El Estado, la llave para desbloquear la operación Iberia-Air Europa

En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y firmado por el director financiero de IAG, Stephen Gunning, la compañía confirmó que dará marcha atrás al pacto que firmaron ambas partes el pasado 4 de noviembre de 2019 y que modificaron parcialmente a posteriori, el 20 de enero de 2021, para que Iberia adquiriera la totalidad de Air Europa. Una declaración rotunda que, en realidad, esconde cientos de matices.

Porque la compra de Air Europa no ha vivido aún su último capítulo . Ambas partes abren la puerta a una nueva negociación para salvar la operació (o parte de ella), pese a romper el acuerdo original, trufado de cláusulas y firmado en un momento de bonanza económica. En la práctica, este acuerdo suponía un obstáculo para que Bruselas aprobase la operación. La Comisión Europea iba a emitir en breve su informe vinculante sobre la compra de Air Europa y su impacto para la competencia dentro del sector aéreo y, en principio, iba a imponer unas condiciones draconianas que condicionaban el interés comercial del acuerdo.

Es por ello que las dos compañías han decidido adelantarse a esta resolución, abriendo una negociación para romper el acuerdo original. Iberia, en virtud a esta decisión, aceptará pagar una compensación de 75 millones a la empresa del grupo Globalia, casi el doble respecto a lo pactado inicialmente, 40 millones. Fuentes del sector aseguran además que esa cuantía irá íntegra al balance de Air Europa, que todavía tiene que devolver los 475 millones del rescate que le concedió la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) a finales de 2020. Un balón de oxígeno para la empresa.

¿Significa esto que está descartada la compra? No. Las mismas fuentes aseguran, de hecho, que hoy está más cercana que el martes. En las últimas semanas Iberia se había mostrado -en público y en privado- pesimista respecto a la solución de la adquisición. La compra no solo dependía del veredicto de Bruselas, sino también de que ambas empresas llegaran a un acuerdo definitivo sobre el precio y que el Gobierno aceptara una reestructuración de la deuda que debe la aerolínea del grupo Globalia a la Administración.

Todo ello ha generado un caldo de cultivo que se ha materializado en la ruptura del acuerdo firmado en 2019. Un pacto que ya había sido modificado, porque Iberia y Air Europa acordaron a principios de año rebajar en 500 millones la operación. Ahora la duda es si ambas partes llegarán a un nuevo acuerdo en breve.

«No vamos a continuar con la estructura actual, estamos tratando de tener una nueva estructura que permita que se lleve a cabo este acuerdo», aseguró ayer el consejero delegado de IAG, Luis Gallego, en una conferencia online. Sus palabras, sin embargo, no calmaron a los inversores e IAG cayó un 4,5% en Bolsa, hasta los 1,49 euros por acción.

Lo que sí queda claro es que la operación que se cierre en el futuro ya no será la misma que la que se planteó inicialmente. Una opción que se baraja, según ha podido saber este periódico, es que el Estado entre en las negociaciones convirtiendo el préstamo participativo por valor de 240 millones de euros que concedió a Air Europa en acciones.

Esto daría a la Administración una pequeña participación en la aerolínea y aliviaría en cierto sentido la deuda de Air Europa, una partida que se había convertido en un escollo para la operación en las últimas semanas. De hecho, la cuantía de la deuda de la aerolínea también otorga un papel fundamental en el cierre de la operación a la banca. Fuentes del mercado aseguran que los bancos no bloquearán el acuerdo, pero insisten en que habrá que acordar los términos de una posible reestructuración. Por el momento no hay nada cerrado al respecto y todas las opciones están abiertas.

El Estado ya estaba teniendo un papel fundamental en la compra, que considera estratégica para la conectividad de España. Por un lado había ejercido presión en Bruselas para que la fusión prosperase y había tenido un papel activo en las negociaciones. Ahora su papel se antoja aún más necesario, porque ambas empresas han demostrado que necesitan un empujón de la Administración para cerrar la operación. En principio, fuentes empresariales aseguran que la intención es que el nuevo acuerdo se cierre durante el mes de enero. Se abre una nueva negociación contra reloj.

Ayer, el Ejecutivo ya dio señales de su papel en la operación al asegurar que garantizará la operativa de Air Europa y mostrarse receptivo a «distintas opciones». Fuentes del Ministerio de Economía explicaron que Air Europa es una compañía «estratégica para España» por su importancia para el sector de la aviación y el turístico y destacaron que han dado un gran «apoyo» al grupo desde el primer momento, a través del rescate de los 475 millones de la SEPI y de los préstamos avalados por el ICO concedidos a la compañía. En suma, ambas ayuda suman más de 600 millones.

Respecto al futuro de la compañía, desde el Gobierno dejaron caer que Air Europa mantendrá sus actividades y operaciones . Y se analizarán «las distintas opciones que se abren en esta situación». «En este entorno tan difícil para el sector del transporte aéreo, el Gobierno va a seguir trabajando para reforzar la solvencia empresarial, protegiendo la adecuada competencia en beneficio de los viajeros y velando en todo momento por el buen uso de los recursos públicos», subrayan desde Economía. Es decir, pese a la ruptura del primer acuerdo, todas las posibilidades siguen abiertas para ambas compañías.

Incluso la de que aparezca una tercera aerolínea interesada en Air Europa. Según ha publicado ‘El Confidencial’, Iberia se guarda, tras la ruptura del pacto de 2019, una opción preferente para reanudar las conversaciones con Air Europa, cuya venta ha generado interés en el mercado. En el caso en que finalmente se llegase a un acuerdo, según el citado medio, los 75 millones se descontarían del precio final, ahora fijado en 500 millones de euros.

Es la última bala que le queda a una operación que prometía crear un gigante nacional y se topó de bruces con el coronavirus. La venta se cerró en noviembre de 2019, pero solo unos meses más tarde estalló la pandemia, que obligó a repensar la adquisición. El coronavirus supuso un golpe gigantesco para Air Europa, lo que llevó a Iberia a modificar los términos iniciales y exigir una primera rebaja del precio, que pasó de mil a 500 millones.

Lo cierto es que la aerolínea del grupo Globalia ha sufrido un gran deterioro por las restricciones a la movilidad generadas por el Covid-19. Tal y como ha publicado ABC, el 75% del rescate concedido por la SEPI se destinó simplemente a que Air Europa mantuviese su actividad.

A pesar de todo, la operación de compraventa entre las dos aerolíneas sigue siendo estratégica tanto para Iberia como para Air Europa y el Estado. La compra prometía crear un gigante en Adolfo Suárez Madrid-Barajas para convertir al aeropuerto en un ‘hub’ europeo que mirase tanto a Iberoamérica como a Asia y fuera capaz de competir con otros centros de conexiones del Viejo Continente como París o Fráncfort. Ahora, tras semanas de cierto pesimismo y un reguero de obstáculos, la operación más relevante de los últimos años en el sector aéreo queda más en el aire que nunca.