Raúl Blanco: «El miedo a que los fondos europeos no lleguen a las pymes no es real»

¿Realmente este es un ahora o nunca para la revitalización de la industria española?

Si comparamos la crisis de 2008 con la actual, la reacción europea ha sido completamente diferente. Tenemos encima una severa crisis sanitaria y económica, y eso hay que dejarlo muy claro. Pero también durante estos meses se han acelerado tendencias que venían de atrás, como la transición ecológica o la digitalización. Europa se plantea la recuperación en base a esas tendencias, y ahí tenemos una gran oportunidad en España, especialmente en el ámbito industrial. A pesar de la gravedad de la situación, debemos enfocar toda nuestra energía, sobre todo de las empresas y de la inversión, hacia esas transformaciones. A diferencia de etapas anteriores, los fondos que vienen de Europa llegan muy marcados . Vamos a tener un alto nivel de exigencia en la ejecución y en los hitos que debemos cumplir, por los que vamos a ser examinados. Es una gran oportunidad de movilizar proyectos de inversión hacia el futuro, tanto en el corto como en el medio plazo.

Todos los expertos subrayan la importancia de desarrollar grandes proyectos tractores. ¿Cómo avanza el plan para crear dos fábricas de baterías de coches eléctricos?

Hay que seguir trabajando, llevamos meses haciéndolo y esa es la línea a seguir, con esa óptica de sector y de gran proyecto, donde se movilicen por ejemplo inversiones para la transformación hacia el vehículo eléctrico, hacia el hidrógeno... La fábrica de baterías necesita demanda, necesita fabricantes que hagan vehículos eléctricos. Debemos acompasar esas dos transformaciones y avanzar en esa línea.

¿En qué otros sectores identifican oportunidades?

No estamos planteando inventar nada. Partimos de fortalecer nuestra realidad industrial. Además de automoción, podemos hablar también del sector aeronáutico y sumar ahí Defensa. También iniciativas en el ámbito de farmacia y salud, agroalimentario... Eso no significa excluir sectores, porque si estos proyectos son realmente tractores arrastrarán hacia adelante al resto.

Una de las grandes preocupaciones de todos los sectores es que no se escuche su voz en el reparto de estos fonos. ¿Habrá espacio y tiempo para atender a todas las opiniones antes de tomar las decisiones?

Si nos referimos a proyectos individuales, es decir, proyectos de inversión de una empresa en concreto, va a haber convocatorias, como ha habido hasta ahora. Eso significa que van a ser las empresas las que presenten sus proyectos y va a haber concurrencia en cuanto a las líneas de proyectos individuales. En el ámbito de grandes proyectos vamos a ir más hacia instrumentos de colaboración público-privada porque debemos tener esa capacidad de colaboración, de transformación sectorial, y ahí el diálogo está siendo constante. Pero sí que hay que transmitir con claridad que lo más importante son los proyectos de las empresas. Los fondos no van a asociaciones, van a las empresas y a los clúster; por tanto, la clave es movilizar estos proyectos.

¿Llegarán los fondos a las pymes, con menos recursos para preparar esos proyectos?

Las pymes son el principal «cliente» de este ministerio. Y eso va a seguir siendo así. Vamos a transformar líneas como el Reindus tradicional en un fondo mucho más ágil, para que no dependa solo de convocatorias, de modo que la empresa pueda presentar los proyectos cuando los tenga. Y ahí las pymes tiene un papel primordial. En las líneas de digitalización, de innovación industrial, serán las beneficiarias. En los proyectos que pueda haber de sector, también tendrán un papel relevante... Y además estarán las líneas de clúster, que están compuestos principalmente por pymes. Con lo cual, no es real ese miedo que se ha transmitido desde asociaciones empresariales de que las ayudas solo van a ir a grandes empresas .

Debo transmitir calma. Esto va a ser progresivo. Habrá que aprobar los Presupuestos, porque con los prorrogados no hay nada que hacer. Es la condición sine qua non. A partir de ahí todo se irá desarrollado con mayor o menor dificultad, pero lo primero es tener Presupuestos. Después llegarán las convocatorias, habrá diálogo con los sectores... por tanto no hay elementos ahí ni de intermediarios, ni de calendarios urgentes... Lo que va a haber es un trabajo sostenido.

