El engaño húngaro desata el pánico y dispara el riesgo de la deuda española
El pánico vuelve a los mercados y la falta de credibilidad en el Gobierno y en su capacidad de afrontar las reformas que España necesita ha vuelto a pasar factura a nuestro país, cuyos mercados sufrieron ayer el mayor castigo de la Eurozona.
La excusa ... en esta ocasión fue Hungría. El Gobierno húngaro reconoció haber falseado las cuentas y el temor a que se repita una crisis a la griega en Europa ha vuelto a alertar a los inversores.
Todas las Bolsas europeas sufrieron, pero la española entre las que más, y los mercados castigaron los títulos de deuda soberana de los países periféricos, pero también los bonos de nuestros país fueron los más afectados.
La prima de riesgo de la deuda a largo plazo encadenó su decimoséptima subida y se acercó peligrosamente a los 200 puntos básicos, al cotizar el bono a diez años en el entorno del 4,60%, frente a una rentabilidad del «bund» alemán algo superior al 2,60%.
El diferencial es todavía superior en la deuda a más corto plazo. El bono español a dos años llegó a pagarse a más del 3,20% frente a una rentabilidad de los títulos alemanes por debajo del 0,50%, es decir, la prima de riesgo que paga España se coloca en más del 2,7%.
Tampoco el coste de los seguros de crédito frente a impagos (CDS) de la deuda española se salvó ayer y, como la prima de riesgo, registró su máximo desde la creación del euro. Los CDS españoles, seguros para cubrir posibles impagos del Reino de España, se incrementaron hasta casi 259 puntos.
Analistas consultados explican que los inversores están preocupados por la capacidad del Tesoro español de hacer frente a las nuevas emisiones de deuda, ya que no sólo hay que lograr fondos para amortizar el vencimiento de la deuda acumulada en años anteriores (hay que renovar en 2010 más de 100.000 millones de euros), sino que también hay que financiar el déficit que se están generando en este ejercicio, que, con recortes incluidos, superará los 80.000 millones de euros.
Y si esto fuera poco, la aceleración del proceso de reestructuración del sistema financiero obligará al Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB) a salir al mercado a buscar fondos para financiarse, compitiendo con los títulos soberanos del Estado español. De hecho el FROB está avalado directamente por el Estado. Según las previsiones del Ministerio de Economía este fondo podría dotarse hasta con 99.000 millones de euros, es decir casi un 10% del PIB.
Y aunque los títulos españoles fueron los más castigados, los bonos a diez años de otros países periféricos también vivieron ayer una mala jornada. Comparado con el referente alemán, el griego sigue siendo el peor colocado, con una prima de más de 570 puntos básicos. Le sigue Portugal, con 267 puntos, y luego España, que ya roza los 200. Por detrás, Italia alcanzó los 167. Así, mientras los mercados exigen cada vez mayor rentabilidad a estos países, los títulos alemanes bajan día a día, ante la preferencia de los inversores de comprar deuda a quien sí consideran solvente.
Con estos argumentos en la mano, expertos consultados auguran que la prima de riesgo de España seguirá creciendo al menos hasta el próximo jueves, fecha en la que hay una subasta de bonos, que permitirá valorar la capacidad de colocación de la deuda por parte del Tesoro español.
La tormenta que se inició en los mercados de deuda no tardó en extenderse a los de valores y divisas. Las Bolsas europeas se desplomaron y el euro registró su nivel más bajo de los últimos cuatro años.
Mínimos del Ibex y el euro
Las Bolsas de España e Italia fueron ayer las más castigadas, con una caída de casi el 4%. El Ibex 35 cerró la sesión desplomándose un 3,8%, el quinto mayor descenso del año. El selectivo español llegó a perder el nivel de los 9.000 puntos para situarse en 8.978,6, cota en la que no se situaba desde mayo del pasado año. El motivo de este brusco descenso, la mala jornada de la banca, en la que todas las grandes entidades financieras sufrieron fuertes pérdidas. El BBVA se dejó un 6,84%; Banco Santander, un 5,78%; Bankinter, un 5,27%; Banesto, un 5,11%; Banco Sabadell, un 3,68%, y Banco Popular, un 2, 92%.
Al final, también el euro se contagió del pánico reinante. Aunque el Banco Central Europeo se despertó fijando el cambio oficial del euro por encima de los 1,20 dólares, a media tarde de ayer la moneda única perdía esa cota en los mercados y cotizaba a 1,19. La confesión húngara de haber falseado sus cuentas públicas sirvió de pretexto, pero el fondo del problema sigue siendo el elevado endeudamiento de todos los países de la Unión Europea.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete