El Gobierno dará más poder a las patronales afines tras las elecciones en Cepyme
Pimec y Conpymes aspiran ahora a entrar al Consejo de Empleo para intentar agilizar las propuestas de la vicepresidenta Yolanda Díaz
Ángela de Miguel y Gerardo Cuerva libran la batalla final en las elecciones más convulsas de Cepyme
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Iniciar sesiónEl encaje de piezas que mueve el Gobierno en el entorno de las patronales como órganos de representación en el diálogo social va a pasar por un mayor protagonismo de organizaciones alternativas a CEOE y Cepyme, ante la intención de Moncloa de ... asignar nuevos puestos en órganos estatales a las dos asociaciones que han ido ganando terreno en los últimos meses: Conpymes, vinculada a Sumar –el socio del PSOE en el Ejecutivo– y Pimec, con importante presencia en el tejido empresarial catalán y en la órbita del independentismo. A ambas se les buscan sillones dentro del Consejo General del Sistema Nacional de Empleo, según apuntan varias fuentes del diálogo social a ABC. Se trata de un espacio clave dentro del organigrama del Ministerio de Trabajo, dirigido por la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz, donde, entre otras funciones, se informa de todas las propuestas en materia de política laboral.
Este movimiento llegará justo después de las elecciones que este martes tienen lugar en Cepyme, una cita en la que los delegados deberán decidir si Gerardo Cuerva continúa al frente de la confederación revalidando su cargo; o si bien prefieren a Ángela de Miguel, la empresaria vallisoletana que encabeza la alternativa con el apoyo del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. La intención de La Moncloa no es casual, al aprovechar las fricciones de los últimos meses en el seno de la patronal para ir introduciendo otros agentes en el entorno del diálogo social que resultan más proclives a las medidas impulsadas por el Ejecutivo.
El mayor protagonismo de Conpymes y Pimec se da por hecho en todos los ámbitos del diálogo social. Empresarios y sindicatos son conscientes de este nuevo encaje de bolillos que prepara el Gobierno después de varias incorporaciones a otros órganos vinculados a la política laboral. En abril, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publica el cese de los representantes de CEOE y Cepyme en la Comisión Nacional de Convenios Colectivos para incluir a nuevos miembros de la catalana Pimec.
La sucesión de cambios ha sido constante desde principios de año. A Conpymes ya se le había abierto hueco en varios organismos del Estado, como el Consejo Nacional de la Pyme. Y se espera lo propio con Pimec en el Consejo Económico y Social (CES). Éste fue, por ejemplo, el que elaboró un dictamen que tildaba de «insuficientemente fundamentado e incompleto» el análisis que el Ministerio de Trabajo ha realizado con la ley de reducción de jornada, aunque al mismo tiempo consideró importante la implantación de esta norma con un encaje de bolillos entre empresarios y sindicatos que llegó a buen puerto para que el anteproyecto firmado por Díaz y los sindicatos CC.OO. y UGT siguiera su camino.
Precisamente el desatasco de ese proyecto de ley –la medida estrella de Yolanda Díaz para esta legislatura–, que se encuentra en fase de presentación de enmiendas a la totalidad en el Congreso ante la amenaza de Junts para presentar una que tumbe la ley, está detrás de todos estos movimientos en el seno del diálogo social, donde las opiniones –vinculantes o no– de estas asociaciones son más afines.
El encuentro en La Moncloa, clave
El punto de inflexión de esta nueva realidad del entorno laboral se produjo la semana pasada. Fue en un encuentro que mantuvo el presidente del Gobierno con el presidente de Conpymes, José María Torres, y el vicepresidente primero de la entidad y presidente de Pimec, Antoni Cañete, en el Palacio de la Moncloa.
Teóricamente lo hacían para «tratar la situación de las pymes». Pero Sánchez aprovechó esa reunión, a la que asistió el director de la Oficina Económica, Manuel de la Rocha, para comprometerse a seguir apoyando a las pymes para que mantengan su protagonismo en el crecimiento de España.
En el trasfondo de estos cambios subyace el deseo de estas organizaciones de tener un papel más dominante en la mesa del diálogo social, donde se negocia el Acuerdo para la Negociación Colectiva o las grandes leyes de Trabajo. Sería un paso más que, por ahora, no se vislumbra por los recelos de las partes para incorporarlas.
Pero aprovechando el flanco abierto entre Garamendi y Cuerva en los últimos meses, el Ejecutivo se jacta en círculos internos de haber erosionado la posición de los empresarios a la espera de unas elecciones como las de hoy que volverán a mover las piezas del puzle que La Moncloa intenta cuadrar para sus propios intereses.
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