La prórroga de tres meses a los ERTE da un respiro temporal al empleo
Gobierno y agentes sociales pactan ampliar la fuerza mayor a empresas que no hayan vuelto a la normalidad y tengan que parar por un rebrote
Tras una negociación maratoniana, que se ha saltado varios días el plazo inicialmente previsto y ha dejado en la papelera hasta cuatro propuestas de ambas partes, Gobierno, empresarios y sindicatos llegaron ayer a un acuerdo «in extremis» para extender los ERTE vinculados a la ... pandemia hasta el próximo 30 de septiembre. Se trata de una bocanada de oxígeno vital para 1,2 millones de empresas y en torno a tres millones de trabajadores antes de un otoño que puede ser muy complicado económicamente. La fecha se aleja de las demandas de empresarios y sindicatos , que pedían prorrogarlos hasta final de año, pero incluye mejoras sustanciales con respecto a la propuesta inicial del Ejecutivo.
Fuentes de la negociación explican que hubo dos elementos clave para acercar posturas, algo que llegó a parecer imposible: el mantenimiento de los ERTEs de fuerza mayor para aquellas empresas que aún no hayan vuelto a la actividad y la posibilidad de que las empresas que se vean obligadas a cerrar de nuevo por culpa de un rebrote del coronavirus pueden acogerse nuevamente a este esquema.
«Todos hemos cedido» , reconoció la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en su comparecencia junto al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, para presentar las líneas generales del acuerdo. «En los peores momentos de la historia de nuestro país, el diálogo social asume lo mejor de nuestro pueblo», dijo tras defender lo que considera un «acuerdo equilibrado» y que responde tanto al «programa del Gobierno, como a las demandas de patronal y sindicatos».
Lo cierto es que es en este terreno, y no en el político, donde el Ejecutivo está logrando mayores réditos. Aunque la estrategia de Trabajo -en concreto, el hecho de dar por sentado que el esquema iba a proseguir con o sin acuerdo- también ha levantado algunas críticas internas por las amplias cesiones y el margen para presionar dado a los empresarios en la negociación. De hecho, el énfasis de la ministra contrastó ayer con la sobriedad de CEOE y Cepyme en su comunicado, que se limitaron a destacar que habían recibido una respuesta «unánime a la propuesta, en tanto que presenta importantes avances respecto a la propuesta inicial» y enfatizaron que seguirán «trabajando para que en el mes de septiembre se pueda abordar cómo se afrontará el último trimestre del año». Los sindicatos también se felicitaron por el acuerdo, aunque también con diferentes tonos, siendo más efusivo CC.OO. que UGT.
El coste de la medida pone de manifiesto la importancia de que llegue finalmente a buen puerto. El ministro Escrivá estimó ayer que el gasto de la Seguridad Social en ERTEs entre mediados de marzo y finales de septiembre se situará entre 10.000 y 11.000 millones de euros. Díaz, por su parte, señaló que como ya se han reincorporado muchos trabajadores la factura de la nómina descendió en mayo a 5.120 millones de euros.
A grandes rasgos, el acuerdo mantiene la vigencia de la fuerza mayor pero deja muy claro el camino de transición hacia los esquemas por causas objetivas. Así, los ERTE de fuerza mayor van reduciendo las exoneraciones de los trabajadores suspendidos pero se bonifican más las cotizaciones de los trabajadores activados. Los ERTE en caso de rebrote tendrán exoneraciones del 80% para empresas con menos de 50 trabajadores y del 60% para las que superan esta plantilla. Igualmente, las empresas que no hayan recuperado la actividad podrán seguir acogidas también a la modalidad de fuerza mayor, pero las exoneraciones oscilarán entre el 70%, el 60% y el 35% en julio, agosto y septiembre para las empresas de menos de 50 empleados. Para las empresas de mayor tamaño que sigan acogidas a esta modalidad las exoneraciones serán del 50%, el 40% y el 25% a lo largo de los meses de verano.
Estas condiciones son menos generosas que las que estaban actualmente en vigor, que contemplaban una exoneración del 100% para las empresas con menos de 50 trabajadores y del 75% para las de más de 50, pero mejora la última propuesta del Gobierno, en la que se desterraban totalmente los ERTEs de fuerza mayor totales.
El acuerdo permite también la vigencia de expedientes de fuerza mayor parcial, así como de aquellos ligados a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (los llamados ETOP) ligadas al Covid. En estos casos, las empresas de menos de 50 trabajadores podrán acceder a unas exoneraciones del 60% para los empleados que hayan sido reactivados y del 35% para los que sigan en ERTE. Mientras que la que superen este número en su plantilla tendrán una exoneración del 40% para los empleados que hayan vuelto a trabajar y del 25% para los que sigan suspendidos.
Sin nuevos contratos
Las condiciones para los trabajadores permanecen sin cambios hasta el 30 de septiembre. Esto es, las prestaciones por desempleo se seguirán concediendo sin necesidad de cumplir el periodo de carencia e implican el «contador a cero» , a excepción de los trabajadores fijos discontinuos, para quienes se prolongarán hasta el 31 de diciembre. Además, las empresas en ERTE no podrán contratar a no ser que la formación, capacitación de sus trabajadores les impidan hacer las tareas necesarias. Se sigue excluyendo a las empresas que estén domiciliadas en paraísos fiscales, y no se permite repartir dividendos. El acuerdo mantiene uno de los grandes caballos de batalla de los empresarios, las limitaciones a los despidos siguen también vigentes.