Los despidos en Amazon anticipan más ajustes de plantilla este año en las tecnológicas

El año 2023 comienza con todos los focos puestos en el imperio del comercio electrónico. No trajo buenas noticias el año nuevo para los empleados de Amazon. La compañía anunció que sus estimaciones de despidos, que a finales de 2022 eran de unos 10.000, aumentaban en realidad a 18.000. Aunque siguen siendo solo un 1% de los 1,5 millones de empleados de Amazon en todo el mundo, estos despidos son los mayores de la historia de la empresa y, lo más relevante, afectan al corazón de su plantilla corporativa en EE.UU., sobre todo a recursos humanos y a la gestión del área comercial.

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Javier Ansorena

Después de años de euforia, crecimiento perenne, inversión a raudales y salarios descomunales, el sector tecnológico cierra el año agitado con oleadas de despidos. Es un ajuste que amenaza con poner fin a una era de vino y rosas y coloca una sombra de duda sobre la bahía de San Francisco y su clase tecnológica.

Las tecnológicas pasan por un duro invierno que ha llevado a muchos analistas en EE.UU. a alertar de una recesión en el sector. Los despidos se cuentan a miles en titanes como Alphabet, la matriz de Google y YouTube, o Meta, matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp. En el caso de Amazon, sin embargo, golpean duramente al mayor minorista del mundo, todo un imperio de ventas que cerró 2022 con las acciones desplomadas en la mitad de su valor inicial. El precio por acción a 1 de enero de 2023 era cercano a los 85 dólares, frente a los más de 160 de un año antes.

La carta que el consejero delegado Andy Jassy envió a los empleados el 4 de enero apunta a alguna de las razones de estos despidos. La más obvia es el efecto de la inflación sobre las ventas en el supermercado digital. En esa misiva, Jassy afirmaba que «Amazon ha resistido economías inciertas y difíciles en el pasado, y seguiremos haciéndolo». Aun así, en este momento en que muchos precios se resisten a bajar a como estaban hace un año, antes de la invasión rusa de Ucrania, la empresa procede a estos monumentales despidos. Y mientras los precios han subido, el hecho de que el dólar se haya mantenido relativamente fuerte ha reducido la rentabilidad de la empresa en otros mercados extranjeros, como el europeo.

Los afectados serán notificados el 18 de enero, tras un tenso compás de espera en la empresa. En este momento, la compañía prepara paquetes de indemnización en EE.UU. que incluyen una prórroga de servicios de seguro médico. También negociará con los sindicatos en los países afectados en Europa. Jassy afirma que se vio obligado a anunciar los despidos por una filtración a los medios de EE.UU. el mes de noviembre. En aquel momento circulaba la cifra de 10.000, que resultó ser bastante mayor.

Pero no todo se puede atribuir al maltrecho estado de la economía. En los últimos años de Jeff Bezos como consejero delegado -dejó el puesto en 2021- y los primeros meses de Jassy, la empresa, como muchos otros titanes tecnológicos de EE.UU., mantuvo un ritmo frenético de gastos: ampliando la plantilla en EE.UU. hasta el millón, construyendo carísimas y gigantescas sedes corporativas en Seattle y la ciudad de Washington, invirtiendo miles de millones para desarrollar teleseries como «El señor de los anillos» o comprando la productora MGM a un precio por encima de mercado.

En ese sentido, Jassy admite en su carta que es hora de «simplificar», volver a su negocio principal que es el minorista, como un modo de «recuperar la confianza de los accionistas». Empieza ahora en esa senda, justo cuando más empleados se suman a la iniciativa de sindicalizarse y negociar mayores beneficios laborales, ante las resistencias de los directivos de la empresa.

Para algunos expertos los despidos en Amazon son solo consecuencia de un ajuste de empleo pospandemia. Con el estallido de la crisis sanitaria el comercio online se disparó debido a los confinamientos y la compañía aumentó sus expectativas de cara al futuro del negocio ante este cambio de hábito.

Pero lo cierto es que más allá del gigante de la distribución estadounidense, la crisis seguirá acechando al resto de tecnológicas y los ajustes de plantilla podrían seguir siendo la norma en los próximos meses. «El tema de los despidos en el sector tecnológico es un asunto que se repite de manera cíclica a lo largo de los años, generalmente vinculado a determinados factores globales económicos», señala el profesor de relaciones laborales de ESIC, Juan Carlos López, que añade que a ello «se une el hecho de que se trata de un sector en continuo avance y desarrollo como consecuencia de su propia actividad, lo que hace que permanentemente aparezcan nuevas áreas de negocio en el mercado, desaparezcan y se vuelvan obsoletas».

A esta exposición de motivos, el profesor de IE University Enrique Dans añade que la crisis en el sector también se produce por el acecho regulatorio sobre las 'big tech', que tras varias décadas de regulación muy débil ahora «se encuentran con que todo lo que hacen es sometido a enorme escrutinio, y sus adquisiciones no se aprueban y les restringen muchas de las cosas que quieren hacer».

Con este cóctel, las acciones de las tecnológicas tampoco serán las más seductoras durante este año. Diego Morín, analista de IG Markets, señala que en el contexto actual «existe una rotación de los inversores hacia valores de empresas que tengan capacidad de fijación de precios y rentabilidades estables y mantengan su dividendo».