Este suele ser el ejemplo que la gente tiene más claro y que menos dudas genera. No obstante, se dan otras situaciones en las que las pensiones no tributan.
Una de ellas es la percibida por orfandad, es decir, la que reciben los descendientes de fallecidos. Sin embargo, estos beneficiarios no deben ser menores de 21 años . Se da la opción de recibirla siendo mayor de esta edad, aunque se debe acreditar que sufre un grado de incapacidad laboral.
Muy en relación con la anterior casuística, también quedan al margen de tributar IRPF las pensiones de auxilio por defunción. Se trata de una ayuda económica destinada a cubrir los gastos del sepelio de un fallecido.
En el caso de percibir una prestación derivada de actos terroristas, ya sea por quedar incapacitado o por fallecimiento de un familiar, esta quedará del mismo modo excluida de tributación.
Las pensiones en favor de familiares, es decir, aquellas que se reciben como consecuencia de la defunción de un familiar del que se dependía económicamente, son otro caso de prestaciones exentas de la declaración de IRPF .
Si se da la situación de tener un hijo menor de 18 años que tiene una discapacidad superior al 65% se puede solicitar la pensión familiar por hijo a cargo. Para recibirla no se exige ningún límite salarial anual, al contrario que los solicitantes de esta prestación por menor acogido a cargo, cuyos ingresos al año no deben ser superiores a 12.536,00 euros. En ambos casos, estas pensiones tampoco tributan.
Tampoco están obligadas tributar aquellas pensiones que se perciben por incapacidad permanente o gran invalidez . En este caso no hay distinción si se recibe por la Seguridad Social o por un seguro privado. Aunque bien es cierto que en este tipo hay un límite económico: la pensión máxima establecida por la Seguridad Social.
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