La industria española cierra 2022 en punto muerto tras el brusco frenazo de la actividad en la segunda mitad del año

La estadística muestra que en el conjunto del año pasado la producción industrial avanzó un 2,4%, lo que supone el segundo mejor dato desde 2017, pero compara con el rebote del 7,1% que experimentó en 2021 tras el desplome del 9,2% que sufrió el año de la pandemia. El aprovechamiento de la capacidad industrial española está en el 77,1%, por debajo del 78,8% que marcaba al cierre de 2021.

El frenazo de la producción industrial es coherente con la no recuperación de las carteras de pedidos y las pesimistas expectativas de los agentes sobre la evolución de la actividad en el corto plazo, y si no es más profundo es por la acumulación de stocks ante la incertidumbre de cómo se pueden comportar los precios de las materias primas en los próximos meses.

Con todos, tres de los cinco componentes generales de la producción industrial mostraron un perfil positivo en diciembre. La producción de bienes de consumo duradero, la rúbrica que más sufrió durante la pandemia, creció un 5,9%; la producción de energía, un 3,9%; y la de bienes de equipo, un 2,8%. En la parte negativa, la fabricación de bienes de consumo no duradero retrocedió un 0,7% y la de bienes intermedios lo hizo un 1,6%.