Reinhard Silberberg, embajador de alemania en españa
«Las reformas en España son inevitables, ha perdido competitividad»
«Para el éxito de una economía son decisivas las decisiones de la política nacional mediante reformas estructurales y la reducción del déficit público»
LAURA PERAITA
La semana pasada Alemania anunciaba que su PIB en 2010 creció un 3,6% en términos interanuales, su mayor incremento desde la reunificación del país en 1991. Reinhard Silberberg, embajador de Alemania en España, no olvida que el año anterior el PIB tuvo un descenso ... del 4,7% y reconoce que esta recuperación tan rápida les ha sorprendido un poco, «pero es el fruto de un trabajo muy duro y muy bien hecho de manera conjunta por el gobierno alemán, los empresarios y sindicatos», asegura. «Ojalá —añade— estos datos sirvan para acelerar el proceso de recuperación en nuestro país y en Europa».
—¿Cuál ha sido el verdadero camino de la recuperación?
—El pasado miércoles el Gobierno Federal presentó su informe económico anual, que ha sido el más positivo en mucho tiempo. En 2010, el PIB alemán aumentó en un 3,6%, con los 40,5 millones de trabajadores se alcanzó un nuevo nivel máximo de empleo y, con un 7%, el desempleo en diciembre se situó notablemente por debajo del nivel del año anterior. Sin embargo, este desarrollo tan positivo no ha caído del cielo. Es resultado del duro trabajo de los años anteriores. A comienzos de este milenio la economía alemana se encontraba en una fase muy difícil con una competitividad en descenso y un desempleo creciente, lo que requirió de amplias reformas de los sistemas de seguridad social, del mercado de trabajo y del sistema de pensiones. Los mercados de trabajo se flexibilizaron y se aprobó la paulatina implantación de la jubilación a los 67 años. Estas profundas reformas estructurales han contribuido a que nuestra economía haya sorteado relativamente bien la crisis de 2009. El empleo de instrumentos en la política de mercado laboral, como por ejemplo la jornada laboral reducida, ha evitado un dramático incremento del desempleo. Con las reformas estructurales y una política salarial muy responsable por parte de los sindicatos se ha logrado aumentar considerablemente la competitividad de la economía alemana. Con el mantenimiento de estrictas medidas de ahorro y la introducción en la Constitución alemana de la Ley Fundamental se dio un freno a las deudas y se fortaleció notablemente la confianza de los inversores internacionales. También ha resultado ser una ventaja que Alemania siempre se haya considerado a sí misma un emplazamiento industrial. Al contrario de lo que sucede con algunos de nuestros socios, no hemos apostado en primera línea por el sector servicios, en particular por los servicios financieros, sino que siempre nos hemos identificado con la base industrial como fuente de bienestar. En la crisis ha quedado demostrado que éste era el camino correcto para Alemania.
—Y eso que no son pocas las voces que critican a Alemania por exportar mucho, pero importar poco.
—Es verdad que hemos encontrado el camino de salida de la crisis gracias a nuestra fuerza exportadora. Sin embargo, el crecimiento económico alemán ya no se basa en nuestra capacidad exportadora, sino en un incremento de las inversiones y en el fortalecimiento del consumo privado. La crítica de que la importación de Alemania es poca queda desmentida por las cifras: Las importaciones de noviembre de 2010 aumentaron un 33% con respecto a noviembre de 2009, el mes de las mayores importaciones en Alemania.
—¿Quiere decir que los consumidores alemanes están más animados y ya no temen tanto por la crisis?
—Gracias a la disminución del desempleo hay más dinero para el consumo y los alemanes consumen más. Naturalmente esto también beneficia a las economías de nuestros socios de la UE, pues el mercado alemán ofrece nuevas oportunidades de venta.
—Resulta lógico entonces que Alemania sea la economía que urja políticas y medidas al resto de los países europeos.
—Creemos que el positivo desarrollo de Alemania es una señal muy clara de que en el pasado hemos hecho bien las cosas. Y hoy somos la locomotora que puede contribuir a que también otros países salgan de la crisis. Pero para el éxito de una economía son decisivas, en última instancia, las decisiones de la política nacional, como por ejemplo el incremento de la competitividad mediante reformas estructurales y la reducción del déficit público. Esto es aplicable tanto a Alemania como a España.
—La canciller Angela Merkel cumple con su papel de presionar al resto de mercados a adoptar medidas para salir de la crisis. ¿Serían exportables a España las recetas aplicadas en la economía alemana?
—El debate en torno a la reforma del mercado laboral o el sistema de pensiones en España me recuerda mucho al debate que mantuvimos en Alemania hace pocos años. Cada país tiene sus particularidades y las soluciones que haya encontrado un Estado no las pueden calcar otros. Pero también España tiene que introducir reformas para salir de la crisis. Y por supuesto España cuenta con nuestro total apoyo si inicia dichas reformas con decisión. Tal y como afirmó el presidente Rodríguez Zapatero, estas reformas son imprescindibles.
—¿Qué tendría que hacer el gobierno español respecto a las pensiones?