¿No se corre el riesgo de sufrir atascos como ha ocurrido con otros procesos administrativos en la crisis?

Es cierto que la administración está acostumbrada a incrementos o decrementos suaves. Incrementar el presupuestos un 50% es una gran responsabilidad y un gran reto y por eso debemos dotarnos de elementos ágiles a nivel normativo. Debemos mantener absoluto rigor y transparencia en el uso de los recursos públicos, pero siendo ágiles para poder movilizar y cumplir con las obligaciones que nos marca Europa.

El lunes se confirmó que una parte importante de los fondos irá al automóvil, 10.000 millones, el 14% del total. ¿Cómo se van a articular?

Irán destinados al sector en sentido amplio, es decir, a su cadena de valor. Y ahí tenemos desde el litio, a las baterías, la fabricación del vehículo eléctrico, componentes de automoción... y todo lo que viene después en la cadena: puntos de recarga y su infraestructura, digitalización, vehículo conectado... es una óptica sectorial amplia, con la participación de diversos ministerios.

Respecto al alza del impuesto de matriculación por las nuevas pruebas de emisiones, una de las grandes preocupaciones del sector, la ministra ha dicho que se trabaja en vías para compensar, minimizar o neutralizar. Hay diferencias entre esos tres términos...

El cambio ha llegado en un momento muy difícil, y estamos estudiando todos los escenarios que nos permitan actuar dentro del marco normativo para poder llevar a cabo medidas que, hasta que haya una nueva fiscalidad verde, puedan compensar la situación y que no se vea afectado el mercado.

¿Cómo está la situación en Alcoa?

Se está avanzando. Y ahí siempre damos el mensaje de que nunca se había llegado a un nivel de intervención pública como el actual. En los últimos meses la participación en este proceso del Gobierno y de la Xunta ha sido muy intensa. Ellos como autoridad laboral y nosotros reforzando ese proceso desde el ámbito industrial. Las medidas cautelares que dictó el juez no tienen precedentes en España, y eso ya marca el terreno de cara al juicio. Ahora hay que esperar para ver qué determina la Justicia en este proceso laboral. Y eso puede ir acompañado de otras medidas en el ámbito de requerimientos de información, de exigencia a Alcoa en el cumplimiento de normativa de ayudas públicas. Por esa vía vamos a seguir con la máxima exigencia.

Un caso paralelo es el de Nissan. ¿Cómo se está avanzando en la mesa de reindustrialización?

Nissan es un caso paralelo, pero cuenta con una actitud empresarial completamente diferente, y eso también hay que remarcarlo. Se llegó a un acuerdo social en agosto y se avanza en los trabajos de reindustrialización con el horizonte de que el 31 de diciembre de 2021 haya proyectos que puedan sustituir las tres plantas de Nissan. Hay que trabajar mucho, pero somos optimistas. Las empresas viven situaciones positivas y negativas, y se pueden afrontar de muchas maneras. Dentro de ser un cierre, la actitud Nissan fue completamente distinta a la de Alcoa.

Sigue sin haber noticias del Estatuto Electrointensivo...

Es de una gran complejidad. Hay que encajarlo en el marco nacional y en el marco comunitario. Entramos ya en la recta final, se ha enviado al Consejo de Estado y estamos en las últimas consultas con la Comisión. Esperamos tener noticias en las próximas semanas.

¿Es posible impulsar la industria 4.0 con una ley que tiene casi 30 años?

28 años tiene, desde el 92, el año de los Juegos... Desde entonces todo ha cambiado mucho: no había smartphones, ni se sabía qué era la industria 4.0, la manufactura aditiva... Hay que actualizar la ley, es una de las reformas estructurales que hemos propuesto en el Plan de Recuperación y queremos que se haga con máximo consenso. Y creo que será así, porque no hay elementos de fondo de grandes discusiones entre los grupos parlamentarios.