Vida pública, dinero oculto

Con «Sociedad Civil y Democracia» se presentó a las elecciones autonómica gallegas en 2012 pero su nuevo «asalto» a la política se saldó con un estrepitoso fracaso. El que fuera prodigio de las finanzas no dudó en arremeter entonces contra «la casta», convirtiéndose sin quererlo en mentor de Pablo Iglesias . Y gritó a los cuatro vientos que sus condenas judiciales habían tenido trasfondo político: « Abrí una peligrosa puerta, a la gente que está en las castas no le gusta que llegues », llegó a asegurar.

El exbanquero ha intentado lavar su imagen y justificar que lo suyo fue una «caza de brujas». «Mario Conde no es Mario Conde. Mario Conde es el primer banco, una corporación industrial, una proyección mediática y un señor que no cumplía con las normas del sistema. En aquel momento, lo que dicen es que se está generando un sistema diferente para la clase política y ese sistema hay que demolerlo, y lo consiguen. Yo estaba en el sistema porque no hay otra cosa. Si aceptas sus reglas no hay ningún problema», aseguró.

Conde no ha perdido el tiempo en los últimos años. Volvió a su profesión de abogado y desde que abandonó la prisión se ha volcado en la escritura, una de sus grandes pasiones junto con los largos paseos. Ha escrito varios libros («Derecho penitenciario vivido», «Memorias de un preso», «Los días de gloria» ...) además de convertirse en un personaje cinematográfico en un documental íntimo que llevó su nombre y presentó por distintos foros y en varias ciudades españolas. Y durante estos años Mario Conde también se ha vuelto a casar . Su primera mujer fue Lourdes Arroyo, con quien se casó en el año 1973 y tuvo dos hijos, Mario y Alejandra, hoy también detenidos en la misma operación que ha llevado a los calabozos a su padre por montar una trama para blanquear dinero robado de Banesto .

Su matrimonio fue modélico hasta que ella falleció a causa de un cáncer en 2007. Dos años después, el financiero comenzó un noviazgo con María Pérez Ugena, una profesora de Derecho Constitucional, y se casaron en una capilla anexa al pazo «Casa Grande A Cerca» que Conde tiene alquilado en Orense, en la aldea de Chaguazoso. Los testigos fueron una amiga íntima de la novia y, por parte del novio, César de la Mora, uno de los hombres de confianza de Mario Conde durante su etapa al frente de Banesto y uno de sus íntimos, junto a Enrique Lasarte, compañero de aulas en la Universidad de Deusto y brazo derecho en la entidad, donde ocupaba el cargo de consejero delegado cuando fue intervenida. Lasarte también fue juzgado y condenado por el Supremo a cuatro años de cárcel.

En Galicia fijó Conde su residencia, aunque dos o tres días a la semana se desplazaba a Madrid para acudir al trabajo y a sus tertulias televisivas. En estos viajes semanales se instalaba en el apartamento que su segunda mujer tiene en la calle Maldonado. Ya no retornaba a la calle Triana, donde tiene su residencia su hijo Mario y el mismo desde que se separó. Y donde fue detenido el lunes.

Conde vive su particular «Déjà vu» . El hombre que «no cree en las palabras, solo en la conducta» intentará convencer hoy al juez de su inocencia.