«El caso de Repsol no se debe generalizar»

—¿Hasta qué punto la recesión en Europa puede perjudicar las perspectivas de Iberoamérica?

—Hubo muchas ocasiones en las que Iberoamérica fue la fuente de inestabilidad global, como la crisis del tequila en 1994 o la nacionalización de la banca mexicana. Pero esta vez hizo sus deberes respecto a la gestión macroeconómica. Creó instituciones creíbles, bancos centrales y tuvo responsabilidad fiscal. Al mismo tiempo se benefició de la subida de los precios de las materias primas. Ahora bien, la economía global se está desacelerando, y la gran pregunta es si China va a seguir siendo un motor de crecimiento.

—¿Cuáles son los peligros de que continúe reduciéndose el crecimiento chino?

—Hay un posible riesgo no tanto porque el continente dependa comercialmente de China, sino porque el crecimiento del país decide los precios de las materias primas de manera directísima.

—¿Qué riesgos son los más importantes?

—Iberoamérica va a crecer en 2012, aproximadamente un 3,6%. Eso no es nada despreciable. Pero hay problemas en las economías. En 1950 la renta per cápita del continente era casi la mitad que la de los países que ahora conforman la UE. Y hoy estamos aún más por debajo que eso, lo cual se debe, fundamentalmente, a la baja productividad de la economía y de los factores de producción.

—¿Qué medidas deben adoptarse ante esto?

—Iberoamérica tiene un desafío que es aprovechar que los tipos de cambio de las monedas locales ha mejorado para aplicar reformas. Necesitamos que los países iberoamericanos ahorren más, inviertan más y para eso requieren mercados financieros más profundos y eficientes. En cuanto a la productividad, Iberoamérica requiere más competencia interna, sobre todo en áreas como telecomunicaciones, transporte y energía. Y, además, la recaudación fiscal de los gobiernos es muy baja. Salvo Brasil, el gobierno promedio iberoamericano tiene una presión fiscal del 17% de su PIB cuando la media de la OCDE es del 37%. Asimismo, los gobiernos necesitan una mayor eficiencia en el gasto.

—¿Qué países tienen mejores perspectivas?

—Si países como Chile, Perú, Colombia, México, o Brasil hacen las reformas correctas a medio plazo, tienen un potencial económico importante.

—¿Puede perjudicar la política argentina a la inversión extranjera en la región? ¿Hay un problema de inseguridad jurídica?

—El caso de Argentina es excepcional. En general, en Iberoamérica la seguridad jurídica ha venido mejorando a lo largo de los años, economías como la mexicana, la colombiana, la peruana... han demostrado seguridad a los inversores. No se debe generalizar el caso particular de Repsol. Iberoamérica no tiene un problema de inseguridad jurídica.

—¿Hay riesgos de que aumente el proteccionismo en la zona como respuesta a la crisis?

—Ese es el peligro que veo en estos momentos. En todas las épocas en las que ha habido una recesión en la economía mundial los países han tenido la tentación —aunque no significa que todos lo vayan a hacer— de buscar priorizar los mercados internos.

—¿Qué otras alianzas pueden perfilarse en Iberoamérica, que no sean Mercosur o la Alianza, y que den mejores resultados para el continente?

—Sería fabuloso que se aprobara la Ronda de Doha. Crear más comercio con una resolución global beneficiaría a todos los países.