La liberalización del AVE echa a andar sin que nadie rompa el monopolio de Renfe

Porque las dos empresas seleccionadas por Adif para competir con el operador público tardarán meses en aterrizar en el mercado español . El concurso diseñado por el administrador ferroviario para ordenar la apertura partió el mercado en tres paquetes: el A, el B y el C. Renfe se llevó el primero, el que más frecuencias contenía, mientras que el consorcio Trenitalia-Air Nostrum se adjudicó el B y la francesa SNCF se quedó con el C.

La alianza italo-española anunció que no llegaría al mercado de la alta velocidad española hasta 2022. Pese a ello, el consorcio -el segundo con más frecuencias- espera competir de tú a tú con Renfe: invertirá mil millones de euros para obtener 50 millones de viajeros al año.

La tercera en discordia es la francesa SNCF. Sus planes iniciales pasaban por empezar a operar en el AVE Madrid-Barcelona desde hoy mismo con su marca de bajo coste, Ouigo . Pero la pandemia les ha obligado a retrasar su llegada al mercado hasta, al menos, el próximo 15 de marzo . Ni siquiera esa fecha es definitiva, porque no está claro que las restricciones a la movilidad hayan finalizado durante estas fechas. Y este es un paso imprescindible para la llegada de la competencia al AVE.

El pasado miércoles, la compañía pública francesa sacó a la venta los primeros billetes de su servicio de bajo coste y anunció los horarios en los que circularían los trenes. Las plazas vendidas, sin embargo, son para viajar a partir del próximo 10 de mayo , un día después del previsible fin del estado de alarma. SNCF ha asegurado que su primer objetivo sigue siendo marzo y que sacará a la venta los billetes para servicios durante este mes si finalizan las restricciones antes de lo previsto. Una opción que, por el momento, parece muy complicada.

Pero no solo los futuros rivales de Renfe se están viendo perjudicados por la pandemia. La propia empresa pública, que sí se ha asegurado el monopolio en Cercanías y regionales hasta 2027 , tenía previsto poner en marcha su propio servicio de bajo coste, el Avlo, unos meses antes de la llegada de la competencia. El servicio, que cubrirá también la ruta Madrid-Barcelona , siempre ha sido visto dentro de la empresa como una «prueba» para ver cómo funciona en España un producto con el que ni el público ni la empresa pública están familiarizados.

El virus ha eliminado esa ventaja. Pese al retraso con el que Ouigo aterrizará en España, lo más seguro es que su tren llegue antes a las vías que el servicio «low-cost» de Renfe . Porque ni siquiera hay fecha definida para el lanzamiento del Avlo. El presidente de la compañía pública, Isaías Táboas, ha asegurado que, con las circunstancias actuales, lanzar un servicio que requiere una ocupación de al menos el 80% para ser rentable sería perder dinero. Y eso, para una empresa que tenía unos números rojos de 330 millones hasta octubre, no es baladí.

Así, el virus ha empujado a España a una liberalización en diferido donde la competencia y los descuentos tardarán en llegar. Una circunstancia que no será ajena a los consumidores. Según los cálculos de la CNMC, el precio del AVE es la principal queja de sus usuarios: un 40% opina que es demasiado caro.