El cierre de las nucleares expone a España a más consumo de gas ruso y de EE.UU.
El pasado mes de enero, el principal proveedor de gas fue el país americano, justo en un momento de máxima tensión comercial
El cierre del parque nuclear, junto al aumento de la demanda eléctrica, puede poner en jaque al sistema español
El sistema eléctrico español cambiará de forma significativa durante el próximo lustro. Al menos, si la planificación que tiene sobre la mesa el Gobierno sigue su curso. En este tiempo, la capacidad del parque nuclear pasará de 7 gigavatios (GW) a 3 GW de ... potencia. Una situación que provocará, según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), un incremento en el consumo de gas.
Un problema a largo plazo cuyo reflejo ya se aprecia, y que la procedencia los agrava. La dependencia de Rusia, pese a haber disminuido las importaciones de gas, sigue muy elevada. Ahora se añade EE.UU. como un proveedor clave en mitad de una guerra comercial. La ecuación del apagón nuclear tiene una difícil solución.
En primer lugar, sobre la producción eléctrica, la AIE ha sido muy tajante al avisar de que España disparará el consumo de gas si mantiene el cierre de la nuclear. Advierte de que el sistema eléctrico dependerá de los ciclos combinados a menos que aumente el almacenamiento.
El organismo energético dependiente de la OCDE prevé que el consumo mundial de electricidad aumente a un ritmo más rápido que en los años precedentes. Esta situación, por el momento, no es muy pronunciada en España pese a que el propio Gobierno tiene una apuesta clara por la electrificación. En España, la AIE espera que la demanda de electricidad aumente a una tasa promedio anual del 1,9% durante 2025-2027. Lo suficiente para que surjan las dudas sobre qué sucederá con esa necesidad de luz cuando a partir de 2027 empiece a haber menos potencia nuclear.
La clave de la electricidad que proviene de la energía nuclear es la estabilidad que ofrece al sistema. Por el momento, las renovables no pueden ofrecer esa garantía de suministro. En este sentido, la única tecnología que tiene la capacidad de mantener una potencia estable es el gas.
De hecho, tal y como informó ABC en el marco del 20 aniversario de la central de ciclo combinado de Palos de la Frontera (Huelva), algunas compañías —caso de Naturgy— empiezan a hacer tareas de mantenimiento y mejora en sus plantas de gas ante el apagón nuclear y las consecuencias que tendrá en España.
De dónde viene el gas
Se trata de un problema en sí mismo sustituir una tecnología sin emisiones contaminantes como la energía nuclear por otra con emisiones como el gas. Pero el verdadero conflicto surge con la procedencia.
Según el último boletín estadístico del gas de Enagás, EE.UU. ha pasado a ser el primer proveedor de la cobertura de demanda en España. En enero, según consta en el documento mensual que elabora el gestor del sistema, el país americano aportó 10.454 GWh, lo que supuso un 29,3% de la demanda. Todo lo que se trae de EE.UU. llega en barco; es decir, se trata de gas natural licuado (GNL).
En segundo lugar está Argelia, con 10.119 GWh, que supone el 28,4% del total. Aunque desde el país argelino también llega gas por tubo de manera directa. El tercer origen en cantidad es Rusia, que pese a haber reducido el volumen desde el año pasado, sigue representando el 18,1% (6.464) del total.
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