Afectados por Spanair en Barajas: «Te sientes desamparado, nadie te da una solución»

Decenas de clientes afectados se quejan de los precios de los billetes de «rescate» y la ausencia de plazas libres

Afectados por Spanair en Barajas: «Te sientes desamparado, nadie te da una solución» Ernesto agudo

Luis m. ontoso

28/01/2012
Actualizado a las 18:25h.

Pese a la cancelación de los vuelos, los empleados del mostrador de atención al cliente de Spanair en la terminal 2 de Barajas trabajan de manera ininterrumpida. Ya no queda rastro de la aerolínea en la zona de facturación del aeropuerto, aunque en los paneles ... de salidas y llegadas se siguen anunciando algunos de los vuelos. Al otro lado de la ventanilla, una decena de clientes espera su turno estoicamente, con una resignación silenciosa. La suspensión de actividad de la aerolínea ha obligado a cancelar 647 servicios entre hoy y el próximo lunes . Se calcula que cerca de 22.700 personas, en total, han resultado afectadas .

A muchos les sorprendió la noticia cuando se disponía a embarcar en otro avión. Otros preparaban las maletas cuando los medios de comunicación lanzaron las primeras señales de alarma. Maitane Inchaurbe se disponía a viajar el sábado a Bilbao para pasar el fin de semana celebrando su cumpleaños junto con sus sobrinas, un deseo que ya considera imposible. Los billetes de «rescate» que ofertan las aerolíneas que participan en el plan de reubicación exigen pagar por adelantado un precio, a su juicio, demasiado alto. «La compañía aérea que me ofrece el vuelo de reemplazo me cobra 92 euros por trayecto. Los empleados de Spanair nos han comentado que no están realojando, sino que están realizando una venta de billetes con tarifas nuevas».

Inchaurbe entrega su formulario. Se compadece de los tres empleados de la aerolínea que atienden, con gesto serio y poco elocuentes, a la hilera de clientes. Pero no omite un leve tono combativo cuando se acerca al puesto de atención al cliente. «Yo lo siento por toda la gente que se va al paro, pero me parece vergonzoso que ocurra esto y que nadie asuma las consecuencias».

Incertidumbre y largas esperas

Mario León, sacedorte en El Aaiún, tuvo menos suerte que Inchaurbe. Tenía una plaza reservada para volar a Gran Canaria el próximo lunes. Hacía cola en Barajas para conseguir asiento en otro avión. Ya no quedaban plazas vacantes en su ruta, aparte de las de clase «business», por las que le exigían 500 euros. Finalmente, escrutando otras opciones, ha encontrado un vuelo algo más barato, de 234 euros. «No conozco los procedimientos judiciales en estos casos y, realmente, no sé si nos van a devolver el importe de los billetes ».

Cerca de León, sentados en uno de los asientos de rejilla metálica y reposabrazos de granito, un par de niños permanecen embelesados frente a un pequeño reproductor de DVD. Lázaro Ibáñez, su padre, bromea: «Así están entretenidos; es la única manera de resolver las cosas».

Se dirige junto con su mujer y los críos, de cuatro y diez años, a La Habana. No le preocupa el trayecto de ida, sino el de vuelta. Tras su regreso a Madrid se disponía a coger un avión, operado por Spanair, hacia Dinamarca. Los empleados de la compañía le han facilitado un número de teléfono (español) para que se ponga en contacto con la aerolínea el próximo lunes. Sin embargo, se le antoja complicado y costoso llamar desde Cuba. Quiere solucionar el problema en ese momento. Pero la fila de viajeros afectados le hace augurar una larga espera. « Te sientes desamparado, nadie te da una solución» .