María Jesús Pérez - CON PERMISO
En Bruselas, hartos de Calviño, ponen en cuarentena al Gobierno de Sánchez
Las incongruencias de las cuentas, las quejas de algunas empresas y las críticas de la CEOE por la reforma de las pensiones acaban con la paciencia de las autoridades europeas que toman distancia con el Ejecutivo. De hecho, los ‘hombres de negro’ redoblan la presión sobre Economía, que queda severamente erosionada
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Iniciar sesiónel desarrollo del Gobierno de coalición ha hecho saltar todos los puentes con el empresariado. La necesidad de hacer concesiones al extremo del arco parlamentario ha forzado al Ejecutivo a poner contra las cuerdas a lo más granado del tejido corporativo patrio, que a su ... vez mantenía a raya a la CEOE y suavizaba las voces críticas –y maltratadas, muy maltratadas con toda decisión que se toma– de pymes y autónomos. El afán de protagonismo de la vicepresidenta heredera e independiente al mismo tiempo de la facción morada, Yolanda Díaz, y el mal calculado tactismo del presidente Sánchez para cerrar huecos con Podemos ha dejado en renuncio a las grandes compañías, donde cada vez resuenan como portazos los suspiros de la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, y del presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán, convencidos como muchos ya desde hace tiempo, de que este Gobierno no tiene remedio.
Y es que esta vez se han cruzado caminos sin retorno y a la patronal no le ha quedado otra que rechazar un pacto por las pensiones que solo se entiende en clave electoral: un guiño a los más mayores a cuenta de las nuevas generaciones; generar una falsa sensación de seguridad entre quienes ya cobran la pensión metiéndole mano a la cartera de los que esperan cobrarla. Para rematarlo, la factura se le pasa a las compañías. ¡Fantástica idea! luego la repercusión final para los de siempre, los trabajadores, que somos todos, los empresarios también claro.
El caso es que los patrones han espoleado a Antonio Garamendi, a quien no le ha quedado otra que sacar a pasear a sus vicepresidentes a desahogarse contra Sánchez y a utilizar el comodín de Bruselas. La reacción airada de las empresas ha sido la gota que colma el vaso de la paciencia europea y ha terminado de tumbar los escasos gramos de credibilidad que todavía le quedaban a la otra vicepresidenta en el ring, Nadia Calviño. Ahora ni en España ni en Bruselas la creen. Ha pasado a ser la misma cosa que el resto de un Gabinete sin palabra y entregado al pan para hoy y hambre para mañana. Créanme, en los despachos de la Comisión, Nadia es cada vez más Calviño. Ya no es aquella burócrata bien mandada que asumió con naturalidad la cultura europea y es una activista más de un Gobierno que cambia de opinión y principios como quien muda de calcetines.
Pues... sepan que los ‘hombres de negro’ han recibido el mandato de mirar al microscopio cada plan, cada factura que le envía España y no soltar un euro hasta que lo hayan chequeado diez veces. Ahí quedan las palabras del vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, esta semana haciendo equilibrismos retóricos con las «excentricidades» del mercado español en deuda y vivienda, para evitar hablar del carajal al que se refieren cuando se apagan las cámaras de TV.
Total, que Bruselas harta de Calviño pone en cuarentena al Gobierno al completo. Las incongruencias de las cuentas, las quejas de algunas empresas con nombre y apellidos –como Iberdrola, la que más–, y las críticas de la CEOE por la reforma de las pensiones –aconsejados en la patroanl tras sus quejas en Europa a no levantarse tan rápido de la mesa de negociación de la otra gran reforma:la laboral, que luego salen más escaldados y no tiene tan fácil arreglo– acaban con la paciencia de las autoridades europeas, que han decidido definitivamente tomar distancia con el Ejecutivo de Sánchez, y empujan a los ‘hombres de negro’ para que redoblen la presión sobre la titular de Economía, que queda severamente erosionada, y que el día que decida irse –más le vale más pronto que tarde– no va a tener dónde acomodarse. Sabe ya que a los grandes empresarios españoles no les duelen prendas y todo lo comunicarán a quien corresponda. Tomaduras de pelo ya las mínimas, que están en juego muchos puestos de trabajo, muchos proyectos y mucha inversión. Habrá que buscar nuevos compañeros de viaje venideros...
Entre estos, Galán, que es empresario de toda la vida, resabiado. Ha olido sangre, vientos frescos de invierno que anticipan cambios y ha corrido a llevarse al líder del PP, Pablo Casado, para hacerse la foto de la nueva Iberdrola junto al presi de la oposición. Pocos se acuerdan ya que hace apenas unos meses al patrón de Iberdrola le veían muchos más bien como uno de los alumnos aventajados del ‘sanchismo’ y acudía siempre raudo y en primera fila a tomar nota con su moleskine azul. Ojito al dato pues, como diría aquel. Si Galán es capaz de embrujarse a sí mismo y confiar tanto como hasta ahora en quienes le han aupado donde está y escuchar menos cantos de sirena manchega bien podría salirse con la suya y demostrarle a Bruselas que Sánchez lejos de ser un gigante temible era un molino de viento averiado.
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