Golpe a Renfe: La CNMC denuncia que infla el precio que cobrará a sus rivales por mantener sus trenes

La CNMC ha publicado una resolución relacionada con las tarifas que va a cobrar Renfe a sus futuros rivales (la francesa SNCF y el consorcio de Ilsa y Trenitalia ) por utilizar sus instalaciones. En concreto, esta cesión correrá a cargo de Renfe Mantenimiento, una filial de la empresa pública que cuenta con 106 talleres y más de 20.000 activos (edificios, locomotoras de maniobras y maquinaria diversa). Según Competencia, esta filial está inflando de forma innecesaria los precios que cobrará a sus rivales.

En su resolución, la institución considera que para calcular sus costes, « Renfe Mantenimiento no ha utilizado los importes incluidos en su contabilidad , sino que ha optado por estimar lo que costarían estos activos actualmente, a su valor de reposición a precios corrientes».

Es decir, Competencia denuncia que pese a que las máquinas e instalaciones de Renfe son antiguas y ya están prácticamente amortizadas, la compañía pública quiere cobrar a sus rivales como si acabara de adquirirlas. Esto, en la práctica « incrementa de forma artificual los costes de los servicios de mantenimiento y, en consencuencia, es contrario a la ley del sector ferroviario».

La CNMC recuerda que esta norma establece que los precios en los servicios de instalaciones ferroviarias «no podrán superar el coste de su prestación más un beneficio razonable». Por ello, propone que este «beneficio razonable» tenga en cuenta el riesgo que afronta la empresa por ceder estos activos. Un riesgo que en este caso es nulo.

«Por todo ello, Renfe Mantenimiento deberá publicar las tarifas modificadas en el plazo de dos meses, y remitirlas a la CNMC incluyendo el detalle de los ajustes realizados para dar cumplimiento a la Resolución», explica Competencia.

El asunto de los talleres ya generó desavenencias entre ambas partes en el pasado. Renfe se negó en un principio a abrir sus talleres a la competencia. Finalmente reculó y a finales del año pasado anunció que permitiría el uso de sus talleres a sus futuros rivales. Entonces garantizó que la prestación de estos servicios se realizaría de forma «transparente, objetiva y no discriminatoria», con el fin de «facilitar a los nuevos operadores la certidumbre necesaria para la futura realización de sus operaciones ferroviarias».