España, un país en saldo para gangueros y oportunistas
La política de «derrumbing» económico del Gobierno deja nuestro tejido empresarial al albur de aprovechados extranjeros: en la misma semana IAG paga la mitad por Air Europa, y HSBC vende a Vivendi sus acciones de Prisa casi por el 50% de lo que pagó al entrar. Menos mal que hemos salido «más fuertes». Gobierno de España.
El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la final de la Copa Libertadores en el Santiago Bernabéu
UN país empieza con un dos por uno al frente del Ejecutivo , Pedro y Pablo para más señas, y termina vendiendo por la mitad de la mitad los otrora grandes activos estratégicos, en una suerte de oferta temeraria para que cuatro ... espabilados hagan el agosto en plena cuesta de enero.
La despreocupación da paso a la conjura. Y como este Gobierno Picapiedra parece despreocupado de todo están creciendo los enanos que ven España como uno de esos descoloridos cajones de los grandes almacenes donde unos y otros rebuscan a ver cuál encuentra la mayor ganga. Porque... no puede ser casualidad que en la misma semana un hijo del Brexit como International Airlines Group (IAG) -matriz dueña de la española Iberia , entre otras-, haya renegociado a la baja la compra de la Air Europa de la familia española de los Hidalgo pagando justo la mitad de lo comprometido hace apenas un año -de haber empezado a hablar a partir de los mil millones han bajado a 500 millones y a pagar en 2026-, y un grande como el británico HSBC haya puesto pies en polvorosa en el Grupo Prisa aún a costa de vender a la mitad del precio al que cotizaban las acciones cuando entró. Ambos, eso sí, muy diplomáticos se han deshecho en elogios hacia España en sus palabras de despedida, que lo cortés no quita lo valiente. Carpe Diem.
Ahora resulta, por ejemplo, que el futuro de nuestro tejido empresarial patrio está en manos de cuatro cabezaburros -ver el magnífico Diccionario de Samuel Johnson por aquello de que nadie se sienta ofendido, Dios me libre-, que igual deciden sobre la compañía de los Hidalgo que de los Polanco , porque a fin de cuentas igual da un vuelo que nadie va a coger y un periódico que pocos van a entender. Y como la grandeza ya no está exenta de la mordida de la estulticia, pues ahí está la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) haciendo que pelea por un puesto en el Consejo de una Air Europa derribada, o un Joseph Oughourlian al frente de una compañía editorial -hemos visto presidentes vitalicios más interinos que el inversor armenio en Prisa , tiempo al tiempo, que de temporal, nada de nada-.
Pues... esto no ha hecho más que empezar. Rezo para que no, pero... Y ahí están, sobre la mesa de habla no hispana unas cuentas operaciones e ideas sobre algunas de nuestras grandes compañías, en otros tiempos pre-Covid emblemáticas por derecho propio (hoy ¿saldos?), que están a la espera de un futuro mejor -o no- fuera de nuestras fronteras. Que nos las quiten de las manos -porque sí, nos las quitan a todos los españoles- o no dependerá del devenir de lo que ocurra en la economía del país gestionado por los «amigos» Picapiedra y de las prisas que tenga cada cual en sus Consejos y apetito y hartazgo de sus accionistas.
A saber. ¿Se acuerdan cuando en 2018 nos aseguraron tras la venta de Abertis que ésta seguiría siendo española a todos los efectos a pesar de que la mitad más una de sus acciones estaban en las manos italianas de Atlantia y la otra casi mitad en las españolas de ACS (30%) y de su filial alemana Hotchief (20%)? El caso es que hoy, con los números en la mano, podemos decir que en 2019 su negocio en España era un tercio de sus beneficios y al cierre del fatídico 2020 el porcentaje ha caído ya a una cuarta parte. El mercado internacional, principalmente Francia e Iberoamérica , supone la gran fuente de ingresos de la multinacional controlada aún por los Benetton y Florentino Pérez , que con la inestimable ayuda del ministro de la cuestión, José Luis Ábalos , ha decidido -obligado más bien- apostar ya todo fuera de España . Este viaje internacional de no retorno -y sí, la pandemia ha ayudado a que se acelere el proceso-, de la aún primera concesionaria de autopistas española lo mismo termina por convertirse en ingresos para apostar por otra española, acechada por fondos domésticos y sí, también extranjeros. Porque... Abengoa vuelve a estar, si es que alguna vez desde hace meses ha dejado de estarlo, en la cuerda floja y con nueva fecha límite -el 1 de febrero- para lograr un acuerdo de refinanciación que le deje respirar aunque sea un poco más. Ahora bien, la entrada de todo un experto «caballero blanco» podría depender de si Abertis pierde a finales de agosto su contrato más jugoso en España: la explotación de los tramos más rentables de la AP-7 y la AP-2 , que gestiona a través de su filial Acesa . Ábalos , digo yo, proveerá.
Hace tiempo que nuestros empresarios aprendieron una buena lección precisamente de Saldos Arias , aquel festival del revoltijo que echó el cierre a finales de los años noventa: si pones las camisas ordenadas, no las vendes ni a tiros; si las pones en un montón te las quitan de las manos. Y como el hambre, y Sánchez e Iglesias , aprieta tenemos el país revuelto, manga por hombro, y con la mercancía amontonada para acabar con los pocos remilgos que queden. Estamos de enhorabuena. Hemos salido más fuertes. Dos por uno. Gobierno de España.