Más gasto, más impuestos

Pero resulta absolutamente intolerable que el Gobierno prepare una nueva vuelta de tuerca fiscal, otra más, cuando no ha realizado ni el más mínimo intento de reducir los abultados gastos de las distintas esferas de la Administración, que tenga la desfachatez de considerar que todos ellos son necesarios, ninguno sea superfluo y no existan duplicidades y que se resista sin justificación a realizar el más somero análisis coste/beneficio de todos ellos.

La ministra de Hacienda, con su exuberante verbo, que anega y oscurece cualquier inteligencia, presentó el techo de gasto para 2023, que supone un nuevo récord y lo aderezó con la amenaza de nuevos impuestos. No se dignó dar más detalles. Su plan consiste en más gasto y más impuestos, todo un alarde de ausencia de ideas, atiborrado de populismo demagógico. Nada dijo de los 22.000 millones de euros que ha recaudado de más, como consecuencia de la inflación, que es el impuesto más eficaz e injusto y se le olvidó concretar cómo se aplicará el nuevo impuesto.

Además de la idea, ¿copiará a Podemos los tipos propuestos que superan con creces a las rentabilidades que ofrece el propio Estado en sus emisiones de deuda y convierten el impuesto en una clamorosa confiscación? No se sabe, no ha tenido tiempo de estudiarlo, solo de improvisarlo.

¿Se aplicará a las comunidades con estatus especial como las haciendas vascas y navarra? ¿Lo ha pactado con el PNV y con Bildu? Estos dos ya han demostrado que solo les importa quién recauda y si participan del botín siempre están de acuerdo.

¿Se aplicará allí donde ya exista el impuesto sobre el Patrimonio? ¿Se aplicará en vez o la vez? ¿Apaciguará esta medida la actual guerra fiscal entre el gobierno y las comunidades regidas por el PP? Tenga por seguro que no, más bien la acrecentará.

Pedro Sánchez ha depositado sus escasas esperanzas de recuperar una parte de su perdido crédito electoral en abrir un frente entre clases sociales y en convertir al rico en el gran enemigo social. Él opta por la defensa de los trabajadores (¿no lo son los demás?), pero olvida que un trabajador necesita un trabajo para serlo. ¿Se lo dará él?