¿Qué ha ocurrido con los profesionales del ladrillo?

Arquitectos, obreros, notarios... El sector de la construcción exigía una gran variedad de profesionales que, con la crisis, han tenido que irse con las maletas a otra parte

¿Qué ha ocurrido con los profesionales del ladrillo? efe

sergio muñoz

Los años centrales de la década pasada fueron los de la abundancia. Era la época en la que el sector inmobiliario se convirtió en bandera del crecimiento económico de España. Tras la ruptura de la ‘burbuja’, los profesionales que trabajaban en la construcción ... tuvieron que buscar otro camino. Pero, ¿hacia dónde? Pues lo que ya sabemos: al parecer, una pequeñísima parte de los empleados no cualificados ha sido absorbida por el campo. Los demás engrosan las filas del paro.

Los pequeños empresarios de la construcción no han tenido tampoco posibilidad de encontrar otros sectores donde poner su dinero. «En la construcción hay algunas grandes compañías que son las que mandan y muchas pequeñas que son subcontratadas. Estas últimas sobreviven como pueden y otras han caído en esa bolsa de desempleo», explica Celso Anka, Presidente de la Federación de GREMIOS de la Construcción y Director General de Anka Demoliciones S.L. Puntualiza Anka que el sector de la construcción no solo es el ‘ladrillo’: hay muchas otras funciones y, en este ecosistema tan atomizado, la diversificación es posible en las grandes compañías, pero la reconversión se hace difícil en las empresas más especializadas.

A pesar de todo, Anka ofrece algunos asideros para el sector: la rehabilitación de edificios; la iniciativa pública, aunque es más un deseo que una realidad: «Es la que tiene que tirar del sector, pero está peor que la privada»; y la internacionalización: debemos intentar vender fuera lo que mejor sabemos hacer.

Así las cosas puede parecer que el campo fue una salida para la mano de obra no cualificada. Sin embargo, tampoco ha sido el ‘maná’. «En algún momento, en algunas zonas, hemos detectado que la agricultura funcionaba como un refugio, pero es un sector que también está perdiendo empleo y sometido a una crisis de rentabilidad», se lamenta José Luis Miguel, Director Técnico de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). El año pasado la renta agraria cayó un 6% y, según la última Encuesta de Población Activa (EPA), en 2011 el sector perdió 30.000 empleos.

En 2006 se visaron en España 920.000 viviendas. Era el momento álgido de la ‘burbuja inmobiliaria’. En 2011 fueron 60.000. Una caída del 93% en solo cinco años. «No es que el sector esté pasando por una crisis, sino que se ha hundido», lamenta Ignacio Bisbal, secretario general del Sindicato de Arquitectos (SArq). Un arquitecto puede realizar labores de urbanismo, rehabilitación , interiorismo, diseño… «Lo que ocurre es que, ahora mismo, todos esos sectores están estancados», explica Bisbal. Menos, quizá, el de la rehabilitación, una actividad que también puede ofrecer oportunidades a los arquitectos. ¿Y abrir nuevas empresas? Bisbal no ofrece una respuesta optimista: «Hay mucha gente que se plantea la apertura de nuevos negocios como una oportunidad de conseguir trabajo. Lo que ocurre es que se trata de un momento muy malo y es muy difícil arriesgar dinero en estas condiciones».

Otra opción –triste– a la que se han acogido ya muchos arquitectos españoles es, directamente, emigrar. Según el SArq, el año pasado se fueron de España unos 4.000, llamados por unos mejores sueldos y un reconocimiento mayor. Mientras que en España un estudio de arquitectura está pagando –según el sindicato– unos 15.000 euros al año, en Alemania el salario es de unos 25.000. «Además, en el extranjero la marca de los arquitectos españoles sí que está muy bien reconocida», dice Bisbal.

Pero el secretario general del SArq también ofrece alternativas que podrían reactivar el sector: que los estudios españoles busquen socios en el extranjero y empiecen a sacar negocio fuera; y aprovechar la coyuntura actual para reestructurar las empresas. «Probablemente en el futuro veamos una concentración del sector, un menor número de empresas con un mayor número de trabajadores, con una estructura empresarial mayor, más compleja y más eficiente».

Bajón en las notarías

Desde 2007, la actividad notarial ha caído en nuestro país más del 50% , llegando al 70% en algunas regiones. La crisis del ‘ladrillo’ le ha dado de lleno. Algunos documentos están bonificados socialmente –tienen un precio inferior a su coste de elaboración–. Un testamento cuesta unos 40 euros; un poder para pleitos unos 16 euros; un poder general unos 30 euros... «Los ingresos de los notarios hasta el inicio de la crisis se equilibraban gracias a su actuación en los ámbitos financiero, inmobiliario y societario, donde los aranceles son algo mayores. Con la crisis este equilibrio se ha roto», explica Manuel López Pardiñas, presidente del Consejo General del Notariado.

Algunos consideran que el reciente anuncio por parte del Ministerio de Justicia de que los notarios oficiarían bodas y divorcios viene a compensarles. ¿Es cierto? «Habría que desvincularlo, porque esa medida se enmarcaría dentro de la aprobación de una ley de jurisdicción voluntaria, que podría ser muy eficaz para descongestionar los juzgados», explica López Pardiñas. ¿Y hacia dónde puede avanzar la profesión? «Una futura ley en materia de jurisdicción podría abarcar diversas actuaciones notariales», como declaraciones de herederos en línea colateral, expedientes de dominio...

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