La inflación mengua el potencial del Fondo UE y amenaza los proyectos

El encarecimiento general de las materias primas y, como consecuencia de ello, de un conjunto importante de productos y componentes va a incrementar el coste operativo de poner en marcha los proyectos e inversiones asociados al Plan y va a menguar de forma inevitable su potencial impulso a la economía. Las fuentes consultadas añaden que la inevitable subida de los salarios va a agravar el fenómeno.

El conflicto en Ucrania ha terminado de configurar el escenario de ‘tormenta perfecta’ . Hasta hace unas semanas los desvelos del Gobierno en torno al desarrollo de los proyectos del Plan de Recuperación se centraban en el eje de la digitalización y tenían que ver con el riesgo de que el estrangulamiento de las cadenas de suministro condicionara la disponibilidad de los componentes tecnológicos necesarios para los proyectos de digitalización de las pequeñas y medianas empresas y de la España vaciada.

El temor ahora es que las cuantías asignadas a los programas no alcancen para cubrir los objetivos que se plantearon en un primer momento, bajo un escenario de incremento moderado de los precios. Los deflactores sectoriales, que trasladan el encarecimiento real que han tenido determinados componentes esenciales de la economía, muestran un perfil acelerado y auguran un traslado directo de estos sobrecostes a las ofertas que planteen las empresas.

A la altura del cuarto trimestre de 2021, el encarecimiento anual de la construcción de inmuebles y otras edificiones estaba en el 5,4% y el de las inversiones en general superaba el 7%.

Las fuentes empresariales consultadas señalan que estas tensiones de precios se van a filtrar a las ofertas que hagan las empresas en las convocatorias del Plan de Recuperación. Muchas organizaciones empresariales se felicitan ahora de que el Gobierno no sacara más convocatorias el año pasado, ya que de haberlo hecho habrían ofertado bajo unas condiciones de mercado mucho más favorables que las actuales y probablemente les habría tocado asumir contra sus márgenes el sobrecoste derivado de la escalada inflacionista. «Ahora podemos trasladar el efecto de la inflación a precios, aunque siempre con la incertidumbre de qué puede ocurrir a futuro», señala un empresario.

La traslación de las variaciones de los precios de las materias primas o del coste del capital humano a los contratos públicos no es un tema pacífico. Muchas empresas continúan litigando para que la Administración asuma el sobrecoste generado por las subidas del SMI y las constructoras tuvieron que plantarse para que el Gobierno se aviniera a regular una revisión de los precios de los contratos para compensar el efecto del encarecimiento de los materiales, y lo hizo a costa de que estas retiraran las demandas que tuvieran presentadas.