—A un embajador no le corresponde dar consejos en público al gobierno del Estado en el que está trabajando. Sin embargo, Alemania y España nos encontramos ante problemas bastante similares. Todos somos cada vez más longevos, y debemos alegrarnos de ello. Pero, al mismo tiempo, esto significa que cobraremos una pensión durante más tiempo. En una situación como ésta hay que garantizar a largo plazo la capacidad de financiación del sistema de pensiones. Ello sólo será posible si se amplía la vida laboral. Así lo hemos aprobado en Alemania y, por supuesto, esta medida ha sido impopular también en mi país.
—Alemania también ha logrado reducir las cifras de desempleo. ¿Qué sería exportable en esta materia?
—Sólo puedo hablar de las experiencias alemanas. Y, en este caso, las medidas más importantes fueron sin duda la flexibilización de los mercados de trabajo y las reformas de los sistemas de seguridad social. Además, en la crisis hemos podido emplear con éxito algunos instrumentos de la política alemana de mercado laboral, por ejemplo la jornada laboral reducida o el uso de cuentas de horas de trabajo, que permiten a las empresas mantener a la plantilla también en momentos de disminución de ventas. Una economía globalizada exige que nos dotemos de la flexibilidad suficiente para poder reaccionar rápidamente ante determinados desarrollos.
—Usted declaró recientemente en un acto público que España no es Irlanda ni Grecia, pero ¿cree que nuestro país necesitará finalmente acudir al rescate?
—Por supuesto que España no es ni Irlanda ni Grecia. La deuda pública de España no es tan dramática como la de estos dos países, no es comparable. Por tanto, considero que queda descartado que España se vea en la situación de tener que recurrir al fondo de rescate. El éxito en la reciente colocación de los empréstitos estatales españoles demuestra que también los mercados se están tranquilizando.
Para nosotros es fundamental el debate en Bruselas sobre las medidas para aumentar la disciplina presupuestaria de los Estados miembros. Un endeudamiento excesivo anima a los especuladores. Una reducción del endeudamiento público tranquilizará a los mercados.
—¿Cree que las reformas planteadas por José Luis Rodríguez Zapatero son efectivas y suficientes?
—Las reformas aprobadas ya por el Gobierno o en fase de debate son ineludibles. La reforma del mercado laboral, la inminente reforma del sistema de pensiones y las estrictas medidas de austeridad son correctas para reforzar la confianza internacional en la economía española. Estoy seguro de que estas reformas tendrán unos efectos positivos, que se harán notar con cierto retardo. En Alemania fue de entre 12 y 24 meses.
—Aún así ¿considera que vamos por el buen camino?
—Sí. Con las reformas iniciadas y las estrictas medidas de ahorro, España va por el buen camino. En el pasado los españoles han superado más de una crisis con creatividad y flexibilidad. También ahora estas cualidades le serán beneficiosas al país.
—El presidente del Instituto de Estudios Económicos de Alemania, Klaus Zimmermann, aseguró a finales del año pasado que la economía alemana necesitaba urgentemente trabajadores extranjeros, al menos 500.000 inmigrantes al año para garantizar su fortaleza económica. ¿Qué perfiles necesitan? ¿Cree que, dada la situación de nuestro país, se repetirá el éxodo a Alemania?
—Sí, es cierto que el fuerte crecimiento de Alemania ha causado problemas a algunos sectores del mercado laboral. En muchos ramos se necesitan urgentemente científicos, ingenieros y especialistas en tecnologías de la información porque el mercado laboral nacional ya no es capaz de satisfacer la demanda. Por ello, son especialmente bienvenidos los inmigrantes de estos campos. No obstante, unos conocimientos aceptables de alemán son un requisito imprescindible para encontrar un empleo en Alemania.
—¿Qué papel juegan las economías emergentes ante Europa? ¿Va a cambiar la crisis el mapa económico mundial?
—El alza de nuevas potencias como China, India, Brasil, o también Rusia, ya ha modificado la política y la economía internacionales. Los europeos debemos poner atención para no quedar desconectados de estos desarrollos. Así pues, la respuesta sólo puede ser: más Europa, más coordinación y más cooperación.
—En nuestro país hay muchas empresas alemanas. ¿Cómo están afrontando la crisis?
—Efectivamente la presencia de la industria alemana en España es muy importante. La cifra de ventas de las empresas alemanas en España asciende a unos 70.000 millones de euros, lo que se corresponde con un 7% del PIB español. Muchas de las grandes empresas alemanas tienen en España importantes plantas de producción. Por lo general fabrican no sólo para el mercado español, sino que exportan al extranjero una gran parte de su producción. Esto, naturalmente, también beneficiará a la balanza comercial española.
—El próximo 3 de febrero, la jefa del Gobierno alemán mantendrá una cumbre bilateral con Rodríguez Zapatero en la que se prevé que participen representantes empresariales y sindicales para que haya un intercambio amplio que muestre la importancia particular de la cooperación entre Alemania y España. ¿De qué intercambios se trata?
—De las próximas consultas hispano-alemanas del 3 de febrero partirá una importante señal. Alemania y España colaboran estrechamente también en la actual y nada fácil situación. Nuestros intereses van en la misma dirección y somos socios importantísimos el uno para el otro. En la UE, y también en la política internacional, como por ejemplo en las Naciones Unidas o en el G-20, Alemania y España se esfuerzan de manera constructiva por encontrar soluciones a los problemas de nuestro tiempo. Tanto el Gobierno Federal como también el Gobierno español están decididos a ampliar aún más dicha cooperación.
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