El vacuno, el pollo y los lácteos reducirán su producción si continúa el alza de los costes

No es el único sector que ha dejado constancia de su preocupación por los sobrecostes que viene soportando y el posible impacto sobre la producción. Desde el lácteo al vacuno de carne se han levantado voces advirtiendo de este extremo. En paralelo, esta semana se registraron las primeras movilizaciones de agricultores y ganaderos por el precio del gasóleo agrícola, una de las mayores losas para cualquier explotación en la actualidad. Desde la distribución, el director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Ignacio García, asegura que «afortunadamente nuestro país es uno de los primeros productores de alimentos del mundo y no debe haber problemas de abastecimiento más allá de alguna materia prima, de la que somos deficitarios e importamos». García ruega tranquilidad a los consumidores y reivindica el «esfuerzo» de toda la cadena alimentaria «para ajustar al máximo los márgenes» .

En este sentido, el representante de Asedas argumenta que «el margen se contrae en la cadena a medida que se acerca al consumidor» y, como ejemplo, menciona estadísticas como los índices de precios percibidos por los agricultores que, en febrero (último dato) ya detectaba un incremento del 26,92% en productos agrícolas en relación a los 12 meses anteriores. «Todos los operadores, especialmente los de la distribución, están trabajando para que los precios suban lo menos y más tarde posible», concluye.

Sin embargo, desde Avianza, alertaban esta semana de que «el sector avícola está exhausto, con todas las empresas asumiendo pérdidas críticas». En concreto, desde esta interprofesional, aportaban algunos datos.

Por ejemplo, destacan que el coste medio de los piensos ha pasado de los 300 euros/tonelada en los últimos cinco años a más de 500 euros/tonelada en 2022. Añaden que las integradoras llevan padeciendo un alza de costes del 40% desde enero y sostienen que apenas se han repercutido el 15,5% en el público.

Entre los productores lácteos, las actuales tensiones inflacionistas no hacen sino ahondar una situación de origen compleja. El presidente de Asaja Asturias y responsable de la sectorial de leche, Ramón Artime, constata que «la producción está cayendo mes a mes, no solo en España, sino en Europa» y, como ejemplo, apunta que «las industrias se empiezan a mover en busca de producto». En este sentido, añade, sigue habiendo cierres de explotaciones y cita que, en su granja, el año pasado pagaba por el gasóleo entre 50 y 60 céntimos, frente a los 1,50 euros de ahora. O que la situación es «inviable» porque el kilo de pienso ya lo pagan a 0,45 euros/kg (más un 10% de IVA), un precio superior al del litro de leche cruda (0,42 euros/litro en abril y con una media anual de 0,38 euros/litro, según Agricultura).

Similar preocupación mostraban esta semana desde Unión de Uniones, que criticaba a las industrias lácteas por «incumplir» la ley de la Cadena Alimentaria. Desde esta organización agraria calculan, a partir del censo del Ministerio, que solo entre enero y junio de este año se habían sacrificado 18.556 hembras.

Según el ‘Informe de Coyuntura del sector Vacuno de Leche’, que elabora el departamento de Planas, las entregas de leche cruda en abril fueron de 631.521 toneladas, un 2,3% menos respecto a hace un año, aunque 2021 se cerró con un 1% más (7,47 millones de toneladas) que el ejercicio anterior.

Desde la interprofesional de la carne de vacuno, Provacuno, su director general también coincidía en su queja sobre los sobrecostes que vienen padeciendo. Sobre todo, los relacionados con los piensos para alimentación animal. Su director general, Javier López, advertía de que « los censos, especialmente en los cebaderos, están disminuyendo, aunque todavía no tenemos elementos suficientes» y mostraba su temor a que se repita un escenario similar al de la crisis de 2008 cuando la producción cayó un 15%.

El responsable de vacuno de carne de COAG, Joaquín Gargallo, en declaraciones a ABC no ve la producción comprometida ni en la cría de terneros ni en la fase de cebo , aunque denuncia que «el precio de la tonelada de harina de cebo se ha disparado un 110% en dos años» y reconoce que están vendiendo por debajo de coste. «Ahora le toca ajustar sus márgenes de beneficio a la parte industrial y la distribución», concluye.