Comercio trabaja con la CEOE para tratar de «salvar» el sector exterior

Las tres instituciones están trabajando conjuntamente en varios frentes. El primero de ellos: cuantificar el efecto real sobre las empresas. Más allá del desplome de las exportaciones, en juego están los puestos de trabajo que dependen de la actividad internacional, los proyectos de inversión a futuro y los créditos pendientes, entre otras cosas. Ahora se encuentran intentando poner cifras a las pérdidas económicas de la crisis; quizás una de las tareas más complicadas ya que el comercio a nivel global se encuentra más bien en «standby».

Asimismo, la Secretaría de Estado de Comercio, dependiente del Ministerio, en conjunto con el sector privado, está rediseñando y reorientando el nuevo Plan Bienal 2021-2022 . Es ahí donde se tratará de fijar de manera más específica el campo de actuación a medio plazo. Este año, mientras dure la emergencia sanitaria y la crisis siga acuciando, la perspectiva es que el daño continúe lastrando la actividad y las cuentas de las compañías.

Por lo pronto, según una encuesta realizada por el Club de Exportadores, casi ocho de cada diez empresas con actividad foránea aseguran que la crisis del Covid-19 está impactando de forma bastante negativa o muy negativa en su negocio internacional. Entre los mayores problemas que destacan se encuentran las restricciones de movilidad primero y el hundimiento de la demanda después. Así, por bienes, la caída de las exportaciones en marzo ha sido especialmente grave en productos energéticos (45,3%, en interanual), en el sector de la automoción (33,7%) y en las materias primas (31%)

En este panorama, los agentes implicados ya se centran en el siguiente ejercicio. Para ello, según confirman fuentes de Comercio y CEOE, resulta fundamental la negociación conjunta que están llevando a cabo para encontrar nuevas oportunidades en el extranjero para empresas españolas. El rastreo que se está llevando a cabo abarca varias regiones y diversos objetivos. La intención de la Secretaría de Estado -que, pese al enfrentamiento de La Moncloa con CEOE, sí que mantiene una relación fluida con la patronal- radica en potenciar todo lo posible destinos en Asia como China, Japón y Corea del Sur , así como otros en África . Una vieja aspiración de este Ejecutivo desde que empezó a resentirse la economía.

Además, entre las intenciones del Gobierno está el dejar ligeramente de lado el comercio con países de la Unión Europea . Las exportaciones hacia el Viejo Continente ya son fluidas, constantes y muy elevadas desde hace tiempo; esa parte del negocio está garantizada y ahora lo que se busca es diversificar al máximo los mercados geográficos . El mayor foco está en Asia, particularmente en China, por las amplias oportunidades que ofrece con su intento -aunque tibio- de apertura al exterior.

Sin embargo, Comercio por sí sola no puede identificar esas oportunidades fuera que ahora tanto se necesitan. Para eso se requiere la capacidad de las empresas de CEOE y la Cámara de Comercio -además de las del Club de Exportadores- en esos mismos países de destino, por el conocimiento que tienen de cada mercado, más allá de que el Gobierno tenga sus oficinas comerciales repartidas por el mundo. «Efectivamente, surgen oportunidades : la reorientación de prioridades, el diferente impacto del Covid-19 en los países, en tiempo y en intensidad, los planes de estímulo que se van a aprobar en muchos países, etc.», indican fuentes de CEOE.

En otras palabras, que buena parte de la estrategia para identificar esos posibles negocios futuros estará en función de cómo actúe cada Estado. Por ejemplo, si Japón estableciera beneficios fiscales para atraer la inversión extranjera, ese sería uno de los países a potenciar; o si Marruecos fijara ayudas a las fábricas y la industria. Y así sucesivamente: se hace y se hará un análisis y diagnóstico de las bondades de cada país que se quiera potenciar para saber cuál es más conveniente para tratar de orientar a los exportadores hacia ese destino.

Así las cosas, para lograr el objetivo de «salvar» el sector exterior será necesario apoyo público . Dinero para paliar la crisis, pero no tanto a corto plazo sino a medio-largo. Hasta la fecha, el Ejecutivo ha puesto una línea de cobertura de crédito (avales) de 2.000 millones de euros para empresas exportadoras, que se extenderá hasta septiembre. El problema radica en la función de este dinero: son medidas puramente de liquidez, para el periodo más inmediato. De momento, «solo» se ha solicitado aval para 240 operaciones , por un montante de 430 millones; de ellas se han aprobado ya 170 peticiones por 250 millones, según datos a los que ha tenido acceso ABC.

Una cantidad mínima, en todo caso, que, según fuentes empresariales consultadas, se explica sobre la base de que si una compañía necesita liquidez acude a los avales del ICO , no a esta fórmula. Por ello, desde el Club de Exportadores reclaman al Gobierno un mayor apoyo financiero, pero pensado para el medio-largo plazo y que sirva para financiar, por ejemplo, estudios de viabilidad en el exterior antes de lanzarse a realizar una inversión. Y entre otras medidas que reclaman los empresarios exportadores está el fomentar la actividad de las oficinas comerciales de España en el extranjero, algo que ya ha puesto en marcha la Secretaría de Comercio. La estrategia empieza a estar en marcha; solo queda comprobar su efectividad.