Yolanda Díaz insiste en que la reforma laboral tiene que estar aprobada antes de fin de año

Con todo, Díaz indicó que lo que se está abordando es «la mayor transformación del mercado laboral» en nuestro país y dijo entender la «preocupación» de la CEOE porque el modelo de distribución de rentas en España «se ha fundamentado en parte en empleo de mala calidad: salarios bajos, jóvenes con sueldos mensuales de 430 euros y mujeres con contratos a tiempo parcial de dos horas». Además, Díaz volvió a destacar que la estacionalidad no está reñida con la estabilidad y añadió que la solución está en recurrir a la figura del fijo discontinuo para luchar contra la temporalidad y la «precariedad».

Sobre la remodelación del Gobierno ejecutada el pasado sábado, Díaz consideró que «no cambia nada». «¿Hay que poner por las nubes a la señora Calviño? Sí. Pero mi opinión es que no cambia nada en absoluto. El mensaje que ha dado claro -en referencia a Pedro Sánchez- es que ha puesto a Félix Bolaños donde lo ha puesto», añadió.

En relación a si el ascenso de Nadia Calviño servirá de dique de contención a Unidas Podemo s, Díaz admitió que dentro del área económica del Gobierno seguirá habiendo diferencias y recordó que «hay dos formaciones diferentes, pero unidas bajo un acuerdo de gobierno». «No es creíble que sea un Gobierno de la recuperación si no mejoramos las condiciones salariales de los más débiles . Es muy difícil de justificar esto. Hablamos de 1,5 millones de trabajadores que no tienen convenio colectivo», denunció respecto a las discrepancias sobre la subida del salario mínimo a partir de este año.

Así, la ministra de Trabajo ahondó en la recomendación de la comisión de expertos para subir el salario mínimo este año y aseguró que estos expertos «no son de parte» pese a que el informe fue encargado por ella misma. «Me reuní la semana pasada con empresarios y a mi me decían que el SMI no les importaba nada . Les preocupaba la temporalidad», argumentó.

En un plano más político y preguntada sobre las protestas en Cuba, Díaz sugirió que Cuba no es una democracia, aunque evitó decirlo de forma directa : «Los estándares de la democracia los pone la ONU», aunque recalcó que «la clave es el respeto a los derechos fundamentales en Cuba». Asimismo, la vicepresidenta segunda solicitó la liberación de las periodistas detenidas en Cuba, entre ellas la corresponsal en La Habana de ABC.