El futuro líder chino se foguea frente a Barack Obama

Washington y Pekín son conscientes de que no podrán evitar futuros choques

El futuro líder chino se foguea frente a Barack Obama efe

EMILI J. BLASCO

El objetivo era una primera toma de contacto, y no pasó de ahí. Xi Jinping, vicepresidente chino, que tomará las riendas de su país en los próximos meses, fue recibido ayer en la Casa Blanca por un Barack Obama dispuesto a tender la mano ... , pero consciente de que las estrategias de ambos países les van a llevar a chocar con frecuencia. «Es una oportunidad para aumentar nuestras relaciones», indicaron ambos mandatarios al comienzo de su entrevista en la Sala Oval, evitando profundizar en asuntos que separan a ambos países.

La visita se produce cuando las relaciones entre Estados Unidos y China atraviesan un momento políticamente cargado , con la perspectiva, además, de que las cosas difícilmente van a mejorar. El giro estratégico hacia la región de Asia-Pacífico por parte de Estados Unidos es irreversible, y ello provocará desconfianzas mutuas en los movimientos militares. «EE.UU. es una nación del Pacífico», advirtió Obama en presencia de Xi.

Este llegará a la jefatura del Partido Comunista Chino en el congreso previsto para octubre y se cuenta con que accederá a la presidencia del país en marzo de 2013, en sustitución de Hu Jintao . Aunque tanto Xi como Hu hicieron años atrás, como funcionarios chinos, estancias en EE.UU., Xi ha parecido explotar más su simpatía por la experiencia en una granja de Iowa.

La rivalidad económica ha llevado a los estadounideneses a denunciar que China esté acaparando los mercados sin aplicar las mismas reglas a las que los demás se sujetan. Las diferencias que ambos mantienen en el terreno económico fueron las que marcaron ayer la conversación entre Obama y Xi. EE.UU. reclama que Pekín rebaje las barreras que pone a la inversiones extranjeras y que no mantenga su moneda artificialmente a niveles tan bajos. Pero en esos aspectos el mandatario chino evitó el más mínimo compromiso.

Protestas contra Pekín

Fue el único punto que revistió algo de crítica en las palabras de Obama: «Queremos trabajar con China de modo que todo el mundo juegue según las mismas reglas del sistema económico mundial. Esto quiere decir que debe existir un flujo comercial equilibrado no solo entre Estados Unidos y China, sino también en todo el mundo».

Fuera, decenas de manifestantes protestaban contra China por el abuso de los derechos humanos, aspecto sobre el que la Casa Blanca pasó de puntillas. «Continuaremos enfatizando que creemos en la importancia del reconocimiento de las aspiraciones y derechos de toda la gente », declaró el presidente estadounidense. Párrafo con mucho guante de seda que no requirió respuesta de Xi.

Tampoco hubo avances en las cuestiones que afectan la agenda de la política internacional, como el veto chino al intento del Consejo de Seguridad de la ONU de apartar del poder al presidente sirio, y la resistencia de Pekín a dejar de comprar petróleo iraní.

Regreso a la granja

El viaje de Xi a Estados Unidos incluye, tras la estancia en Washington, una visita a Iowa, en el medio oeste estadounidense, y Los Angeles. En Iowa, el dirigente chino se trasladará a una casa de la localidad de Muscatine, a orillas del Misisipi, donde se hospedó en 1985 cuando acudió allí como funcionario del Partico Comunista Chino para estudiar técnicas para la alimentación de cerdos.

Antes de partir de Washington, Xi mantuvo un almuerzo con el vicepresidente Joe Biden, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

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