El IPC confirma su desplome y registra un -1,4% interanual por la energía y las rebajas
El secretario de Estado de Economía augura que a finales de este año habrá un repunte de los precios
El Índice de Precios al Consumo marcó un nuevo mínimo histórico retrocediendo nueve décimas en julio situándose en una tasa interanual del -1,4%, con lo que se acumulan cinco meses consecutivos de descensos, frente al 5,3% positivo que se registró hace un año. ... Una tendencia impulsada por la caída de los precios de la energía, en especial del petróleo, que en julio de 2008 se cotizaba por encima de los 138 dólares, frente a los 65,36 dólares que valía el barril de Brent un año después.
Desde el Gobierno, el secretario de Estado de Economía José Manuel Campa, indicó que en los «próximos meses» podrían corregirse los precios del petróleo y descartó una vez más el escenario de una deflación -entendida como una caída persistente y generalizada de los precios- ya que la inflación subyacente, que descarta los elementos más volátiles, quedó fijada en el 0,6%, aunque perdió dos décimas.
Campa atribuyó la bajada de los precios durante el mes pasado «casi exclusivamente» a las rebajas. Además indicó que a finales de año habrá tasas de inflación positivas. En concreto, durante el mes de julio el mayor retroceso lo padeció el vestido y el calzado con un 11,8%. Algo que no pudieron compensar la fuerte subida experimentada por bebidas y tabaco, del 4,3%, debido al reciente incremento de impuestos. De igual forma, crecieron los precios de hoteles, cafés y restaurantes como viene sucediendo en esta época. Por otra parte, el IPC armonizado correspondiente al mes pasado también registró una tasa interanual del -1,4%, con lo que si se confirmaran las previsiones de inflación para la zona euro del Banco Central Europeo (-0,6%) el IPC español reduciría una décima su diferencia respecto a la media de la Eurozona. Desde el Ejecutivo consideraron que la actual situación de los precios tiene ventajas, ya que ha aumentado la renta real de las familias y, con ella, la competitividad de la economía española.
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