Los sindicatos de Caixabank lanzan un SOS al Congreso frente a un ERE «salvaje e injustificado»

«Les emplazamos a que se involucren activamente para frenar este proceso salvaje e injustificado y no permitan que les hagan cómplices del mismo», reza una carta enviada por los sindicatos a los grupos parlamentarios presentes en el Congreso de los Diputados. Todo ello sabiendo, además, que el Estado ostenta un 16,1% del capital social en Caixabank y una silla en el consejo de administración ocupada por Teresa Santero , ex secretaria general de Industria con Zapatero.

«La avaricia de unos pocos supone el despido de 8.300 personas y el recorte de salarios para el resto», denuncian en la misiva. Y dada la participación pública en la entidad, los sindicatos consideran que el conjunto de la ciudadanía no puede ser ajena a esta situación.

Asimismo, la carta hace hincapié en que decenas de personas se ven condenadas a entrar en el ERE debido a que el nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri , más que triplica su sueldo con respecto a lo que percibía dirigiendo Bankia . «Eso, sin contar las subidas de sueldo de otros directivos», dice el documento.

Lo cierto es que esta misma semana Caixabank rebajó sus pretensiones de que el ajuste laboral afecte a los 8.300 trabajadores planteados inicialmente. La entidad redujo la cifra en 500 personas y se comprometió a recolocar al 100% de los damnificados en «empleos estables». Sin embargo, las condiciones de salida que tanto denuncian los sindicatos siguen siendo las mismas, así como la polémica intención de que al menos la mitad de los que deban abandonar el banco sean menores de 50 años.

Por lo pronto, los representantes de los trabajadores parecen tener de su lado al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño , sorprendió la semana pasada criticando al sector financiero por sus ERE y los sueldos de los directivos, y anunció que intervendría para tratar de reducir los despidos y tirar a la baja los altos salarios de los primeros ejecutivos. Aunque, por el momento, todo son palabras, sin hechos concretos de cómo pretende llevar a cabo estas acciones.