India intenta aprovechar el desacoplamiento de China por la tensión política

A esta guerra comercial, exacerbada por el apoyo implícito de China a Rusia en la invasión de Ucrania, se suman su cierre de fronteras y el impacto en la cadena de suministros por los confinamientos debido a su política de Covid 0. El empecinamiento en dichas restricciones está llevando a muchas compañías occidentales, entre ellas las tecnológicas, a diversificar su producción en otros países.

Una oportunidad que la India quiere aprovechar. «De los 178.000 millones de dólares en exportaciones de nuestra industria tecnológica, unos 100.000 correspondieron a los servicios de tecnologías de la información (IT), 38.000 a la gestión de procesos de negocios (BPM), de los que la India ya controla el 38% global, 34.000 millones a la ingeniería informática y el resto a productos», detalla KS Viswanathan, vicepresidente de la patronal Nasscom.

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La mejor muestra de dicho auge son los llamados Centros de Capacidad Global para multinacionales, que aglutinan todos los servicios de esta industria porque dan apoyo tecnológico y operativo en finanzas, contabilidad, investigación, desarrollo e innovación. De los 1.430 que ya funcionan en la India, que generan 35.000 millones de dólares y 1,3 millones de empleos, Bangalore copa el 38%.

Otro ejemplo de esta compleja situación es que el mayor centro de investigación y desarrollo (I+D) de Mercedes, tras Alemania, está en Bangalore, pero su principal mercado es China. Con 170.000 millones de dólares el año pasado, China es el segundo mayor receptor de inversión directa extranjera tras EE.UU., el doble que la India (83.000 millones). Para mejorar su posición, la India está potenciando la formación digital de 2,5 millones de trabajadores y 2,5 millones de estudiantes en campos con gran futuro como la nube, los móviles, la inteligencia artificial, los datos, la impresión 3D y el metaverso.

Además, fomenta el carácter emprendedor con las startups, de la que es segunda potencia mundial tras EE.UU. Muchas de ellas crecen en incubadoras como la de Ginserv en Bangalore, que alquila sus oficinas por 5.000 rupias mensuales (62 euros) y donde crecen 45 empresas. «Fomentamos su actividad y ofrecemos muchos servicios. Suelen estar tres años y de aquí han salido importantes firmas tecnológico-financieras ('fintech') como Krazy Bee y Kredit Bee, que empezaron con cuatro personas y tienen ya 2.000 empleados», se enorgullece su jefe de operaciones, Girish N. Hiremath.

«India y China son rivales tecnológicas. La India se ha convertido en un auténtico centro de diseño para maquinaria y software, pero necesita invertir más en I+D y tener más centros de producción industrial para conseguir plena convergencia y aprovechar sus diseños», analiza Ajay A. Prabhu, presidente de Servicios Tecnológicos de Quest Global. A su juicio, «tras la guerra de Ucrania, muchas empresas buscan estabilidad y seguridad y a China le puede pesar su sistema».