo tengamos que certificar la posesión del carnet de conducir en vigor. «Ese concepto de privacidad es fundamental en la UE y con las credenciales europeas se respeta», asegura Calero. «También podremos dejar registrado que alguien que tenía acceso a documentación nuestra ya no lo tiene porque se lo hemos retirado, lo que se denomina revocación», prosigue. Asimismo, habrá mejoras en materia de privacidad. «Imaginemos que viajamos y necesitamos que un médico fuera de España nos atienda. Ahora la única manera de hacerlo es pedir que nuestro doctor le envíe al otro la información, pero no somos propietarios de la misma. La aproximación europea es que nosotros nos descargamos esa información cifrada y certificada en forma de credencial en nuestra 'wallet' y se la presentamos al profesional», comenta como supuesto práctico.
Desde Izertis recuerdan que son la primera compañía española que ofrece una 'wallet' de código abierto que cumple con los estándares de la Comisión Europea. «Ya la tenemos operativa y estamos trabajando con universidades y administraciones españolas para que después se pueda usar a nivel público», señala Calero. Pequeños hitos que posicionan al 'blockchain' en la rampa de su despegue masivo.
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