Nuestro estado de ánimo, un lastre para la economía de España

Las cosas están mal y lo sabemos, pero, ¿es la situación económica de España peor de lo que realmente debería ser si atendemos a la capacidad real de los españoles de consumir y emprender? Según un reciente estudio de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) , la falta de confianza de los ciudadanos en la salida de la crisis es el principal obstáculo para la recuperación de la economía .

« El actual estado de ánimo de la gran mayoría de españoles se traduce en euros de una manera muy sencilla –explica a ABC el experto en neuromarketing Francisco Misiego –. Si nos encontramos en un estado general de miedo y falta de esperanza, dos de las motivaciones por las que se mueve el ser humano, los españoles no consumen. Y si las noticias que recibo son negativas, como la prima de riesgo , la bolsa , los cinco millones de parados o el 90% de jóvenes sin trabajo, hace que me retraiga y que, aunque pueda consumir, deje de hacerlo, ya que creo que lo que tengo que hacer es aprovisionarme para lo que pueda pasar en el futuro. Adoptamos una posición defensiva».

Estos investigadores de la Facultad de Ciencias de la Empresa de la UPCT han desarrollado una metodología que busca las posibles relaciones entre la información que reciben los ciudadanos y la respuesta psicológica que desemboca en una sensación de desconfianza e inseguridad .

Para Juan Carlos Alcaide, sociólogo experto en marketing y empresas de servicio , «el ciudadano desayuna cada día con una información, que es casi terrorismo psicológico, en la que se le dice que hay que contraer el gasto de lo que no es primera necesidad. Y así no hay quien mueva una economía y genere crecimiento. Es sencillamente imposible».

«Eso no significa que no exista una situación económica compleja –subraya por su parte Misiego–, pero se agrava más porque sólo recibimos mensajes pesimistas. Y aunque tenga ahorros y pueda irme a Nueva York, me voy a mi pueblo a tomarme unas cervezas. Y esto lógicamente afecta en cifras a los negocios y a todo el mundo». «El estado emocional es algo básico en que el país vaya económicamente mejor o peor, ya que todo mercado y actividad se mueve por una motivación», añade.

Mario Weitz , profesor del ESIC y consultor del Banco Mundial, cree que ahora se da lo que se conoce como el «efecto pobreza», justo lo contario de los que ocurría antes. « Cuando subía la bolsa y el precio del ladrillo todos nos sentíamos más ricos y gastábamos más, y ahora, aunque estemos trabajando y no nos hayan bajado el salario, estamos más preocupados, produciéndose un aumento del ahorro y una caída del consumo, y eso se refleja en los gastos y en el aumento, por ejemplo, del consumo de lo que se llaman los “bienes inferiores”».

Según el estudio de la UPCT, una parte de responsabilidad de esto se encuentra en la forma de comunicar de nuestros políticos. En un breve espacio de tiempo anuncian medidas que modifican enseguida o sustituyen por otras diferentes o incluso contrarias, lo que genera inseguridad y falta de confianza. En otras ocasiones, la información se transmite con un lenguaje «demasiado técnico», que hace incompresible para la mayoría de la sociedad las ideas que se quieren transmitir.

Los investigadores de la UPCT apuestan por «acercarse a la realidad de la crisis de confianza del ciudadano y comprender su origen como primer paso para la recuperación económica», según declaran a EFE.

El consultar del Banco Mundial Mario Weitz anima directamente a desprenderse de este miedo y emprender un negocio: «No hay otra. Date cuenta de que el empleo público se está reduciendo por la crisis y las grandes empresas no contratan a gente. O sea, que la única solución es emprender».

Otros expertos apuntan a que una de las claves del crecimiento en el consumo se encuentra en el proceso llamado « neurona espejo ». Es decir, tendemos a imitar comportamientos, por lo que, si el resto tiene ganas de salir de casa, pasarlo bien y consumir, a uno le apetece hacer lo mismo. «Los estados emocionales se transmiten y eso tiene una repercusión directa en la economía. Y si continuamente se habla de recesión, como ocurre, la economía se contrae más », apunta Francisco Misiego.

Es prácticamente imposible calcular la cantidad menos de euros que se mueven en la economía por el miedo de los ciudadanos, pero, según Weitz, todos los economistas saben «que la economía no es una ciencia exacta , y que la psicología tiene un efecto muy importante en ella. No es impacto secundario, sino significativo», añade.

Para este consultor del Banco Mundial, esta falta de confianza no afecta sólo al consumo y el carácter emprendedor, sino también a la fuga de cerebros . Unos 70.000 chavales cualificados se van fuera, lo que influye también decisivamente en la economía: «Hay gente que dice que es bueno, porque se van, se forman y luego vuelven, pero yo lo veo al revés. Gente formada que se va», asegura.

Juan Carlos Alcaide habla de un cambio mucho más profundo: «Con esta crisis se ha producido un cambio de valores y un cambió de relación entre el intercambio económico y la psicología social que indudablemente va estar entre nosotros durante decenios. Y no habiendo confianza, no habrá ni tan siquiera un intercambio económico normalizado y el concepto del impulso de compra se queda para los chicles».

Una cosa está clara: «Hasta las abuelas saben lo que es la prima de riesgo. Me recuerda mucho a Argentina en la época de la crisis del corralito , donde se hablaba de economía y no de otra cosa», concluye Weitz.