Los empresarios esperan ahora que Calviño intervenga y suavice la reforma laboral
La temporalidad es el escollo que impide un acuerdo global, pero empieza a fraguarse la idea de fraccionar los acuerdos
El secretario general de CCOO, Unai Sordo
Tras la irrupción en la negociación de las propuestas de los empresarios, el equilibrio de fuerzas en la negociación de la reforma laboral sigue reajustándose. Tanto en la propia mesa, como entre las organizaciones internas de los negociadores. Al plante de la CEOE el ... martes le siguió ayer una amenaza de los sindicatos de movilizaciones «de alto voltaje», en lo que se ha interpretado como una sucesión de mensajes a sus respectivas bases en el momento más crítico de la negociación. En el Gobierno , entre tanto, sigue lanzando el mensaje de que hay confianza en que el acuerdo se fraguará.
Las posiciones entre los tres participantes siguen distantes, si bien las reuniones, ampliadas ahora a tres por semana, se alargan durante horas, lo que descarta un alejamiento definitivo más allá de los mensajes que se lanzan cuando se encienden los focos. Menos fluidas son las conversaciones, eso sí, fuera de la mesa entre el Ejecutivo y los empresarios. La excepción la conforma, según fuentes consultadas por este diario, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño , a quien miran ahora en CEOE para que intervenga y suavice las aspiraciones de su compañera de gabinete, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz .
Así, aunque la posibilidad de un acuerdo global parece de momento prácticamente nula, especialmente por la distancia que hay entre las partes en cuestiones clave como la temporalidad, sí que comienza a fraguar la idea de fraccionar los acuerdos para poder ofrecer el deseado consenso en cuestiones en las que hay más cercanía, como la formación y los ERTE post pandemia.
Otras fuentes empresariales insisten en destacar las habilidades negociadoras de la ministra de Trabajo, y recuerdan cómo en los doce acuerdos anteriores ha rebajado sus planteamientos iniciales para sumar consensos. No descartan por ello que pueda haber movimientos de última hora que faciliten un pacto aunque, a día de hoy, se antoje muy complicado. La organización empresarial tiene sus líneas rojas en la temporalidad, para la que no quiere límites porcentuales ni temporales, y tampoco va a aceptar un cambio en el artículo 41 del Estatuto , el que hace referencia a la modificación de las condiciones laborales.
En cuanto a la temporalidad, Trabajo ha ido poco a poco modulando sus planteamientos en las mesas de negociación para atraer a la CEOE . En los últimos encuentros, el ministerio dio un giro a la idea inicial de limitar al 15% la temporalidad en las empresas, aparcando su intención de eliminar la mayor parte de los contratos temporales del mercado de trabajo y reconducirlos hacia el fijo-discontinuo. Así, Díaz planteó la creación de un nuevo contrato temporal de una duración máxima de tres meses que se aplicaría en actividades ocasionales para cubrir picos de producción como, por ejemplo, empaquetado en las fiestas navideñas . Un punto clave era que el límite de la temporalidad sería más flexible y variaría en función de la actividad. Por ejemplo, en el sector de la agricultura, dada su elevada estacionalidad y el uso masivo de contratos temporales, podría ser más elevado. La propuesta, sin embargo, no convenció al mundo empresarial, lo que apretó más el enredo de las conversaciones.
Otro de los planteamientos que se puso sobre la mesa en esa última etapa se centró en ligar la negociación de este máximo de temporalidad a los convenios sectoriales, al tiempo que estos últimos recobraban su superioridad sobre los de empresa . Esta fórmula podría haber sido una válvula de escape de la negociación siempre que se hubieran mantenido las cláusulas de descuelgues, clave para los empresarios. Sin embargo, el planteamiento no gustó a los sindicatos, según las fuentes consultados.